Por Marcel Alejandro Doubront Guerrero:
Con la Victoria de Bolsonaro en Brasil muchos son los
comentarios que los eruditos de la política en Latinoamérica, esbozando desde culpar al mismo pueblo por
votar por su opresor hasta culpar a Maduro por la derrota de otros, olvidando
que Nicolás viene enfrentando una dura pelea contra el imperio norteamericano y
aliados internacionales, soportando un conjunto de medidas coercitivas
totalmente antagónicas a los derechos humanos que muchos ante el miedo de
vivirlas prefirieron traicionar un movimiento continental de liberación de la
Patria Grande, algo que sintoniza con lo planteado por Hugo Zemelman “hay muchas formas de reaccionar ante un
trauma tan profundo (…) se puede escribir música o poesía, se puede pintar o más bien guardar silencio;
se puede dejar llevar por la desolación, por el pesimismo corrosivo, de muchos
al negar cualquier posibilidad de futuro; generar una teoría de la derrota o
tratar de entender algunas otras cosas que están detrás.”
En relación a lo planteado, las revoluciones no vienen de la
nada o por obra y gracia de la casualidad, estas tienen un porque y un para que
y si en una revolución se pierde el motivo y la visión de ella bien sea por
descuido, confianza o desviación, no solo el método debe ser cambiado sino los
sujetos que asumen la dirigencia ya que
como refiriera Mariátegui "La revolución socialista encontraría su más
encarnizado y peligroso enemigo, -peligroso por su confusionismo, por la
demagogia-, en la pequeña burguesía afirmada en el poder, ganado mediante sus
voces de orden" en tal sentido, la Derrota del PT en Brasil merecen una
reflexión muy interna ya que desde una visión más objetiva nadie cree que en
Brasil existan 60 millones de Oligarcas, Blancos, Evangélicos, Fascistas, o
cualquiera denominación que se le pretenda dar a los votantes de Bolsonaro, por
el contrario si la dirigencia olvida de donde viene, donde esta y a donde debe
ir la culpa no es ni del pueblo ni de Maduro.
Ahora bien, en consonancia con lo expuesto, bien claro lo
refirió el Comandante Chávez “En América Latina nos quieren imponer el modelo
de democracia diseñado por los Estados Unidos, y al que no acepte entrar por
ese carril, lo acusan de populista radical, terrorista y dictador.” tan firme
como la claridad del Comandante Fidel en 1959 al referir "No nos engañamos
creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más
difícil" y si eso no es entendido
sino que por el contrario muchos por miedo, incapacidad o inmoralidad, no son cónsonos con lo dicho por Sandino
“Nosotros iremos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte; y si morimos,
nuestra causa seguirá viviendo. Otros nos seguirán.” o por lo dicho por el Che
“las revoluciones no se llevan en los labios para vivir de ellas sino en el
corazón para morir por ella.” no podrán entender ni explicar porque la derecha
toma tanto espacio en Venezuela y el mundo.
Todo esto nos lleva a la necesidad de un plan revolucionario
a la altura de la necesidad y del momento historico, observamos muchos eventos,
marchas, foros, congresos, ¿pero a quien se pretende engañar? no hay trabajo
ideológico, la formación política para la construcción de una nueva sociedad no
se da desde una tarima y los avances no se demuestran con consignas, ejemplos muchos,
que muestran un serio desconociendo de la guerra que hoy se vive contra el
imperialismo, es ese orden de ideas Zemelman bien lo refiere “si no estamos
construyendo un pensamiento teórico porque no estamos comprendiendo los
fenómenos de nuestras realidades, con toda su carga histórica y la propia
historicidad del fenómeno ¿Cómo podemos formar a la gente joven?, ¿Cómo se puede formar
a alguien, en el sentido de enseñarle a pensar?”
Necesitamos construir un método Inter, Multi y transdisciplinario, donde
podamos sembrar una verdadera Revolución Bolivariana, en lo educativo con
pensum de estudios que enseñen a
conocer, querer, amar, y defender la patria, hay universidades que
llevan el nombre de Simón Rodríguez, Andrés Bello, Francisco de Miranda, Simón
Bolívar y no hay materias que hable de su vida, obra y legado ¿Cómo se puede
hablar de una revolución Bolivariana si no conocemos nuestra raíz histórica?
¿Cómo podemos pretender construir desde el presente el futuro necesario si no
conocemos nuestro emancipador pasado? ¿Cómo se puede hacer una trasformación
universitaria en el siglo XXI si la ley de universidades es del siglo XX?
En lo comunicacional las emisoras radiales del sistema de
medios del estados tienen en un segundo plano nuestra cultura cuando el sistema
de medios públicos debe ser como bien planteara nuestro Libertador y
corroborado 200 años después por nuestro Comandante Chávez como una “artillería
del Pensamiento” la difusión en los cine club, teatros comunales, de la vida obra y legado de nuestros
libertadores, la incorporación en las Canaima de nuestros niños de juegos de
videos donde los héroes no sean personajes de los imperios sino que sea un
Bolívar, Sucre, San Martin, Guaicaipuro, Juana Ramírez.
En lo político la organización popular en todos los espacios
de lucha como un deber revolucionario, la conformación de las escuelas de
cuadros en las fábricas, universidades, institutos públicos, que permitan no
solo crear los nuevos liderazgos sino la metodología necesaria para fortalecer
nuestro sistema de liberación nacional o como claramente lo expuso el
comandante Chávez “No es lo mismo hablar
de revolución democrática que de democracia revolucionaria. El primer concepto
tiene un freno conservador; el segundo es liberador”
Posiblemente estos planteamientos están plagados de una gran
utopía pero como dijera Marcos “La libertad es como la mañana. Hay quienes
esperan dormidos a que llegue, pero hay quienes desvelan y caminan la noche
para alcanzarla.”
marceldoubront@gmail.com
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