Por Carlos Ellis:
“El tiempo es lo más importante cuando se persiguen sueños”.
Esto lo expresó un gran amigo a quien le hable de mi preocupación por el país y
de las ganas de contribuir a impulsar con toda la fuerza y pasión de un
venezolano; la siguiente fase de esta llamada revolución: Fabricar medios de
producción; esto por ser, el único medio “disponible” para cristalizar el sueño
de millones de venezolanos; tener una economía fuerte y un desarrollo social
sustentable. Si revisamos la historia del mundo, lo certifica, es el único
mecanismo que permite romper con las cadenas de la dependencia y el
subdesarrollo, un flagelo que talla el futuro de cualquier país, y más aún si
se opone al sistema capital sin función social, donde reina la natural
competencia, el ejercicio del poder y las intenciones de subordinar a través de
la variable tecnología.
Así ocurre en los países subdesarrollados que albergando las
tres cuartas partes de la población mundial, están condenados a todas las
consecuencias que este flagelo genera, y es
por no cambiar los esquema en el manejo de los recursos tanto materiales
como de formación social, es allí, la relación e importancia del tiempo en el
caso particular de nuestra Venezuela, es por eso que hablamos de un nuevo
periodo político, que con las dificultades presentes está obligado a una nueva
fase económica que debe partir y enfocarse solo a dar el paso; a la fabricación
de medios de producción.
Es en las Relaciones Internacionales la especificidad;
permite expresar que es el “poder” quien rige la interacción entre los Estados
y que esto es proporcional a su historia en la fabricación de medios de
producción; la nuestra lo señala, 120 años de tendencias políticas
reaccionarias que se han disputado el poder, pero ninguna ha impulsado la
fabricación de medios de producción, por eso estamos obligados en este periodo
2019-2025 a hacerlo realidad. Esto se
explica elementalmente en la misma naturaleza del hombre; estos accionaron en
función del interés y dominio de los espacios para aumentar las relaciones de
fuerzas entre sus semejantes, así se apropiaron de la creación, fabricación y
control sobre lo material para cubrir necesidades; ese poder se transforma en
el factor decisorio de las relaciones que existió y existe entre ellos. Ahora,
en las relaciones entre los estados se ejercen el poder a través de la variable
tecnología, medios de producción o bienes de capital, esto le permite asegurar
a un actor sobre otro un orden que tiene como fin la subordinación por la
dependencia enajenando todo tipo de soberanía.
En el sentido expuesto, la vía debe ser la siguiente:
Imitemos los proyectos, las obras y los servicios de los países que habiendo
experimentado barbaries y declives económicos ocasionados por procesos de
guerras intestinas o internacionales, si de esto se trata, han partido, o en el
caso nuestro partamos de una idea real y desarrollada, decretando y asumiendo un
periodo de austeridad, manejar los recursos existentes con criterio de escasez
y construir la abundancia desde las condiciones existentes.
Revisando la historia, pensemos en el realismo de la Rusia a
la que accedió Lenin por allá en 1918, devastada y sometidas por guerras
interminables. En el caso nuestro, de nuestra Venezuela, esas realidades no son
comparables; Rusia lo logro con un pueblo dispuesto, con unos trabajadores
dispuestos, con una Vanguardia Revolucionaria capaz de fabricar medios de producción,
como en efecto lo hicieron. Todos los factores del Estado, toda la nación,
todas las voluntades se volcaron a romper las cadenas de la dependencia
esclavizante, rompiendo las cadenas del desconocimiento, aprendiendo y
haciendo, teoría y práctica, creando una nueva nación, rehaciendo una economía,
no había economía de mercado, el único incentivo, la voluntad de cómo tener las
herramientas propias para hacer, hasta
fundar un vasto territorio y alcanzar su más alto grado cualitativo, esto fue
posible con Lenin y su vanguardia revolucionaria fabricantes de medios de
producción.
Hoy, la China de Hoy, es por esa solidaridad de la
URSS que dio sus saltos cualitativos, hasta llegar a la liberación económica de mercado con el
ingrediente de que no puede haber una empresa capitalista si de igual forma no
trabaja con la misma intensidad en función social, donde entran en total
competencia empresas públicas y privadas, sin excepción por razones de su
objeto, son empresas capitalistas en China y en el mundo entero, con una firme
orientación tecnológica que sustituyó necesidades fabricando medios de
producción, hasta el más alto nivel cultural. Ahora bien, nosotros teniendo
todos los recursos, no hemos emprendido el viaje espacial en la fabricación de
medios de producción, tan simples, que hace 5000 años, los machetes, los picos,
las palas, una escardilla los fabricaba un herrero, hagamos esto hasta llegar a
construir un tractor.
Lo curioso de todo esto, es que lo sabemos hacer y lo hemos
hecho como es el caso de la pistola “Zamorana” y el fusil “Catatumbo”, el
asunto es que no ha habido continuidad. Pesa más el interés de importar, que el
interés de fabricar aquí. El Estado
Nacional, no tiene por qué importar, tiene que sustituir las importaciones,
fabriquemos para el consumo interno y sus excedentes los exportamos al mercado
internacional, o los intercambiamos con los vecinos y áreas de interés político
donde influimos. Es decir: Fabricamos aquí y compitamos a donde haya que
competir, con la participación, desde un simple herrero, hasta infinidad de
compañías pequeñas, pública o privada. En nuestras operaciones petroleras, el
hecho de no fabricar nuestros taladros e indumentaria para la extracción de
nuestros hidrocarburos e incorporar empresas trasnacionales para todas las
operaciones: Surge una relación de poder que se expresa en esa variable
tecnológica y cuando se pretende cambiar esos esquemas, implosionan el país por
ser ellos quienes controlan los medios de producción; aún después de 104 años del famoso “Zumaque”
conocido como “el reventón” que impulsó
la explotación comercial de petróleo por empresas concesionarias extranjeras,
marcando el inicio de la era petrolera en Venezuela; no hemos fabricado el primer tornillo para el
primer taladro.
Construyamos el proceso de fabricación de medios de
producción o de bienes de capital, transformando la materia prima en producto
terminado, es la única forma de sustituir importaciones y de dominar la
inflación. Lo que se ha hecho hasta ahora, es entregar nuestros recursos al
capital privado internacional para que los transformen en el exterior en
productos terminados y lo cancelemos al precio que en el exterior se impone.
Con este sistema creamos una dependencia esclavista, cada día más
inflacionaria, es ahora o estaremos condenados a la esclavitud, a los
constantes desequilibrios macroeconómicos. Debemos aprovechar con eficiencia
las alianzas con China, Rusia y las naciones que fabriquen medios de producción
que estén dispuestas a mantener una relación de intercambio y de respeto a
nuestra soberanía para que se cumpla el proceso de trasferencia de conocimiento
y tecnología, porque es un compromiso de nuestra parte captar a los
emprendedores, inventores, innovadores y copiar para luego perfeccionar, que no
se siga vulnerando la seguridad de la nación, es lo importante del tiempo.
carlosellis1@gmail.com
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