Por Tony López R.:
En la década del noventa Estados Unidos dedicó parte de su
potencial político, económico y militar, a fortalecer su influencia en Europa,
su principal adversario la Unión Soviética y el llamado campo socialista había
rendido sus banderas y traicionado sus principios, el llamado Socialismo Real
había fracasado. Múltiples son las razones de ese infortunio de cuyo análisis
lo abordaré en otro momento.
Para Washington era necesario eliminar los riesgos que
pudieran poner en peligro su hegemonía en Europa y el desafío venia por
Yugoeslavia, había que fracturarla y ello es lo que provocó la guerra interna
en Serbia, Bosnia y Herzegovina y Croacia y luego la intervención militar del
gobierno de William Clinton en Kosovo y así el desmembramiento de lo que fue
Yugoeslavia, había que reducirlo a Estados pequeños y subordinarlos a los
intereses estadounidenses.
La continuidad de esas guerras de rapiña, abrió el escenario
a la llamada “primavera de colores” en los países árabes, cuyas consecuencias
son bien conocidas, Irak, Libia y e en la región y el genocidio de Israel
contra el pueblo palestino con el apoyo de Estados Unidos y la Unión Europea.
Genocidio que avalan algunos gobiernos latinoamericanos porque subordinan su
política a Washington, como acabamos de presenciar, violan acuerdos
internacionales de la ONU y del Consejo de Seguridad, sobre el tema palestino
como Guatemala y Paraguay que acaban de trasladar sus embajadas a Jerusalén
siguiendo las órdenes de sus patrones.
En este escenario y por las aventuras neocoloniales de
Washington en Europa y Medio Oriente y basado en la aplicación de modelos
neoliberales en países tan ricos como México, Brasil, Argentina, Venezuela,
Chile, Perú, Colombia y Ecuador, en la década del 90, la administración
estadounidense estimó tenían asegurado su “patio trasero” . Descuidaron su
trabajo de poder e influencia en esos países, el modelo económico basado en las
propuestas del FMI de reducción del Estado, ajustes fiscales, que provocó
profundas y prolongadas recesiones, desempleo, fuga de capitales,
desindustrialización de la economía y acomodo a la renta petrolera, trajo como
consecuencia el fracaso del modelo neoliberal.
Es en este misma década del 90 que con la desaparición de la
URSS, surgen los conflictos internos en la izquierda latinoamericana,
especialmente en los partidos comunistas y el escenario es propicio para la
implementación del modelo neoliberal, modelo que llega a nuestra región
tardíamente y muy difícil de mantener por las grandes y graves desigualdades
que provoca en estos países, incluso la casi desaparición de la clase media,
como en Argentina, la que, junto a todo un pueblo enardecido, derrocó al
gobierno de Fernando de La Rúa, quien tuvo que huir bochornosamente por la
azotea de la Casa Rosada, en un helicóptero.
El fracaso del modelo neoliberal favorece el surgimiento de
una nueva corriente política progresista, democrática y revolucionaria en
América Latina, que comienza con el triunfo electoral en 1999 del Movimiento RB
200 liderado por el ex teniente coronel del Ejército Venezolano Hugo Rafael
Chávez Frías. El juramento, sobre una moribunda constitución, como dijo Chávez
en su toma de posición como Presidente de Venezuela, marcaba, un cambio, y así
fue, muchos creyeron que por provenir de las Fuerzas Armadas desarrollaría un
gobierno de subordinación a Washington, pero subestimaron a Chávez y a las
bolivarianas Fuerzas Militares Venezolanas, esas son Fuerzas honorables y
valerosas que defenderán su patria como lo hizo el Libertador.
Es por esa poderosa razón que esas Fuerzas Militares
bolivarianas defienden el modelo político, económico y social que ha escogido
su pueblo y cuyo líder ideólogo lo fue el comandante en Jefe y Presidente de
Venezuela Hugo Chávez Frías y lo continua victoriosamente el presidente Nicolás
Maduro y con el que se enfrentarán los mercenarios que usarán en la anunciada
“intervención humanitaria” donde no tendrán que venir a reconstruir a Venezuela
como anunció eufóricamente el ministro de Hacienda de Colombia Mauricio
Cárdenas cuando públicamente dijo: “el gobierno está preparado para la
reconstrucción de Venezuela, “el día después”.
“Colombia está dispuesta a ser un jugador muy importante en
la preparación de ese plan, y está dispuesta a financiar la reconstrucción y
lista para ser proveedora de productos para Venezuela, el Día después”. Esta
declaración del ministro de Hacienda colombiano, y el ingreso de este país
latinoamericano a la OTAN, es una señal muy precisa de que la agresión contra
Venezuela está en camino, las decisiones de los países del Grupo de Lima y de
la Unión Europea de desconocer la legitimidad de las elección en Venezuela y
vender la idea de que es un Estado Fallido, así como aplicar sanciones
económicas y financieras están en consonancia con los anuncios de Estado Unidos
de aplicar la Doctrina Monroe, el momento, el cómo y el cuándo, pueden estar
relacionados con quien es el ganador de las elecciones en Colombia, si el
candidato de la paz Petro o el de la guerra el señor Duque candidato de la
extrema derecha uribista y del bipartidismo estadounidense.
Otros obstáculos ya eliminados para favorecer la agresión,
ha sido desmovilizar y desarmar a la guerrilla más grande de Colombia, ese era
al final el objetivo del Gobierno de Santos, porque ella se podía convertir en
la retaguardia segura del ejército venezolano, los planes de agresión son de
hace mucho tiempo, desde que Chávez definiera y su pueblo apoyara el rumbo
independiente y socialista de la Revolución Bolivariana, no olvidar el fallido
Golpe de Estado de abril 2002, la detención de más de 100 paramilitares
colombianos detenidos en el 2004 para atentar contra el presidente Hugo Chávez
con el apoyo de la oposición venezolana.
Colombia y Brasil son los dos países escogidos para el
inicio de estas nuevas acciones injerencistas, usando al paramilitarismo, ahora
fortalecido y asentados en la frontera con Venezuela. El escenario se está
preparando para esa “ intervención humanitaria” y para ella trabaja febrilmente
el corrupto Secretario General de la OEA, Luis Almagro, pero el “tiro le puede
salir por la culata”, la crisis brasileña y del gobierno de Macri, la de Perú,
Chile, la crisis económica y de violencia política en México y Colombia, la
inconstitucional elección del presidente hondureño, la destitución de su aliado
español el corrupto presidente Mariano Rajoy, le pueden complicar el Plan, por
las debilidades e inconsecuencias, de sus aliados y van camino a una segura
derrota.
No pueden desconocer que la Revolución Bolivariana será
defendida por su pueblo, sus honorables fuerzas armadas y su milicia obrera,
con dignidad, valentía y fiereza, también el acompañamiento internacional de
rechazo a este plan de Estados Unidos, cuyo gobierno y su Presidente Donald
Trump tiene muchas contradicciones y debilidades internas y una aventura en
Venezuela, lo pueden llevar a un fracaso electoral el próximo noviembre. Hay
que hacerles un recordatorio al Grupo de Lima, a la Unión Europea y al gobierno
de Estados Unidos: Remenber Playa Girón, Cuba 1961. (*) Periodista, politólogo
y analista internacional. La Habana, Cuba, 3 de Junio del 2018. 15:33
jorgarcia726@gmail.com
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