Por Manuel Humberto Restrepo Domínguez:
Sumario. Ahora y por
primera vez, única e irrepetible se podrá abrir el camino para construir una
Colombia humana, sin exaltaciones a la violencia y sin injusticias, para que la
vida valga más que la muerte, los jóvenes sean el motor de la inteligencia, el
bienestar colectivo sea posible y la paz permita vivir sin temores ni
carencias. La llave para salir del oscuro periodo del país, la tienen la
generación de jóvenes a los que les han robado la esperanza y de viejos que
todavía tienen sueños por cumplir, es un asunto vital, no de ideologías, ni
afinidades o controversia políticas. Es como si moralmente se estuvieran
enfrentando el bien y el mal, el odio y el amor. El país fue sometido a la
oscuridad, al fracaso económico ocultado por engaños, a la negación de los
jóvenes y a la prevalencia de la barbarie. El régimen Uribe es responsable de
los mayores desastres frente a los jóvenes, la economía y la vida y tenderían a
repetirse con Iván Duque.
El primer desastre, fue tratar a los jóvenes como soldados y
delincuentes; el segundo el descalabro de la economía, rescatada por
inversionistas y traficantes, que la valió a Uribe para entregar el poder a la
elite ilustrada y; el tercero la vida humana tratada con desprecio. Las
prácticas de este modo de gobernar se centran en discriminaciones (étnica,
racial, sexual, política, social y de origen regional) y en barbarie y crueldad
como síntesis del odio y antítesis de la vida. Defender la vida, el bienestar y
la paz, son la necesidad primordial para cualquier manera de pensar y actuar en
civilización, que por encima de diferencias prefiera una idea de ser humano con
sentido de humanidad. Hacer todo por una Colombia humana, es un derecho
merecido y un deber ético, una expresión de respeto de la gente, a todas las
personas y sus culturas, es un compromiso con nosotros mismos, lo contrario es
permitir la barbarie que propone y ya hizo el régimen Uribe. El análisis se
expone en tres textos: I. Con jóvenes Todo por Colombia Humana y contra la
negación de la juventud. II. Con Bienestar Todo por Colombia humana y contra un
nuevo desastre de la economía. III. Con Paz Todo por una Colombia humana para
salir del túnel del miedo.
I. Con Jóvenes Todo
por Colombia Humana para salir de la negación de la juventud.
Los jóvenes tienen
ahora y por esta única vez, la oportunidad de decidirse por cambiar el trágico
destino trazado por el odio y la barbarie que los metió en un túnel de miedo,
donde solo cuentan como instrumentos de muerte, útiles a las estadísticas de la
seguridad democrática, convertida en política de terror, prescindibles y
tratados in-humanamente. Por primera vez cada uno cuenta y cada decisión tiene
el máximo valor, en humanismo y en democracia. Propuestas como un millón de
informantes, soldados campesinos, estudiantes informantes de la fuerza
pública[1], soldados obedientes cometiendo crímenes y millones despojados de
sus sueños por acceder a una carrera, un empleo o una oportunidad de vida
digna, definen el desastre contra los jóvenes, a los que les cambiaron el
destino. Unos fueron asesinados u obligados a asesinar, otros empujados al
delito o al exilio y muchos más perseguidos con falsos judiciales. Cientos por
tratar de sobrevivir cometieron faltas y fueron y entregados en extradición a
Estados Unidos como parte de pago en un botín de cifras. Uribe extradito a 1149
de un total de 1482 (desde 1984, el 78% del total, eltiempo.com, 28/04/2010,
extradiciones).
El record de crueldad, odio y falta de oportunidades y
crueldad para los jóvenes no tiene comparación en la historia reciente del
país. Cada derecho, uno a uno, fue negado, no hubo políticas, ni programas en
su beneficio, se les trato con odio. El derecho a la educación dejó un balance
en perdida. Los estudiantes fueron tratados como delincuentes y su protesta
criminalizada. En el territorio olvidado de pequeños poblados, los
paramilitares, asaltaron la educación, raptando niñas para ser violadas y
torturadas y en los cordones de pobreza de las ciudades tuvieron que sobrevivir
en medio del acoso e injerencia sobre sus conductas. Algunos colegios de
bachillerato fueron plagados de informantes y los estudiantes requisados y
sometidos diariamente a la seguridad privada para entrar a las aulas y los
profesores amenazados y desterrados.
La educación Superior
completó el tránsito de derecho a mercancía y algunos Consejos Superiores
entregados a clientelas regionales.
Proliferaron universidades negocio (de garaje) de mala calidad
y la exclusión basada en altos costos de matrícula se hizo imposible para
jóvenes de sectores populares y medios. Las universidades públicas quedaron
desfinanciadas en más de 12 billones (el costo de Hidroituango, el sobrecosto
en Redificar o el robo de los Nulos y otros) y la deserción quedo con un
promedio del 40% nacional.
El programa de Uribe-Duque ofrece destruir la autonomía,
extinguir la estabilidad laboral, arrebatar la libertad de cátedra, poner en
riesgo las nóminas de planta de funcionarios y profesores, reforzar la
seguridad policial e impedir la legitima protesta con la excusa de que en en la
universidad pública los jóvenes de sectores medios y populares se vuelven
terroristas, alentados por un profesorado del que desconfían y al que desprecian.
Una muestra de lo ya probado fue la entrega de la U. De Córdoba al control de
paramilitares como Mancuso que produjo deserción, muerte, tortura, desaparición
forzada, asesinato de estudiantes y profesores y un cambio de mentalidad
colectiva.
El derecho a la vida de los jóvenes, fue suspendido,
carecieron de agua, alimento, reconocimiento siquiera para acudir al préstamo
de un baño público por falta de dinero. Los 12 años de los gobiernos de
Pastrana y Uribe, (1998-2010), produjeron5.827.898 víctimas, el 70.13% del
total de víctimas actuales del país (Registro Único de Victimas), con mayoría
de jóvenes, mujeres y niños. De Pastrana quedaron 2.453.628 víctimas y de Uribe
Vélez 3.374.270 (León Valencia, semana.com, 70% del total de víctimas) y de
cada 5 muertos 4 fueron civiles (CNMH), la mayoría jóvenes.
Las arpías del
régimen expresan odio contra los jóvenes llamando a despreciarlos cuando no
aceptan poner sus vidas a disposición de la opresión o explotación que les
ofrecen. Paloma Valencia (del linaje del sur del país) pide apartheid para los
indios, en cuyos pueblos la mayoría son jóvenes, separar el territorio de
mestizos del de indios; María Fernanda (y Lafourie) se oponen al regreso de los
jóvenes campesinos y sus familias a sus tierras (hacienda las pavas incluso
contra un fallo de la corte) y de los jóvenes afro repiten que cuando los ponen
a trabajar o se roban las cosas o se agarran de las greñas.
Valencia, Lafourie, Irragorri o Mosquera, Chad (como en la
violencia cauchera de la casa Arana, cuyos crímenes perduran) creen que indios,
campesinos o afro, jóvenes en su mayoría, son para esclavizarlos o matarlos si
no les obedecen. Londoño, Ramos, Guerra, V. Morales, comparten con Ordoñez la
quema de libros, maldicen a los “jóvenes
por libertinos” y piden cuarentena para los jóvenes impíos en coro con Gerlein
(el del sexo excremental) y ciertos pastores desalmados. Francisco Santos una
vez descubierto en su proyecto de crear un bloque paramilitar para Bogotá para
asesinar jóvenes y luego de haber prometido “expropiar tierras a los ricos”, se
convirtió en falso nuevo “campesino” apropiándose de baldíos de la altillanura
(W. Arias) y completa su desprecio por los jóvenes pidiendo castración para los
que salgan delincuentes y choques eléctricos para los universitarios, en tanto
Uribe clama por linchamientos y más cárceles y ojala tortura.
La guerra no puede
ser otra vez el único destino de los jóvenes, su ocupación no puede ser otra
vez como soldados, informantes, mercenarios, cazadores de recompensas o
victimas frescas que incentiven la venganza. Educándose, haciendo ciencia,
arte, creando, innovando, con oportunidades, libres, ahí deben estar los
jóvenes hombres y mujeres, también exigen ser respetadas y reconocidas como
tales en igualdad y derechos, no negadas como lo promueve el programa
Uribe-Duque, para quienes, las conquistas de género, diversidad y diferencia
son entendidas como enfermedades que vienen del demonio, y que según ellos, es
una ideología de género que hay que extirpar y quitarles la histeria[2] y
devolverlas a su papel de profesionales en las faenas de la casa y del
equilibrio de sus maridos en el poder. Quien entienda (o al menos lo dude) que
Uribe no es solo un hombre cualquiera, sino el furher, el líder del reino de la
oscuridad, el que manda sobre el que elige, sabe que no hay cabida para jóvenes
en su programa de gobierno (Duque),
aunque hagan mil promesas, juren por sus muertos lo escriban sobre
piedra o se sirvan de los ellos para hacer campaña por 25.000 pesos el día.
La hora de pensar y actuar como una sola fuerza de jóvenes
en unidad y de hacerlo Todo por una
Colombia Humana, es ahora, tiene como fecha histórica, única e irrepetible el
17 de junio de 2018, para que los mismos jóvenes sean constructores de su
propio destino, recompongan los tejidos de la cultura y le muestren al mundo de
lo que son capaces cuando viven con dignidad.
II. Con Bienestar Todo por Colombia Humana para salir del
desastre de la economía.
El programa económico de la Colombia Humana, pone el valor
de la vida como la mayor riqueza con criterio de valor por encima de las
mercancías, y permite salir del túnel de la miseria a la que están condenadas
las mayorías luego del desastroso programa económico del régimen Uribe. En los
primeros 6 años de gobierno logró avances y crecimientos, pero al final de los
8 años el embrujo se desvaneció, el progreso se frenó y la deuda social creció.
La distorsión del aparato productivo al cambiarle su cauce quedó semi
destruido, se perdieron miles de puestos de trabajo, se concentró la riqueza en
las mismas familias en el poder, se desmontaron garantías sustanciales de los
derechos laborales y se incrementó la desigualdad. Cuando debía sentirse la
fuerza de las crisis acudieron al rescate los prestamistas, (que se rasgan las
vestiduras defendiendo a su candidato por medios y encuestas manipuladas) en
espera de recibir la riqueza de biodiversidad y minería, como parte de pago por
el oportuno favor todavía no pagado del todo. La magnitud del desastre le pasó
factura a Uribe obligándolo a entregar el gobierno a Santos, para tranquilidad
de elites e inversionistas globales.
El modelo de desarrollo de Uribe fue regresivo, estuvo
orientado a los más ricos, que aumentaron sus fortunas en detrimento de los
trabajadores, que perdieron garantías de salud, educación, capacitación,
jubilación, asociación, horas extras y estabilidad y se afianzaron desempleo y
rebusque. El crecimiento anual promedio del 4% no se repartió de manera
equitativa, si no que “a unos pocos les tocó mucho y a muchos les tocó muy
poco” (portafolio.co, Mauricio cabrera). El presupuesto de la guerra fue el más
alto de la historia de Colombia, bordeó el 4% del PIB, mientras en el resto del
continente fue del 1.6%. Ninguna guerra es gratis y parte de los intereses del
costo de esa muerte se está pagando por deuda, que hacen crecer los impuestos,
aparte de que lo ya gastado fue miles de veces más alta que las inversiones
realizadas en cultura, deporte o empleo, jóvenes y viejos.
La firma de los tratados de libre comercio, TLC, representó
el primer eslabón (2006) del fracaso de la economía. Resultaron útiles a un
pequeño sector de poder, pero no proporcionan bienestar a las mayorías, ni
oportunidades a la producción propia, en un país de pequeños empresarios. Los
TLC por obedecer a reglas desiguales y entreguistas de la soberanía y la
defensa de la empresa nacional, acabaron con miles de puestos de trabajo y
agilizaron la entrega de licencias ambientales para el “saqueo legal” de las
riquezas del país y la prohibición y quema de semillas propias.
El programa económico
del presidente Uribe fue un infierno para el país y un paraíso para menos del
1% de la población. El desastre económico[3] quedo en evidencia en su segundo
gobierno, y para ocultarlo se incentivaron eventos y cifras de guerra y las
verdades a medias del gobierno se retrasmitieron con insistencia por los
medios, mientras se apresuraba la legalización de capitales de paramilitarismo
y narcotráfico. Entre 2008 y 2009, la amenaza de quiebra económica, movió los
cimientos de las elites, lo que quizá explique, porque el elegido de Uribe
“debió” ser su ministro Santos, probado en asuntos de estrategia militar,
política y económica, lo que resultaba confiable para banqueros, industriales e
inversionistas y afianzaba el proyecto hegemónico de dominación.
El desastroso modelo económico, dejó una tasa de desempleo
del 12.1% equivalente a 2.4 millones de jóvenes sin oportunidades, más otros 6
millones en el rebusque (elpais.com.co, 07/22/2010). Quebraron los pequeños
empresarios[4]industriales, agrícolas, avícolas, arroceros y ganaderos,
impidieron la venta de leche en cantina y promocionaron el cambio de dieta
alimenticia con la entrada masiva de enlatados transgénicos. De ñapa a Estados
Unidos, se le permitió apresurar el despojo con la instalación de 7 bases
militares y aumentar los asesores de combate, para mantener vivo el espíritu de
guerra y adelantar el saqueo de las megas diversidades del Choco y del
Amazonas.
El desastroso modelo económico de Uribe, dejó a Colombia
convertida en campeona en inversión extranjera (no redistributiva de sus
ganancias de crecimiento geométrico); alta desigualdad y creciente desempleo,
pero prósperos negocios para el vicepresidente F. Santos y los hijos Uribe (Tom
y Jerry), que pasaron de universitarios a grandes propietarios, dueños de
empresas de aseo, tierras, zonas francas, inmobiliarias, artesanías y negocios
en Panamá e Islas Vírgenes mientras más de un millón de jóvenes como ellos,
entró al rebusque, la informalidad, la delincuencia o simplemente al olvido, la
precariedad o la indigencia condenados a pasar de la pobreza a la miseria sin
retorno.
Economía de la Corrupción. El fracaso del modelo económico,
se completó con la reafirmación de un sólido sistema de corrupción que implanto
la idea de que el dinero valía más que la gente, que la ética o la política y
que todas lo que no pudiera ser comprado, debía ser eliminado. Fueron 27
grandes escándalos de corrupción vinculados al fracasado modelo económico,
durante los 8 años de Uribe, siguiendo los lemas del “todo vale” y “mientras no
estén en la cárcel vayan a votar”. La Yidis política cambio votos por notarias.
En todas sus campañas a la presidencia hay irregularidades que perfectamente
constituyen delitos.
Su llegada al poder por reelección fue fraudulenta, con
recursos y votos paramilitares; en la siguiente campaña presidencial su
promotor L.C. Giraldo fue condenado a 54 meses de prisión por fraude económico
y político. Su cuarta campaña (Santos) resultó comprometida con Odebrecht que
giró 400.000 dólares (R. Prieto está en prisión y el ex viceministro de
transporte Gabriel García aceptó haber recibido sobornos por 6.5 millones de
dólares). En 2014 su candidato Oscar Iván Zuluaga, habría contratado al
publicista Duda Mendoza, con dineros de Odebrecht de la presumiblemente recibió
un millón de dólares. Agro Ingreso Seguro, repartió miles de millones de pesos
de los campesinos entre los más ricos del país, (está condenado a 17 años de
prisión su ministro y candidato Andrés Felipe Arias). El presidente de
Saludcoop (C. Palacino) está acusado por haber usado los recursos de salud de
sectores medios y populares, para campos de golf e inmobiliarios entre 2002 y
2003. La lista de escándalos se completa con vínculos al narcotráfico
(Santoyo), asesinatos y compra de testigos (DAS), robo de dineros públicos
mediante contratos (Nule). Para borrar y negar la corrupción económica y
política, el DAS persiguió a críticos, periodistas, opositores y magistrados
que investigaban tales escándalos, por lo que están presos entre muchos
directivos, sus dos más protegidos directores, Jorge Noguera (condenado a 25
años de cárcel) y María del Pilar
Hurtado, (condenada a 14 años de cárcel).
Recompuesta la
economía en el gobierno Santos, Uribe trata de retomar el control del estado y
reinstalar su programa económico que pronostica un desastre aún mayor, que
llevaría al país a la quiebra total, con afectación a toda la sociedad, sin
excepción, lo que impacienta a algunos sectores medios de industriales,
comerciantes e inversionistas, que han perdido confiabilidad y credibilidad y
desconfían plenamente del modelo Uribe-Duque y que aunque encuentran
discrepancias en un gobierno con menor incidencia de partidos, les resulta
preferible y mas seguro y a ultima hora, puede llevar a un cambio de opinión y
hacerse participes del cambio, apoyando en las urnas el 17 de junio, a la
Colombia Humana, por temor a otra traición como la sufrida con los TLC o el
abandono a mitad de camino, que dejó a los sectores medios a merced de un sector
financiero voraz con la empresa.
mrestrepo33@hotmail.com
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