Por Rafael Flores:
Sin la intervención
del Gobierno Bolivariano, en la planificación y ejecución de la
producción agropecuaria, ésta no contribuirá suficientemente a la solución de
la escasez de alimentos que padecemos los venezolanos. Evelise y yo sembramos lo que nos viene en
gana, en nuestro fundo MAHANAIM, en la Costa Oriental de nuestro árido Estado
Falcón; nuestra prioridad es sembrar maíz, yuca, frijoles, quinchoncho, auyama
y pasto para nuestro ganado, en atención a la necesidad urgente de nuestro pueblo; casi la totalidad de los productores vecinos
siembran exclusivamente melón en verano, cuando aprovechan el agua almacenada,
en extremo escasa en Falcón, con riego al goteo; un sistema costoso y de
exigente dedicación, que naturalmente
emplean para un producto muy bien remunerado, cuya siembra es de alto riesgo.
La contribución de éste producto, a la solución de la
escasez de alimentos, es irrelevante, pero tal dedicación no es motivo para que
disminuya mi aprecio por la laboriosidad de mis vecinos y, en contraste, mi
desaprobación a la ausencia del Estado de una función rectora y de vital
necesidad actual en la actividad agrícola. ¿No es acaso éste un momento cuando
necesitamos canalizar y motivar a la escasa población agrícola, cuya laboriosidad, como la de mis vecinos, puede
dar una enorme contribución para salvar
LA PATRIA?
¿Cómo puede estar ausente el Estado y no intervenir en la
determinación de los rubros agrícolas a sembrar, cuando de esa intervención y
elección depende la preservación de la independencia y soberanía de Venezuela?
Estoy de acuerdo con el esfuerzo de Maduro para proveer a
los venezolanos más necesitados de alimentos, pero no entiendo el abandono por
el Estado, de quienes podrían contribuir mucho más a producir esos alimentos,
si la intervención de ese Estado estuviera orientada también a esta prioridad,
tanto como lo está al privilegio de partir y repartir los escasos alimentos que
se distribuyen.
Cuando el clima no
permite la siembra de melón, mis vecinos siembran maíz, frijoles, yuca etc...
Aquellos rubros escasos, pero apenas lo que necesitan para alimentarse así
mismos y a sus familias y lo hacen con remilgos, toda vez que las siembras de
estos rubros se ven sometidas a la acción de necesitados y delincuentes.
El momento y las actuales circunstancias exigen que todos
los productores agropecuarios estemos
dedicados a producir estos alimentos, especialmente granos y cereales
que pueden ser almacenados; es inexplicable que el Estado no entienda o no
asuma esa urgencia y prioridad. Disfruto los programas del Ministro Castro
Soteldo, me ha hecho creer que lo está haciendo mejor que sus antecesores, pero
cuando analizo la realidad de nuestra actividad agrícola local y la ausencia
del Estado aquí, e imagino tal ausencia en todo el país, me embarga la
preocupación por el desenlace de la guerra económica y desabastecedora con la
que el imperialismo nos está atacando.
Venezuela enfrenta la amenaza de una agresión militar
estadounidense, que USA intenta justificar y ocultar detrás de una invasión a
Venezuela por Colombia. Ni ésta invasión será posible, gracias a la
intervención de DIOS TODOPODEROSO y la agresión imperialista fracasará, por muy
cruenta que sean sus consecuencias. La forma de agresión del imperialismo y de
sus lacayos, que sí le hace graves daños a la Revolución Bolivariana y pone en
riesgo la independencia y soberanía de Venezuela es la escasez de alimentos y
medicamentos.
eveliseyrafael@gmail.com
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