Por Rolando Prudencio Briancon:
A un par de días de que se pueda llegar a un punto de no
retorno para que se genere violencia, por la cual luego no haya poder humano
que evite que se derive en una guerra civil, la que termine desangrando la
patria del Libertador Bolívar; como el todo el Continente, es que se hoy vive
en vilo, por un posible desenlace desastroso para la democracia y la libertad
ya no sólo en Venezuela sino en la misma región.
No es, ni será sola Venezuela la que se incendie, sino su
vecino más próximo, como es Colombia; ya que Iván Duque es uno de los más
afiebrados instigadores para incendiar Venezuela, puesto que ha recibido la
orden de Trump para cumplir lo que ha estado trabajando desde hace tiempo, como
es quitarse de encima al presidente Nicolás Maduro para un nuevo saqueo; esta
vez del petróleo venezolano, tal como hace poco más de 15 años lo hizo EE. UU.,
de Irak.
Trump ha mostrado hasta ahora una oratoria de orate, tal
como ocurrió hasta no hace mucho con el presidente norcoreano, con quien
prácticamente se disputaban, quién apretaría primero el botón para borrar cada
quien su país del mapa, pero desconcertantemente después de un tiempo Trump se
deshizo en elogios con su par norcoreano, nombrándolo como un “hombre de
honor”.
Y es que en Venezuela lo que de por medio está, es lo que
hace 15 años también estuvo en juego en Irak, como fue el petróleo -algo que
con Norcoreana no posee- y que es lo que ha llevado a Trump a permanecer
callado -como él que calla otorga- ante algo que es como querer tapar el sol
con un dedo, negar que no sea el petróleo, lo que lo ha llevado a soliviantar a
las Fuerzas Armadas venezolanas a derrocar al gobierno de Maduro, e imponer un
impresentable “presidente encargado”.
Al parecer el tono de Trump es tensionar siempre al máximo
la situación -sea quien sea con quien mantenga diferencias- para mostrar que su
país puede arrasar con quien se ponga en frente, para luego dar marcha atrás en
sus anuncios, pues inconscientemente: o Trump y su gobierno sabe de sobra que
la explícita hegemonía estadounidense está en duda, pues las potencias
emergentes como China y Rusia la han eclipsado, o es que Trump como gobernante
es un improvisado.
Pero además, y ya en el caso venezolano, es la dignidad del
pueblo bolivariano, que aunque Trump y toda su tropa de la Gusanera de Miami
-Marco Rubio a la cabeza- esté al acecho de asaltarla la defenderá como si el
libertador Bolívar volviera con su emancipadora espada.
prudenprusiano@gmail.com
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