Por Diego Olivera Evia:
La sociedad humana sufre la guerra, el hambre y las acciones
de Monsanto
Nos parece importante analizar y compartir informaciones,
sobre las realidades y el acoso de las presiones del gobierno del presidente
estadounidense Donald Trump, obligando a la Unión Europea (UE), como
presionando a la OTAN, para crear presiones sobre las naciones en el Mundo,
creando su visión hegemónica, a nivel global no solo de las naciones
tercermundista, sino en ataques y sanciones económicas contra países como
Rusia, China, Irán, Corea del Norte, los ataques a Siria, a Yemen, a través de
sus países satélites como el Sionismo (fascismo religioso), Arabia Saudita, la
creación de grupos terroristas, como el Estado Islámico, Dahes en Árabe, además
de usar a mercenarios de África, como a los grupos opositores, bajo la
concepción de Balcanizar a Siria, a Rusia.
De manera de controlar los continentes, de esa forma también
aplican políticas secesionistas, una nueva realidad de una crisis con armas
atómicas, y nuevas campañas armamentistas, con armas nucleares y tecnologías
cibernéticas, con la peligrosidad de la tercera guerra mundial, ahora Trump
exigió a la OTAN, a poner bases militares en Polonia, como maniobras en la
frontera Rusa, lo que puede generar un nuevo holocausto global.
En este sentido y ampliando las acciones contra Venezuela,
asediado por la derechas latinoamericanas y la oposición venezolana, han creado
nuevos espacios de guerra y confrontación, de esa manera publicamos al experto
independiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Alfred de Zayas,
donde aseguró que Venezuela debe solicitar a la Corte Penal Internacional (CPI)
una investigación sobre los crímenes de lesa humanidad que ha cometido Estados
Unidos al imponer medidas restrictivas contra Caracas. El especialista para la
promoción de un orden internacional democrático y equitativo de la ONU calificó
el miércoles de criminales, sediciosas y mal intencionados las sanciones
económicas impuestas por Washington a la nación suramericana por lo que
constituyen un crimen de lesa humanidad.
Donde afirma Zayas que “Es hora que se solicite a la Fiscal
de la Corte Internacional de Justicia que abra una investigación sobre crímenes
de lesa humanidad cometidos por los EE.UU. en imponer sanciones contra el
pueblo Venezolano, puesto que las consecuencias directas son escasez de
alimentos y medicamentos y la muerte por malnutrición y por falta de medicinas
de muchos inocentes”. “Dichas medidas punitivas conllevan una responsabilidad
penal, situación que debe elevarse a la Asamblea General de la ONU (AGNU) con
vistas a adoptar resoluciones que declaren esas acciones ilegales y
criminales”, precisó el experto.
De Zayas aseveró que las sanciones contra Venezuela
agravaron la crisis económica causada por el derrumbe del precio del petróleo,
al punto de provocar escasez de medicinas y alimentos, desabastecimiento y
demoras en la distribución de esos productos. La escalada de ataques contra la
soberanía de Venezuela por parte de la Casa Blanca se recrudeció en marzo de
2015, cuando el entonces presidente Barack Obama declaró emergencia nacional
por la 'amenaza inusual y extraordinaria' que representaba este país para la
seguridad y la política exterior norteamericana. Recientemente, el mandatario
de Estados Unidos, Donald Trump, aprobó una orden ejecutiva mediante la cual
prohibió a empresas y ciudadanos de la nación norteña efectuar transacciones
con la criptomoneda venezolana el petro.
Rusia sufre los ataque de EEUU y la UE
También las campañas del mandatario fascista de la
Supremacía Blanca Trump, sigue atacando a Rusia y El Kremlin (Departamento de Estado) ha
rechazado la prórroga ‘ilegal’ de las sanciones anti rusas anunciada el viernes
por el presidente estadounidense, Donald Trump, y ha advertido de que la
adopción de medidas restrictivas ‘perjudican’ no solo a Moscú y a Washington,
sino al mundo entero. Trump prolongó un año más las sanciones impuestas a Rusia
por su presunta implicación en la crisis en el este Ucrania, donde los
independentistas y el Ejército ucraniano siguen enfrentándose con las armas
que, de hecho, Washington suministra sistemáticamente a Kiev.
En respuesta a dicha prorroga, el portavoz del Kremlin,
Dmitri Peskov, ha considerado este sábado que la imposición de semejantes
medidas restrictivas de Estados Unidos “afectará negativamente” no solo a estos
dos países, sino al mundo entero. En declaraciones vertidas a los medios de
comunicación, el diplomático, citando al presidente de Rusia, Vladimir Putin,
afirma que Moscú no fue el primero en imponer sanciones.
En el marco de estos
hechos se manifestaba que “Como ha dicho nuestro presidente (Vladimir Putin),
nosotros no dimos el primer paso hacia la imposición de sanciones que, de
hecho, consideramos ilegales y perjudiciales no solo para los pueblos de
nuestros dos países, sino también para todo el mundo”, ha indicado Peskov.
Ha hablado, a su vez, de una respuesta recíproca rusa a las
sanciones, pero matizado que las sanciones “no estaban en la agenda” de Moscú.
Rusia no se ha quedado de brazos cruzados ante las rondas de sanciones
impuestas en su contra tanto por Estados Unidos como por la Unión Europea (UE)
y ha respondido sanción por sanción. Insiste, asimismo, en que no ha tenido
nada que ver con los conflictos en el este de Ucrania.
La sociedad humana sufre la guerra, el hambre y las acciones
de Monsanto
Informe y análisis del blogs Alkimia
La explicación del hambre en una sociedad capitalista
globalizada Las transnacionales, sujetos principales de la acumulación
capitalista mundial, no solo producen mercancías y prestan servicios, mediante
la explotación de la fuerza de trabajo, sino también desigualdad, pobreza,
paro, precariedad, exclusión, destrucción de la naturaleza, hambre y muerte.
La desigualdad no
solo se da entre países y regiones, el medio Rural y el urbano, sino también
entre clases sociales, personas y entre hombres y mujeres El capitalismo
histórico se expandió a nivel mundial pero lo hizo de distinta manera en el
centro que en la periferia. Los países centrales crecieron y se desarrollaron
en detrimento de los de la periferia. Desde el Renacimiento y la época
colonial, España, Portugal, Inglaterra, Holanda y los demás países europeos
colonizadores se enriquecieron por la explotación de los recursos naturales y
de la fuerza de trabajo de las colonias con la consiguiente acumulación de
capital. Desde el capitalismo mercantilista los países ricos y pobres son las
dos caras de la misma moneda, del mismo sistema, que tiene carácter mundial,
debido a su gran crecimiento y expansión. Nunca se ha producido tanta riqueza
ni tanta pobreza y desigualdad y, al mismo tiempo, cientos de millones de
personas continúan pasando hambre.
Esta situación ha culminado en la globalización actual, que
se caracteriza principalmente por: una producción y distribución a gran escala,
la apertura asimétrica de las economías regionales, la introducción de nuevas
tecnologías, el protagonismo del capital financiero y transnacional, cuya
ambición especulativa nos ha llevado desde finales de 2007 a una gran recesión,
que han sufrido y están padeciendo principalmente las clases trabajadoras y
populares de todo el mundo.
Desde la publicación del libro de Thomas Piketty “El capital
en el siglo XXI”, donde se nos explica con datos y a través de novelas del
siglo XIX las desigualdades económico-sociales desde el siglo XVIII hasta la
actualidad, no han parado de editarse libros y estudios sobre este mismo tema,
como lo han hecho Cáritas y OXFAM, donde se constata el aumento de la
desigualdad en todo el mundo. Las rentas del capital siguen creciendo por
encima de las rentas del trabajo.
En el último estudio publicado por OXFAM, en enero de este
año, y titulado “Premiar el trabajo y no la riqueza”, con una muestra de 70.000
personas de 10 países, se afirma lo siguiente. ”El año pasado, el número de
personas cuyas fortunas superan los mil millones alcanzó su máximo histórico,
con un nuevo milmillonario cada dos días. En este momento hay 2.043
milmillonarios (en dólares) en todo el mundo, de los que nueve de cada diez son
hombres. La riqueza de estos milmillonarios también experimentó un enorme
crecimiento, lo suficiente para terminar con la extrema pobreza en el mundo
hasta siete veces. El 82% del crecimiento de la riqueza mundial durante el
último año fue a parar a manos del 1% más rico, mientras que la del 50% más
pobre de la población mundial no aumentó lo más mínimo” (pág.8).
Esta distribución terriblemente desigual de la riqueza
global se hace más patente cuando la acumulación de riqueza del 1% de la
población mundial es mayor que la del 99% restante y que la riqueza de solo 42
personas es la misma que la de los 3.700 millones de los más pobres. Los dos
tercios de toda esta riqueza acumulada, según OXFAM, proviene de herencias,
prácticas monopolísticas, nepotismo y clientelismo. La contradicción entre
capital y trabajo, se explica por la subsunción, la subordinación de los
trabajadores a los capitalistas. Así, no es de extrañar que la media salarial
mundial haya aumentado, entre 2006 y 2015, un 2% y la riqueza de los que más tienen
en un 13%.
Los ricos continúan acumulando cada vez más y más riqueza
también por los bajos salarios, la conculcación de los derechos laborales y
sindicales, las deslocalizaciones de sus empresas, la evasión y la elusión
fiscales, utilizando los llamados paraísos fiscales a lo largo y ancho del
planeta. Además intentan lavar su mala conciencia a través de sus fundaciones
filantrópicas (gracias a las que se ahorran impuestos). En definitiva, hacen
todo lo posible por obtener cada vez más ganancias a costa de la explotación de
la gran mayoría de los trabajadores y trabajadoras e incluso del trabajo
esclavo e infantil, sin olvidar el trabajo de cuidados no remunerado, que
ejercen las mujeres, sin el cual el sistema capitalista no funcionaría en
absoluto.
Los empresarios se aprovechan de la desigualdad de género
para acumular más beneficios, porque las mujeres, que con los jóvenes son las
que más sufren la temporalidad y los trabajos a tiempo parcial, reciben un
salario mucho más bajo por la realización del mismo trabajo que los hombres.
Así pues no es de extrañar, dada la situación expuesta, que según el Informe
sobre la Desigualdad Global publicado por el World Inequality Lab, "el 1%
más rico ha recibido el 27% de todo el crecimiento de los ingresos generado
entre 1980 y 2016. Entretanto, el 50% más pobre de la población mundial apenas
ha recibido la mitad”. (Premiar el trabajo y no la riqueza, OXFAM, enero de
2018, pág. 14).
Asimismo, en el Informe sobre Desarrollo Humano, publicado
en 2014, por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, también se
destacaban datos escalofriantes sobre la desigualdad y la pobreza en el mundo:
• Hay más de 2.200 millones de personas pobres en el mundo.
• Alrededor del 80% de la población mundial no tiene
protección social de ningún tipo.
• Más de 1.500 millones de personas tienen empleos en la
economía informal o son precarias.
• El 75% de la población pobre, son trabajadores agrícolas
que viven en el medio rural.
• En los primeros años de este siglo más de 200 millones de
personas sufrieron desastres naturales como sequias e inundaciones, debido al
cambio climático, producido por el aumento de las temperaturas, consecuencia de
la emisión de gases de efecto invernadero, principalmente CO2.
En el Informe de Desarrollo humano de 2016 se subraya que:
• Las mujeres sufren discriminación en todo el mundo, así en
más de 150 países se las discrimina por ley, en 100 países no pueden cursar
determinadas carreras solo por el hecho de ser mujeres y en 18 países están
sujetas a la aprobación de sus maridos para acceder a un empleo.
• También sufren discriminación las lesbianas, gais,
bisexuales, transexuales e intersexuales. Hay países en los que se les aplican
penas de prisión e incluso los ejecutan.
• Más de 370 millones de personas indígenas están
discriminadas y excluidas en lo que se refiere al acceso a la tierra, el agua,
los bosques, los derechos de propiedad intelectual y en el recibir educación en
su idioma materno.
Todas estas situaciones, en mayor o menor medida, interactúan
entre sí de forma dialéctica como caldo de cultivo para explicar el problema
del hambre en el mundo, pero la vuelta de tuerca más directa es el papel de las
multinacionales del sistema agroalimentario mundial, que controlan la
producción, la distribución y la venta de alimentos, semillas y abonos químicos
y fitosanitarios en todo el mundo. Lo que dicen es que quieren acabar con el
hambre en el mundo, pero de hecho los millones de personas hambrientas no han
desaparecido sino que incluso han aumentado, porque lo único que quieren es
obtener cuantas más ganancias mejor, sin importarles las personas, los derechos
humanos y la destrucción del medio ambiente. Si la gente padece y/o se muere de
hambre, ese no es su problema.
Consideramos que este informe muestra los graves problemas
que existen en el planeta, desde el hambre, la miseria, como los efectos graves
cíclicos, que ha creado reducción de los cascos polares, la presencia de
fenómenos de lluvias y sequías denominadas, la Niña y el Niño, los constantes
ciclones y huracanes en el Caribe y Norteamérica, fenómenos manipulados. Como
el hambre y la destrucción de los alimentos, a través de las trasnacionales, lo
que concebimos estos hechos, como la manipulación de EEUU y UE, como sus
satélites de países en el Mundo.
diegojolivera@gmail.com
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