viernes, 15 de junio de 2018

Todo por Colombia Humana, para salir del túnel del miedo I


Por Manuel Humberto Restrepo Domínguez:
 Sumario. Ahora y por primera vez, única e irrepetible se podrá abrir el camino para construir una Colombia humana, sin exaltaciones a la violencia y sin injusticias, para que la vida valga más que la muerte, los jóvenes sean el motor de la inteligencia, el bienestar colectivo sea posible y la paz permita vivir sin temores ni carencias. La llave para salir del oscuro periodo del país, la tienen la generación de jóvenes a los que les han robado la esperanza y de viejos que todavía tienen sueños por cumplir, es un asunto vital, no de ideologías, ni afinidades o controversia políticas. Es como si moralmente se estuvieran enfrentando el bien y el mal, el odio y el amor. El país fue sometido a la oscuridad, al fracaso económico ocultado por engaños, a la negación de los jóvenes y a la prevalencia de la barbarie. El régimen Uribe es responsable de los mayores desastres frente a los jóvenes, la economía y la vida y tenderían a repetirse con Iván Duque.

El primer desastre, fue tratar a los jóvenes como soldados y delincuentes; el segundo el descalabro de la economía, rescatada por inversionistas y traficantes, que la valió a Uribe para entregar el poder a la elite ilustrada y; el tercero la vida humana tratada con desprecio. Las prácticas de este modo de gobernar se centran en discriminaciones (étnica, racial, sexual, política, social y de origen regional) y en barbarie y crueldad como síntesis del odio y antítesis de la vida. Defender la vida, el bienestar y la paz, son la necesidad primordial para cualquier manera de pensar y actuar en civilización, que por encima de diferencias prefiera una idea de ser humano con sentido de humanidad. Hacer todo por una Colombia humana, es un derecho merecido y un deber ético, una expresión de respeto de la gente, a todas las personas y sus culturas, es un compromiso con nosotros mismos, lo contrario es permitir la barbarie que propone y ya hizo el régimen Uribe. El análisis se expone en tres textos: I. Con jóvenes Todo por Colombia Humana y contra la negación de la juventud. II. Con Bienestar Todo por Colombia humana y contra un nuevo desastre de la economía. III. Con Paz Todo por una Colombia humana para salir del túnel del miedo.

 I. Con Jóvenes Todo por Colombia Humana para salir de la negación de la juventud.
 Los jóvenes tienen ahora y por esta única vez, la oportunidad de decidirse por cambiar el trágico destino trazado por el odio y la barbarie que los metió en un túnel de miedo, donde solo cuentan como instrumentos de muerte, útiles a las estadísticas de la seguridad democrática, convertida en política de terror, prescindibles y tratados in-humanamente. Por primera vez cada uno cuenta y cada decisión tiene el máximo valor, en humanismo y en democracia. Propuestas como un millón de informantes, soldados campesinos, estudiantes informantes de la fuerza pública[1], soldados obedientes cometiendo crímenes y millones despojados de sus sueños por acceder a una carrera, un empleo o una oportunidad de vida digna, definen el desastre contra los jóvenes, a los que les cambiaron el destino. Unos fueron asesinados u obligados a asesinar, otros empujados al delito o al exilio y muchos más perseguidos con falsos judiciales. Cientos por tratar de sobrevivir cometieron faltas y fueron y entregados en extradición a Estados Unidos como parte de pago en un botín de cifras. Uribe extradito a 1149 de un total de 1482 (desde 1984, el 78% del total, eltiempo.com, 28/04/2010, extradiciones).

El record de crueldad, odio y falta de oportunidades y crueldad para los jóvenes no tiene comparación en la historia reciente del país. Cada derecho, uno a uno, fue negado, no hubo políticas, ni programas en su beneficio, se les trato con odio. El derecho a la educación dejó un balance en perdida. Los estudiantes fueron tratados como delincuentes y su protesta criminalizada. En el territorio olvidado de pequeños poblados, los paramilitares, asaltaron la educación, raptando niñas para ser violadas y torturadas y en los cordones de pobreza de las ciudades tuvieron que sobrevivir en medio del acoso e injerencia sobre sus conductas. Algunos colegios de bachillerato fueron plagados de informantes y los estudiantes requisados y sometidos diariamente a la seguridad privada para entrar a las aulas y los profesores amenazados y desterrados.

 La educación Superior completó el tránsito de derecho a mercancía y algunos Consejos Superiores entregados a clientelas regionales.
Proliferaron universidades negocio (de garaje) de mala calidad y la exclusión basada en altos costos de matrícula se hizo imposible para jóvenes de sectores populares y medios. Las universidades públicas quedaron desfinanciadas en más de 12 billones (el costo de Hidroituango, el sobrecosto en Redificar o el robo de los Nulos y otros) y la deserción quedo con un promedio del 40% nacional.

El programa de Uribe-Duque ofrece destruir la autonomía, extinguir la estabilidad laboral, arrebatar la libertad de cátedra, poner en riesgo las nóminas de planta de funcionarios y profesores, reforzar la seguridad policial e impedir la legitima protesta con la excusa de que en en la universidad pública los jóvenes de sectores medios y populares se vuelven terroristas, alentados por un profesorado del que desconfían y al que desprecian. Una muestra de lo ya probado fue la entrega de la U. De Córdoba al control de paramilitares como Mancuso que produjo deserción, muerte, tortura, desaparición forzada, asesinato de estudiantes y profesores y un cambio de mentalidad colectiva.

El derecho a la vida de los jóvenes, fue suspendido, carecieron de agua, alimento, reconocimiento siquiera para acudir al préstamo de un baño público por falta de dinero. Los 12 años de los gobiernos de Pastrana y Uribe, (1998-2010), produjeron5.827.898 víctimas, el 70.13% del total de víctimas actuales del país (Registro Único de Victimas), con mayoría de jóvenes, mujeres y niños. De Pastrana quedaron 2.453.628 víctimas y de Uribe Vélez 3.374.270 (León Valencia, semana.com, 70% del total de víctimas) y de cada 5 muertos 4 fueron civiles (CNMH), la mayoría jóvenes.

 Las arpías del régimen expresan odio contra los jóvenes llamando a despreciarlos cuando no aceptan poner sus vidas a disposición de la opresión o explotación que les ofrecen. Paloma Valencia (del linaje del sur del país) pide apartheid para los indios, en cuyos pueblos la mayoría son jóvenes, separar el territorio de mestizos del de indios; María Fernanda (y Lafourie) se oponen al regreso de los jóvenes campesinos y sus familias a sus tierras (hacienda las pavas incluso contra un fallo de la corte) y de los jóvenes afro repiten que cuando los ponen a trabajar o se roban las cosas o se agarran de las greñas.

Valencia, Lafourie, Irragorri o Mosquera, Chad (como en la violencia cauchera de la casa Arana, cuyos crímenes perduran) creen que indios, campesinos o afro, jóvenes en su mayoría, son para esclavizarlos o matarlos si no les obedecen. Londoño, Ramos, Guerra, V. Morales, comparten con Ordoñez la quema de libros, maldicen a los  “jóvenes por libertinos” y piden cuarentena para los jóvenes impíos en coro con Gerlein (el del sexo excremental) y ciertos pastores desalmados. Francisco Santos una vez descubierto en su proyecto de crear un bloque paramilitar para Bogotá para asesinar jóvenes y luego de haber prometido “expropiar tierras a los ricos”, se convirtió en falso nuevo “campesino” apropiándose de baldíos de la altillanura (W. Arias) y completa su desprecio por los jóvenes pidiendo castración para los que salgan delincuentes y choques eléctricos para los universitarios, en tanto Uribe clama por linchamientos y más cárceles y ojala tortura.

 La guerra no puede ser otra vez el único destino de los jóvenes, su ocupación no puede ser otra vez como soldados, informantes, mercenarios, cazadores de recompensas o victimas frescas que incentiven la venganza. Educándose, haciendo ciencia, arte, creando, innovando, con oportunidades, libres, ahí deben estar los jóvenes hombres y mujeres, también exigen ser respetadas y reconocidas como tales en igualdad y derechos, no negadas como lo promueve el programa Uribe-Duque, para quienes, las conquistas de género, diversidad y diferencia son entendidas como enfermedades que vienen del demonio, y que según ellos, es una ideología de género que hay que extirpar y quitarles la histeria[2] y devolverlas a su papel de profesionales en las faenas de la casa y del equilibrio de sus maridos en el poder. Quien entienda (o al menos lo dude) que Uribe no es solo un hombre cualquiera, sino el furher, el líder del reino de la oscuridad, el que manda sobre el que elige, sabe que no hay cabida para jóvenes en su programa de gobierno (Duque),  aunque hagan mil promesas, juren por sus muertos lo escriban sobre piedra o se sirvan de los ellos para hacer campaña por 25.000 pesos el día.

La hora de pensar y actuar como una sola fuerza de jóvenes en unidad y de hacerlo Todo por  una Colombia Humana, es ahora, tiene como fecha histórica, única e irrepetible el 17 de junio de 2018, para que los mismos jóvenes sean constructores de su propio destino, recompongan los tejidos de la cultura y le muestren al mundo de lo que son capaces cuando viven con dignidad.

II. Con Bienestar Todo por Colombia Humana para salir del desastre de la economía.
El programa económico de la Colombia Humana, pone el valor de la vida como la mayor riqueza con criterio de valor por encima de las mercancías, y permite salir del túnel de la miseria a la que están condenadas las mayorías luego del desastroso programa económico del régimen Uribe. En los primeros 6 años de gobierno logró avances y crecimientos, pero al final de los 8 años el embrujo se desvaneció, el progreso se frenó y la deuda social creció. La distorsión del aparato productivo al cambiarle su cauce quedó semi destruido, se perdieron miles de puestos de trabajo, se concentró la riqueza en las mismas familias en el poder, se desmontaron garantías sustanciales de los derechos laborales y se incrementó la desigualdad. Cuando debía sentirse la fuerza de las crisis acudieron al rescate los prestamistas, (que se rasgan las vestiduras defendiendo a su candidato por medios y encuestas manipuladas) en espera de recibir la riqueza de biodiversidad y minería, como parte de pago por el oportuno favor todavía no pagado del todo. La magnitud del desastre le pasó factura a Uribe obligándolo a entregar el gobierno a Santos, para tranquilidad de elites e inversionistas globales.

El modelo de desarrollo de Uribe fue regresivo, estuvo orientado a los más ricos, que aumentaron sus fortunas en detrimento de los trabajadores, que perdieron garantías de salud, educación, capacitación, jubilación, asociación, horas extras y estabilidad y se afianzaron desempleo y rebusque. El crecimiento anual promedio del 4% no se repartió de manera equitativa, si no que “a unos pocos les tocó mucho y a muchos les tocó muy poco” (portafolio.co, Mauricio cabrera). El presupuesto de la guerra fue el más alto de la historia de Colombia, bordeó el 4% del PIB, mientras en el resto del continente fue del 1.6%. Ninguna guerra es gratis y parte de los intereses del costo de esa muerte se está pagando por deuda, que hacen crecer los impuestos, aparte de que lo ya gastado fue miles de veces más alta que las inversiones realizadas en cultura, deporte o empleo, jóvenes y viejos.

La firma de los tratados de libre comercio, TLC, representó el primer eslabón (2006) del fracaso de la economía. Resultaron útiles a un pequeño sector de poder, pero no proporcionan bienestar a las mayorías, ni oportunidades a la producción propia, en un país de pequeños empresarios. Los TLC por obedecer a reglas desiguales y entreguistas de la soberanía y la defensa de la empresa nacional, acabaron con miles de puestos de trabajo y agilizaron la entrega de licencias ambientales para el “saqueo legal” de las riquezas del país y la prohibición y quema de semillas propias.

 El programa económico del presidente Uribe fue un infierno para el país y un paraíso para menos del 1% de la población. El desastre económico[3] quedo en evidencia en su segundo gobierno, y para ocultarlo se incentivaron eventos y cifras de guerra y las verdades a medias del gobierno se retrasmitieron con insistencia por los medios, mientras se apresuraba la legalización de capitales de paramilitarismo y narcotráfico. Entre 2008 y 2009, la amenaza de quiebra económica, movió los cimientos de las elites, lo que quizá explique, porque el elegido de Uribe “debió” ser su ministro Santos, probado en asuntos de estrategia militar, política y económica, lo que resultaba confiable para banqueros, industriales e inversionistas y afianzaba el proyecto hegemónico de dominación.

El desastroso modelo económico, dejó una tasa de desempleo del 12.1% equivalente a 2.4 millones de jóvenes sin oportunidades, más otros 6 millones en el rebusque (elpais.com.co, 07/22/2010). Quebraron los pequeños empresarios[4]industriales, agrícolas, avícolas, arroceros y ganaderos, impidieron la venta de leche en cantina y promocionaron el cambio de dieta alimenticia con la entrada masiva de enlatados transgénicos. De ñapa a Estados Unidos, se le permitió apresurar el despojo con la instalación de 7 bases militares y aumentar los asesores de combate, para mantener vivo el espíritu de guerra y adelantar el saqueo de las megas diversidades del Choco y del Amazonas.

El desastroso modelo económico de Uribe, dejó a Colombia convertida en campeona en inversión extranjera (no redistributiva de sus ganancias de crecimiento geométrico); alta desigualdad y creciente desempleo, pero prósperos negocios para el vicepresidente F. Santos y los hijos Uribe (Tom y Jerry), que pasaron de universitarios a grandes propietarios, dueños de empresas de aseo, tierras, zonas francas, inmobiliarias, artesanías y negocios en Panamá e Islas Vírgenes mientras más de un millón de jóvenes como ellos, entró al rebusque, la informalidad, la delincuencia o simplemente al olvido, la precariedad o la indigencia condenados a pasar de la pobreza a la miseria sin retorno.

Economía de la Corrupción. El fracaso del modelo económico, se completó con la reafirmación de un sólido sistema de corrupción que implanto la idea de que el dinero valía más que la gente, que la ética o la política y que todas lo que no pudiera ser comprado, debía ser eliminado. Fueron 27 grandes escándalos de corrupción vinculados al fracasado modelo económico, durante los 8 años de Uribe, siguiendo los lemas del “todo vale” y “mientras no estén en la cárcel vayan a votar”. La Yidis política cambio votos por notarias. En todas sus campañas a la presidencia hay irregularidades que perfectamente constituyen delitos.

Su llegada al poder por reelección fue fraudulenta, con recursos y votos paramilitares; en la siguiente campaña presidencial su promotor L.C. Giraldo fue condenado a 54 meses de prisión por fraude económico y político. Su cuarta campaña (Santos) resultó comprometida con Odebrecht que giró 400.000 dólares (R. Prieto está en prisión y el ex viceministro de transporte Gabriel García aceptó haber recibido sobornos por 6.5 millones de dólares). En 2014 su candidato Oscar Iván Zuluaga, habría contratado al publicista Duda Mendoza, con dineros de Odebrecht de la presumiblemente recibió un millón de dólares. Agro Ingreso Seguro, repartió miles de millones de pesos de los campesinos entre los más ricos del país, (está condenado a 17 años de prisión su ministro y candidato Andrés Felipe Arias). El presidente de Saludcoop (C. Palacino) está acusado por haber usado los recursos de salud de sectores medios y populares, para campos de golf e inmobiliarios entre 2002 y 2003. La lista de escándalos se completa con vínculos al narcotráfico (Santoyo), asesinatos y compra de testigos (DAS), robo de dineros públicos mediante contratos (Nule). Para borrar y negar la corrupción económica y política, el DAS persiguió a críticos, periodistas, opositores y magistrados que investigaban tales escándalos, por lo que están presos entre muchos directivos, sus dos más protegidos directores, Jorge Noguera (condenado a 25 años de cárcel)  y María del Pilar Hurtado, (condenada a 14 años de cárcel).

     Recompuesta la economía en el gobierno Santos, Uribe trata de retomar el control del estado y reinstalar su programa económico que pronostica un desastre aún mayor, que llevaría al país a la quiebra total, con afectación a toda la sociedad, sin excepción, lo que impacienta a algunos sectores medios de industriales, comerciantes e inversionistas, que han perdido confiabilidad y credibilidad y desconfían plenamente del modelo Uribe-Duque y que aunque encuentran discrepancias en un gobierno con menor incidencia de partidos, les resulta preferible y mas seguro y a ultima hora, puede llevar a un cambio de opinión y hacerse participes del cambio, apoyando en las urnas el 17 de junio, a la Colombia Humana, por temor a otra traición como la sufrida con los TLC o el abandono a mitad de camino, que dejó a los sectores medios a merced de un sector financiero voraz con la empresa.

mrestrepo33@hotmail.com

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