Por Germán Saltrón Negretti:
Economistas y políticos importantes admiten que el sistema
capitalista mundial se encuentra en una profunda crisis económica y política
que aumenta la desigualdad, pero quieren mejorarlo “la pregunta que se hacen es
qué puede pasar después del capitalismo”. “La Universidad de Harvard le
preguntó a los universitarios qué podía haber después del capitalismo, y el 51%
de la muestra dijo no creer en el sistema. Esto es “algo preocupante”
sentenciaron las autoridades. El ideal que durante la guerra fría se asoció al
sueño americano, hoy es asociado por muchos jóvenes a la crisis financiera.
El capitalismo ha
creado algunos progresos económicos para unos pocos, pero para la mayoría de
los habitantes las desigualdades son profundas. Por qué no hay una distribución
equitativa de la renta producida, el 1% de la población se apropia del 90% de
la riqueza, es un problema grave que impresionará al capitalismo. Es
trascendental abrir el debate para buscar algún modelo alternativo a este
sistema sin pasar por una guerra nuclear que sería la destrucción del planeta.
¿Si hay solución? Claro, el sistema socialista de producción
ha demostrado ser más equitativo en la distribución de la riqueza. La Unión de
República Socialista Soviética y su sistema económico se basaban en la
propiedad social de los medios de producción, dentro de la teoría general
marxista-leninista. El Estado dentro de los sóviets, existía una planificación
y control global de la economía soviética para satisfacer las necesidades
básicas de toda la población. Las consecuencias de la I Guerra Mundial y la
Guerra Civil Rusa obligaron al nuevo país a adoptar el llamado comunismo de
guerra; tras finalizar la guerra civil el gobierno de Lenin impuso la Nueva
Política Económica (NEP) que combinaba algunos elementos socialistas y
capitalistas, pero que no fue capaz de impulsar y restablecer la economía, por
lo que desde 1928 se impusieron los Planes Quinquenales.
La invasión de la Alemania nazi en Europa durante la II
Guerra Mundial interrumpió este proceso. Tras la victoria contra en nazismo y a
pesar de las pérdidas humanas y económicas durante la II Guerra Mundial, la
URSS se convirtió junto a los EE.UU en la segunda economía del mundo, tanto
económica como militar. Lograron colocar el primer satélite artificial en el
espacio junto con el primer humano. En 1941 la Unión ocupa el segundo lugar a
nivel mundial en la producción de hierro, petróleo y oro. Es el tercero en
producción eléctrica, fundición, acero y algodón. Y el cuarto en la producción
de carbón y motores de automóvil. El ejemplo más espectacular de esta
transformación puede encontrarse en la electrificación, que pasa de una
producción de 2500 millones de kWh en 1928 a 40 000 millones en 1938, un
aumento del 1600% en una década.
Pero, la guerra fría y la carrera armamentística con los
EE.UU, hicieron invertir sumas millonarias en armamento. Además, los errores
estratégicos en el plano económico, ocasionaron algunos movimientos políticos
independentistas y terminaron por hacer desaparecer a la Unión Soviética en
1991.
El capitalismo
actualmente pasa por una crisis económica a nivel mundial y afectar gravemente
ecológicamente al planeta. El sistema energético basado en combustibles fósiles
ha sido motor de desarrollo económico de los últimos 200 años. Pero, destruye
el medio ambiente y es urgente la sustitución de los combustibles fósiles por
las energías renovables. La solución es establecer un sistema económico donde
la justicia social para todos los seres humanos y el medio ambiente sea la
prioridad para todos los países. Esa es la posición de la auténtica izquierda
mundial, es preparar el hombre nuevo, como sostenía el Che Guevara, o “humanizar, para ser más justo”.
Será posible humanizar el capitalismo actual. La
"izquierda nueva" quiere cambiar los hombres y a "reformar"
aquellas estructuras del sistema que son socialmente "injustas".
Sostienen que lo malo del capitalismo, es la falta de control del Estado.
Piensan que con el ahorro y la eficiencia, junto con los cambios en hábitos de
consumo, junto con la sustitución de los combustibles fósiles por energías
renovables se puede solución el problema ecológico.
Pero humanizar al sistema capitalista estadounidense será
posible. Si analizamos sus dos partidos, demócratas "liberales" y
republicanos "conservadores") ningunos de los dos han detenido las
invasiones militares en busca de nuevos mercados y ganancias para los bancos y
transnacionales de Wall Street y del Complejo Militar Industrial
norteamericano. El gobierno de EE.UU no acepta los presidentes democráticos y
progresistas en el mundo, tales como Dilma, Cristina Kirchner, Evo Morales,
Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Correa o Lula que ejecutan los programas
económicos con estrategias moderadas y democráticas y atraves de elecciones.
Los EE.UU tiene el axioma: Nada de "hombre nuevo": sólo hay que
reciclar al "hombre viejo". Al capitalismo mundial hay que derrotarlo
políticamente o de lo contrario nos llevará a una guerra nuclear que será la
destrucción del planeta tierra.
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