Por Juan Martorano:
Mi reunión con los compañeros de la Plataforma Campesina
Admirable.
Como muchos que nos sensibilizamos ante las justas luchas de
los eternamente excluidos, estando en mi estadía en el estado Bolívar,
visitando a familiares, seres queridos y amistades, y extendiendo mi tiempo de
permanencia debido a los problemas de transporte terrestre y aéreo que afectan
a dicha entidad federal, me hice del conocimiento, como muchos, de la
denominada Marcha Campesina Admirable. Una lucha que ha contribuido a encender
nuevamente las llamas y a reactivar la movilización del movimiento popular para
sacudir y estremecer los cimientos de nuestra Revolución.
Uno de los problemas que debe enfrentar la Revolución no
estriba única y exclusivamente en la lucha de clases entre los dueños de los
medios de producción y los que deben vender su fuerza de trabajo para poder
subsistir. También en esta etapa del proceso, debemos deslastrarnos de tantos
contrarrevolucionarios que tenemos a lo interno de nuestras filas, que usan
boina roja y manosean el legado del Comandante Inolvidable, con el objeto de
tratar de mancillar su nombre y obtener privilegios y prebendas que Chávez en
vida jamás hubiese consentido.
Y esa expresión de esa lucha de clases tiene que ver con el
problema de la tierra, y de las luchas de los hermanos campesinos y hermanas
campesinas. Esta lucha contra el latifundio rural ha costado la vida de más de
300 camaradas, iniciada durante el gobierno del Comandante Eterno y acrecentada
durante la gestión de Nicolás Maduro.
El poder económico expresado en los terratenientes ha tenido
la capacidad de comprar a funcionarios del INTI y de nuestro Ministerio del
Poder Popular para la Agricultura y Tierras, y han pagado muy bien y en
dólares, para desalojar a los que quieren labrar la tierra, ponerla a producir
y garantizar la seguridad agroalimentaria de nuestro pueblo. Los hermanos y
hermanas del campo son la columna vertebral sobre la que debe descansar nuestro
modelo productivo, con tendencia a satisfacer las necesidades humanas.
No en balde, y consciente de que este comentario levantará
muchas ronchas, el símbolo del comunismo internacional es la hoz (que simboliza
al campo) y el martillo (que simboliza a la clase obrera), esos son los dos
pilares y los que deben asumir del Estado Revolucionario y Comunal en
construcción en estos momentos.
La lucha no solo es en contra del capital que pretende
subyugar y doblegar la voluntad del pueblo venezolano. La lucha también es en
contra del burocratismo, de la corrupción, del minimalismo, de la indolencia,
de la flojera de muchos y muchas que, estando dentro de las instituciones del
Estado y con puestos de responsabilidad, torpedean al Poder Popular, lo
maltratan y lo vejan.
En ese espíritu del Golpe de Timón y de las 3R innumerables
veces promovidas por Hugo Chávez, y en un espíritu de la Revolución dentro de
la Revolución y de una necesaria depuración de las filas revolucionarias y de
los contrarrevolucionarios enquistados en instituciones del Estado, es que se
dio la Marcha Campesina Admirable, la cual arrancó desde el pasado 12 de julio
de 2018, y durante un poco más de tres semanas, y “a pata” como lo señalan
ellos mismos, recorrieron casi 500 kilómetros que separa el estado Portuguesa,
de Guanare, hasta la ciudad de Caracas, capital de la República.
Varios fueron los intentos por invisibilizar, negar, comprar,
torpedear, doblegar a los promoventes y el esfuerzo realizado por los
impulsores de esta iniciativa revolucionaria, incluso que no llegarán a
conversar con el Presidente de la República Nicolás Maduro. Si no hubiese sido
por la voz de muchos y de muchas de nosotros y de nosotras que nos
sensibilizamos por la lucha de estos hermanos de clase, y por la presión
popular y el avance indetenible de la misma, no se hubiese logrado uno de los
cometidos de los compañeros que era llevar denuncias y formular un conjunto de
propuestas e iniciativas al Presidente de la República, y justo es decir,
lograron parte del cometido.
No obstante, uno de los problemas endémicos que enfrentamos
como revolución es que no hacemos seguimiento a las instrucciones y órdenes
presidenciales. Señor Presidente, se lo expreso con muchísimo respeto, entiendo
que entienda usted personas que sean de confianza, pero debe velar porque sus
instrucciones sean cumplidas, porque sino el que queda mal es usted.
Resulta que luego del 2 de agosto, una vez que recibió a los
hermanos y hermanas de la Plataforma Campesina, con los compas se grabaron
videos, micros, respecto a las problemáticas que los compañeros y compañeras
del campo vinieron a plantearle, pero luego de unos días, bajo el argumento del
magnicidio en grado de frustración, el congreso del PSUV, la reconversión y el
Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica, nuevamente se
pretende invisibilizar la justa lucha de estos hermanos y hermanas en contra
del latifundio y el sicariato.
Gracias a algunos buenos amigos y amigas que tengo dentro
del movimiento popular en Caracas, acudí al Liceo Fermín Toro, donde empecé a
conocer a los integrantes de esta Plataforma de Lucha Campesina. No pude dejar
de sentir mi respeto y admiración de unas personas que en cualquier otro país
deberían ser considerados y tratados como héroes, y que constituyen la primera
línea de defensa en contra de la guerra económica y pilar fundamental del
modelo productivo que pretendemos erigir.
Allí tuve la oportunidad de conversar con compañeros como
Arbonio Ortega, Jesús Osorio, que han figurado como los principales voceros y
líderes de la referida organización popular. Como parte de las anécdotas que
recojo de este encuentro es que , antes de la conversa, y de la reunión
informal sostenida que estos hermanos y hermanas, fue que tuve la oportunidad
de conocer a la bella Fermina (una guacamaya), la cual siente celos y molestias
por las féminas, pero como que siente simpatías por los caballeros. Fermina se
me quedo un rato largo en mis pies, y casi me guiñaba los ojos, creo que le caí
muy bien.
Pero hubo unos
testimonios de dos personas que me impactaron, conmovieron y sensibilizaron
profundamente.
El primero fue del campesino guariqueño José Bastardo, un
hombre que le calculo cerca de 70 años de edad, pero de casi dos metros de
altura, y un hombre cuyas faenas del campo le han dado una fortaleza física,
moral y espiritual extraordinaria. Sus enormes manos al estrechar las mías,
sentí una energía y una fuerza de siglos digna de los llaneros de las Queseras
del Medio y que llevaron la libertad a más de medio continente y bajo el
liderazgo de Simón Bolívar, Padre de la Patria Grande.
Este camarada, saliendo desde el estado Amazonas, según me
comentó, duró un mes y dos días cabalgando desde el estado Amazonas hasta
Caracas, a fin de rendir honores al Comandante Chávez en el Cuartel de la
Montaña. Bastardo solo registró 12 días de ese recorrido que fue – según me
indico- cuando comenzaron a entrevistarlo. Luego, en esta oportunidad, se
incorporo a la Plataforma y a la Marcha Campesina Admirable.
Pero hubo el otro testimonio, el de la camarada Neida
Rodríguez del estado Portuguesa, cuyo desgarrador testimonio de cómo compañeros
campesinos han sido objeto del sicariato de terratenientes, de cómo el INTI no
les da respuesta a sus reclamos, y antes bien, funcionarios de esa institución
se dejan corromper por estos mercenarios terrófagos. De cómo se demoran para
hacer justicia y dar respuesta a sus planteamientos, me tocó profundamente el
corazón, y comprenden en su justa y correcta dimensión el problema de la
producción y de la escasez de alimentos en el país. No pudieron dejar de
asomárseme sendas lágrimas luego de escuchar su testimonio y darle un gran
abrazo, así como a José Bastardo y a tantos otros a quienes ruego me disculpen
por no recordar para el momento en que escribo estas líneas, sus nombres.
Y sobre todo, que gente tan hermosa, que gente tan sencilla,
que gente tan clara de la cual tenemos muchísimo que aprender. Gente que no le
importa compartir hasta lo que no tienen con tal de hacerte sentir confortable
y cómodo. El día de ayer, 30 de agosto
de 2018, recibí, permítanme manifestarlo, una de las más grandes lecciones de
humanidad y de don de gente en muchísimos años de mi corta existencia.
Y ha quedado el compromiso, junto a esos hermanos y
hermanas, de seguir reuniéndonos, de seguir visitándolos, de seguir articulando
y seguir apoyando su justo llamado a la restitución de la justicia social, a la
cual ellos tienen derecho.
Y es en ese sentido, señor Presidente, y con todo el
respeto, que me quiero permitir formularle las siguientes peticiones.
Presidente, usted dio instrucciones que a estos compañeros
no les faltará nada. Pues déjeme decirle que después que usted los recibió en
Miraflores, los compañeros se encuentran en el Liceo Bolivariano Fermín Toro,
viviendo de la solidaridad de algunos compañeros y compañeras que han recogido
para que las más de 250 personas (muchas mujeres y niños, por cierto) que se
vinieron “a pata” de Portuguesa a Caracas puedan comer. De hecho algunos de
ellos que son productores de plátano, mandaron a buscar un camión a Caracas, el
cual lograron vender y con el dinero recaudado, lograron completar para los
alimentos y demás enseres para su pernocta en el referido centro educativo.
Y es ahí señor Presidente, donde le formulo algunas
preguntas:
¿No le encomendó usted a la Vicepresidenta Ejecutiva Delcy
Rodríguez que se encargará de ellos? ¿Por qué han dicho que se ha encontrado
enferma y han bypaseado y aún muchas de sus instrucciones dadas por usted no
han sido cumplidas? ¿Las instrucciones y el enlace con el Fiscal General,
Tareck William Saab? ¿Por qué no se les habló con la verdad a los compañeros y
compañeras y se les indicó que la Vicepresidenta no está enferma, sino que por
instrucciones suyas, iba de gira internacional? ¿No cree que hay gente a su
alrededor muy interesada en hacerle quedar mal?
No conforme con ello, ya incluso estos compañeros y
compañeras les han dado una semana para desocupar el Liceo Fermín Toro, bajo el
argumento del próximo inicio del año escolar. ¿Y para donde se irán estos
hermanos y hermanas? ¿Quién velará por su bienestar?
Hay gente que aposto – y apuesta- que luego de que usted
recibió a estos hermanos y hermanas de la Plataforma Campesina, ellos se irían
a sus casas, le echarían tierrita al asunto y se olvidaría rápidamente. No
contaban que estos compañeros y compañeras, decidieron en contra de la voluntad
de las quintas columnas que tenemos en nuestras instituciones, permanecer en
Caracas hasta tener respuesta a muchas de las peticiones, propuestas y reclamos
aún no atendidas y que constituyen tarea pendiente de nuestro Gobierno
Revolucionario. Estos compañeros ya tienen más de 40 días fuera de sus hogares
y aún no han regresado, es importante resaltar esto.
Estamos a las vísperas de un Congreso Campesino, el cual ha
sido llamado por usted y por los hermanos y hermanas de esta Plataforma de
Lucha Campesina .Así como en foros con invitados internacionales se ha habilitado
el Alba Caracas, El Eurobuilding y otros, ¿Por qué el Gobierno Bolivariano no
hospeda a los más de 500 campesinos y campesinas que vendrán de todas las
regiones país para ese Congreso? ¿Por qué Caracas que será la anfitriona de
este Congreso, no le da cobijo y digno abrigo a los más de 800 hermanos y
hermanas del campo que durante días darán las líneas gruesas para el combate a
la guerra económica, garantizándonos la seguridad y soberanía agroalimentaria
que nos mandata el artículo 305 de nuestro texto constitucional?
Son tantas inquietudes que me surgen, con la fuerza del
azadón, de la escardilla y del machete que pude cargarme con estos hermanos y
hermanas.
Y el último llamado que me quisiera permitir hacer a través
de estas líneas, a todos los revolucionarios y revolucionarias que de alguna u
otra manera acompañamos la digna lucha de los hermanos de la Plataforma
Campesina, es que no nos hagamos eco de la campaña de la invisibilización de
esta justa lucha. Estos hermanos y hermanas aún requieren de nuestras palabras
de aliento, de nuestra solidaridad y de todo nuestro apoyo en diversos ordenes
(alimentos, medicamentos, ropa, entre otras). Estos compañeros y compañeras han
constituido un revulsivo importante de nuestra Revolución, y a algunos nos ha
devuelto el espíritu y las ganas de continuar en lucha y combate. Debemos todas
y todos prepararnos para el Congreso Campesino, y sobre todo, estar prestos a
las múltiples enseñanzas y aportes que ellos y ellas tienen para con nosotros.
Y sobre todo, que no olvidemos nunca jamás que, si el campo
no produce, la ciudad no come.
¡Bolívar y Chávez viven! ¡Y sus luchas y la Patria que nos
legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
j_martorano@hotmail.com
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