Lo primero que uno se pregunta ante la situación crítica que
vive el país, es: ¿hasta cuándo?, ¿hasta cuándo el pueblo seguirá soportando
(solapando)? La respuesta, tristemente es: hasta siempre. En Guatemala la cosa
es de tal sociedad, tales gobernantes.
Hablar de la corrupción en Guatemala, del posicionamiento de la
impunidad ante la justicia, del asalto de las clicas criminales al gobierno del
país, es hablar del ADN de la sociedad en sí. En Guatemala estamos hechos
de mediocridad, de hipocresía, de
tibieza y de descaro.
Jimmy Morales no dio ningún golpe de Estado como el de
Temer a Dilma en Brasil, ni engañó a las
masas como el traidor Lenín Moreno en Ecuador, él fue puesto ahí por la mayoría
de quienes fueron a manifestar por corrupción los sábados de ir a broncearse,
cuando estaba la bullaranga de destituir al genocida Otto Pérez Molina. Es
decir: los majeados por la oligarquía, el ejército y la embajada de Estados
Unidos en el país. Fueron esas marionetas que son maniobrables para beneficio
de quienes tienen el sartén por el mango en esa fincona que aún no llega a
país, las que pusieron a ese truhán de presidente.
Analicemos a profundidad a esa parte de la sociedad que se
ha resistido a la corrupción de Jimmy Morales. Hablo de esos ciudadanos cultos,
preparados, dignos, trabajadores y honestos que se manifiestan en redes
sociales y salen a manifestar los sábados de ir a broncearse (o mojarse ahora
que es invierno) frente a la plaza central: ¿por qué no salieron a manifestarse
cuando el gobierno de Jimmy Morales violó y quemó vivas a 41 niñas del Hogar
Seguro? ¿Acaso la vida de esas 41 niñas no importa lo más mínimo
como les importa la corrupción? ¿Qué
es lo indignadle entonces para esta parte de la población? ¿El robo de
dinero pero no los feminicidios ni las violaciones sexuales que vivieron estas
niñas? ¿Por qué no fueron capaces de reaccionar como lo hacen por la
corrupción? ¿Por clasistas, homofóbicos, machitas, misóginos e indolentes? ¿Qué
temática, qué hechos son los que tienen la capacidad de despertar en esta parte
de la sociedad la indignación colectiva? ¿Solo cuando se ven tocados en sus
bolsillos?
¿Por qué a esta parte de la población no le indignan las
muertes de familias completas en los deslaves de los basureros? Que se
alimenten de la basura, que viven en la basura, que mueren en la basura. ¿Por
qué no les indigna ver en cada esquina del país, bares y casas de citas y que
ahí se golpee, se viole sexualmente y se asesine a niñas, niños, adolescentes y
mujeres?
¿Por qué no los indigna la existencia de maquilas donde se
explota hasta despellejar a miles de parias? ¿Por qué no les indigna la
cantidad de niños picando piedra para sobrevivir? ¿Los miles de niños lustrando
zapatos en las calles y parques del país? ¿Las limpiezas sociales en los
arrabales? ¿Por qué solo les indigna cuando un monigote como Jimmy Morales
llega a robar y a solapar el saqueo de las clicas criminales?
¿Por qué no les indigna la explotación que viven miles de
indígenas a quienes se les niega todo, hasta el derecho a la vida? ¿A los miles
que se pudren en las fincas cortando café, caña, algodón, frutas y verduras?
¿No les indignan esos miles durmiendo en galeras, sin agua, sin luz, sin
servicio sanitario, sin un pago laboral justo? ¿Los miles que se ven obligados
a migrar sin documentos? ¿El abuso, la exclusión y las muertes de personas de
la comunidad LGBTI?
¿Por qué si les indigna la injusticia, en plenas
manifestaciones se apartan de los parias y de los Pueblos Originarios porque ni
siquiera en la búsqueda de justicia quieren verlos? ¿Por qué no se unen a las manifestaciones entre semana que
realizan los Pueblos Originarios? ¿Por
qué no les indigna con el mismo fervor que la corrupción las cantidades de abusos sexuales, embarazos y partos en niñas y adolescentes?
¿Por qué no les indigna con la misma ira las cantidades de feminicidios en el
país? ¿Por qué no les indigna que no
exista una educación y un Estado laico en el país? ¿Por qué no les indigna el
robo de mercadería, los golpes y el encarcelamiento de vendedores ambulantes
por parte de la policía?
¿Por qué no les indigna que el Congreso busque criminalizar
a las mujeres que abortan espontáneamente? ¿Por qué si odian la injustica no apoyan
el derecho al aborto? ¿Acaso por cachurecos, machistas y misóginos? ¿Por qué es
tan importante revolcarse y sacar espuma por la boca para llamar la
atención frente a la cámara de un medio
de comunicación en las manifestaciones? ¿Acaso para fingir decencia e
indignación? ¿Por qué no se revuelcan de
dolor y sacan espuma por la boca con la cantidad de niñas abusadas y
embarazadas por familiares y desconocidos?
En Guatemala todo es oportunismo, hasta la indignación
selectiva. Una llamarada de tuza que dura lo de un flash de fotografía. En
donde todo seguirá tal y como está, porque la explotación del paria y mantener
el sistema intacto beneficia a todo aquel que descansa placentero sobre los
lomos curtidos de quienes aunque griten jamás serán escuchados. Pero llegará el día que esos miles de parias despertarán en rebelión y no
habrá plaza de sábado de ir a broncearse ni indignaciones selectivas que puedan
detenerlos: será la insurrección de la alcantarilla.
ilka@cronicasdeunainquilina.com
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