Por Rolando Prudencio Briancon:
No sé si como paradoja servirá el ejemplo que mientras la
hegemonía de los EE.UU., está más cada vez en picada, la emergencia de la
hegemonía rusa está en despegue. Esa es tal vez la razón por la que el
establishment estadounidense tomó la decisión de elegir -aunque ¡ojo! Donald
Trump perdió por más de ¡3 millones de votos!, frente a Hillary Clinton- a un
show-man como Trump, para que el efecto en el imaginario de la hecatombe de la
hegemonía estadounidenses, justifique que un político improvisado como Trump
-al margen de sus cualidades personales de arrogante, provocador, ignorante-
sea la excusa para explicar que EE.UU., ya no es la potencia unipolar; o sea
que existen otras que le disputaran ese sitial.
Así es como hasta el día de hoy casi todas las políticas
anunciadas por Trump han chocado contra la realidad, sin poder ponerlas en
práctica hasta el día de hoy, como el caso de la construcción de Muro en la
frontera de México, o en otras en las que si bien el puesto en marcha, le ha
sido contraproducentes sus efectos, dejando pendiente su aplicación, y tal vez
tener así la coartada para justificar su fracaso. Aunque se debe reconocer que
aquellas medidas que las ha impuesto a rajatabla, ha sido reconocer a Jerusalén
como capital Israel, y que ha sido por el poder del lobby
sionista-norteamericano que es el que inapelablemente manda en EE.UU.
En cambio en el caso de Venezuela, que no es cualquier
nación; sino que es la cuna del libertador Simón Bolívar, y sobre la que pende
como una espada de Damocles el decreto que declara a Venezuela una amenaza para
los EE.UU., Trump no ha pasado de lanzar amenazas; y que ahora además ha sido
enfrentada con el reciente convenio y acuerdo militar, que según el ministro de
defensa, general Vladimiro Padrino López, han llegado aviones de transporte armas nucleares como el bombardeo
Tu-160, el transportador An-124, y el avión de largo alcance IL-62. Vale decir
que soberanamente Venezuela ha hecho uso de su derecho a la legítima defensa de
su integridad y dignidad nacional.
Así que ahora Venezuela se ha convertido en la piedra de
choque; o más concretamente en el iceberg, con el que ha chocado el Titanic
estadounidense, que empieza a hundirse, mientras Rusia despega sus aviones
bombarderos para defender la patria del libertador de América.
prudenprusiano@gmail.com
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