Por Pedro Hernández Castellanos:
Antecedentes de la intención de los Estados Unidos
Los Presidentes de los Estados Unidos en el s. XIX
aprobaron, entre otras, dos (2) doctrinas que al ser analizadas en detalles las
consideramos como las intenciones ciertas de los Estados Unidos de dominar,
entre otros, a todos los pueblos de América: son las doctrinas: Monroe y la del
Destino Manifiesto. El objeto del gobierno estadounidense es la de aplicar el
proverbio africano: "habla suavemente y lleva un gran garrote, así
llegarás lejos" (speak softly and carry a big stick, you will go far). Una Guerra de Baja Intensidad (es hablar
suavemente) y una Intervención Militar (es el uso del garrote).
Como en la primera estamos venciendo, estaremos próximos a
que intenten hacer uso del garrote.
Actuaremos como lo hicieron los libertadores originarios (indígenas) y
luego como los hicieron los criollos, guerrearon con valentía y arrojo,
vencieron en una prolongada guerra que va desde 1.811, con la firma del Acta de
la Independencia, a 1.821, con la Batalla de Carabobo.
Ya una vez, con menores recursos militares que los que
tenemos actualmente nos enfrentamos al Imperio Español y luego de diez años de
guerra alcanzamos nuestra independencia.
Tenemos que demostrarle a EE.UU. que somos unos
hombres/mujeres de la misma estirpe que engendró a Bolívar, Sucre, Páez, Urdaneta,
Piar y tantos otros(as) que lucharon y vencieron en territorio patrio y, lo
hicieron en otras cinco naciones: Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá,
los liberó y les concedió su autonomía.
En resumen: se expulsó el Imperio Español de Sur América, y
para liberar a Cuba y Puerto Rico, Bolívar designó a Sucre y Páez, situación
ésta que no prospero por el exceso de intrigas y acontecimientos políticos en
la Gran Colombia.
LA DOCTRINA MONROE:
James Monroe, fue el quinto Presidente de los Estados
Unidos.
John Q. Adams, fue el sexto Presidente de los Estados
Unidos.
La Doctrina Monroe, sintetizada en la frase «América para
los americanos», fue elaborada por John Q. Adams y atribuida a James Monroe en
el año 1823.
Establecía que cualquier intervención de los Estados
europeos en América sería vista como un acto de agresión que requeriría la
intervención de Estados Unidos.
Fue tomado inicialmente con dudas y posteriormente con
entusiasmo. Fue un momento decisivo en
la política exterior de los Estados Unidos.
La doctrina fue concebida por sus autores, especialmente John Q. Adams,
como una proclamación de los Estados Unidos de su oposición al colonialismo, en
respuesta a la amenaza que suponía la restauración monárquica en Europa y la
Santa Alianza tras las guerras napoleónicas.
Fase imperial de los Estados Unidos
"América para los americanos", toma su sentido
dentro del proceso de imperialismo y colonialismo en el que se habían embarcado
las potencias europeas de esos años. En
un inicio se presentó como defensa de los procesos de independencia de los
países americanos, aunque el pronunciamiento del presidente Monroe no pasó de
ser una simple declaración altisonante, hecha por un Estado sin recursos militares
suficientes para sostenerla. Esa circunstancia determinó que durante largo
tiempo no fuera invocada ni calificada como doctrina.
Cuando el presidente de Estados Unidos James Monroe, en
1823, formuló esa primera doctrina global de su país, «América para los
americanos», Diego Portales, ciudadano chileno; comerciante en los puertos del
Pacífico; años después Ministro de Estado en Chile; escribió a un amigo:
Hay que tener mucho cuidado con esa frase: “América para los
americanos”, habrán querido decir: América para los americanos del norte, ya
que, ellos son los únicos que se hacen llamar americanos.
En el siglo XIX el enemigo principal era la Marina Real
Británica y los intereses estadounidenses eran sólo secundarios. Por otro lado,
la Doctrina Monroe no recibió mucha atención en Europa al momento de formularse
en tanto la Santa Alianza estaba informada que la potencia naval estadounidense
era bastante inferior a la británica, y que los proyectos de restablecer el
absolutismo en la América española eran inviables, no por la doctrina
estadounidenses, sino por la oposición de Gran Bretaña a secundarlos.
Ambigüedad de la Doctrina Monroe
Esta doctrina no ha sido una realidad, sólo se aplica en
beneficio de los intereses de los Estados Unidos como lo ejemplifica el papel
que tomaron en múltiples intervenciones europeas posteriores en suelo
americano. Por ejemplo:
• En 1833
la toma de las islas Malvinas por los ingleses;
• La
ocupación española de la República Dominicana entre 1861 y 1865;
• El
bloqueo de barcos franceses a los puertos argentinos entre 1839 y 1850;
• El
establecimiento de Inglaterra en la costa de la Mosquitia (Nicaragua);
• La
invasión de México por las tropas francesas y la imposición de Maximiliano de
Austria como emperador;
• La
ocupación en Venezuela de la Guayana Esequiba por los ingleses;
• El caso
de Groenlandia, tercer país más grande de América del Norte, que aún permanece
como colonia de Dinamarca;
• El
bloqueo naval de Venezuela por Alemania, Inglaterra e Italia entre 1902 y 1903;
y,
• Además de
las diversas colonias en el Caribe que aún conservan los gobiernos europeos
tales como:
o Las Islas
Vírgenes Británicas;
o las Islas
Turcas y Caicos;
o Las islas
de Aruba, Bonaire, Curazao, San Martín, Saba y San Eustaquio bajo la corona
holandesa;
o La
Guayana Francesa y Guadalupe que son departamentos franceses de ultramar que
incluyen otras islas menores e islotes de posesión francesa como lo son
Martinica y San Pedro y Miquelón; y,
• La Guerra
de las Malvinas en los 80's y el apoyo que el gobierno de los Estados Unidos
brindaron en inteligencia al gobierno de Margaret Thatcher dejaron de
manifiesto: la doctrina es aplicada para aquellas potencias europeas no
alineadas a los Estados Unidos.
Cabe destacar, en este mismo orden de ideas, aún existen
países de la Commonwealth (Mancomunidad) que es(son) un remanente colonial del
Imperio Británico como lo son Canadá y las diversas islas caribeñas conocidas
como las Indias Occidentales Británicas (British West Indies) incluyen, además,
a otras regiones continentales como Belice y Guyana.
Por eso, la ambigüedad de la Doctrina Monroe en
Latinoamérica; en cuando se refieren a América, la entendemos como el
Continente de ese mismo nombre, que va desde Canadá, al norte del planeta,
hasta la Patagonia, al sur del mismo. Se
entiende por estadounidense a los ciudadanos nacidos y a los nacionalizados en
los Estados Unidos.
Y, ¿cómo debe entenderse "América para los
americanos"?:
1ero.) Americanos son todos los ciudadanos nacidos y los
nacionalizados en las naciones que geográficamente pertenecen al Continente de
América: norte, centro y sur, incluye el Caribe; y,
2do. América, son
todos los países que están geográficamente enclavados en el continente del
mismo nombre, que va desde Canadá hasta la Patagonia.
En resumen: americanos son todos los que habitan en América,
nacidos y nacionalizados, en cualquier país de éste Continente.
A raíz del bloqueo a Venezuela (1.903-04), el Presidente
Roosevelt señaló: si un país europeo amenazaba o ponía en peligro los derechos
o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, el gobierno
estadounidense estaba obligado a intervenir en los asuntos de ese país para
"reordenarlo", restableciendo los derechos y el patrimonio de su
ciudadanía y sus empresas. Este corolario supuso la emisión de una carta blanca
para la intervención de Estados Unidos en América Latina y el Caribe, como
efectivamente lo ha venido haciendo con la anuencia de la Organización de los
Estados Americanos, O.E.A., conocida también con el remoquete de Ministerio de
Colonias.
Esta nueva era trajo un impulso colonialista por parte de
los Estados Unidos, quienes reafirmaron la Doctrina Monroe, con el Corolario
Roosevelt de 1904 por la interpretación de esa Doctrina en la situación
venezolana. Es decir, la política del
Gran Garrote o Big Stick. La expresión es del Presidente de los Estados Unidos,
tomada de un proverbio africano: "habla suavemente y lleva un gran
garrote, así llegarás lejos.
LA DOCTRINA DEL DESTINO MANIFIESTO
Destino Manifiesto aparece por primera vez en el artículo
«Anexión» del periodista John O'Sullivan, publicado en la revista New York
Democratic Review (Revisión Democrática), en
julio de 1845. En él se dice:
El cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos
por todo el continente que nos ha sido asignado por la Providencia, para el
desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno. Es un derecho como
el que tiene un árbol de obtener el aire y la tierra necesarios para el
desarrollo pleno de sus capacidades y el crecimiento que tiene como destino.
La segunda interpretación de O'Sullivan de la frase, se dio
en una columna aparecida en el New York Morning News (Noticias de la Mañana),
el 27 de diciembre de 1845, donde O'Sullivan, refiriéndose a la disputa con
Gran Bretaña por Oregón, sostuvo que:
Y esta demanda está basada en el derecho de nuestro destino
manifiesto a poseer todo el continente que nos ha dado la Providencia para
desarrollar nuestro gran cometido de libertad y autogobierno.
El historiador William Weeks defensor de la Doctrina del
Destino Manifiesto ha establecido:
• Por la
virtud de las instituciones y de los ciudadanos de EE. UU.;
• La misión
que tienen para extender esas instituciones, rehaciendo el mundo a imagen de
los EE. UU.; y,
• La
decisión de Dios de encomendar a los EE. UU. la consecución de esa misión.
A partir de estos supuestos, los Estados Unidos anexan los
territorios de Texas (1845), California (1848) e invaden México (1846), en lo
que sería la guerra México-Estados Unidos. Como consecuencia, los Estados
Unidos se apropian de Colorado, Arizona, Nuevo México, Nevada, Utah y partes de
Wyoming, Kansas y Oklahoma, en total 2 millones 100 mil kilómetros cuadrados
–el 55 % del territorio mexicano de entonces–, lo que se dio en llamar «la
Cesión Mexicana». A cambio, los Estados Unidos se comprometieron a pagar 15
millones de dólares.
El presidente Wilson continuó la política de
intervencionismo de EE. UU. en América e intentó redefinir el Destino
Manifiesto con una perspectiva mundial.
El Presidente Wilson llevó a los Estados Unidos a la Primera
Guerra Mundial con el argumento de que “El mundo debe hacerse seguro para la
democracia”. En 1920 en su mensaje al Congreso, después de la guerra, Wilson
declaró:
... Yo pienso que todos nosotros comprendemos que ha llegado
el día en que la Democracia está sufriendo su última prueba. El Viejo Mundo
simplemente está sufriendo ahora un rechazo obsceno del principio de
democracia. Éste es un tiempo en el que la Democracia debe demostrar su pureza
y su poder espiritual para prevalecer. Es ciertamente el destino manifiesto de
los Estados Unidos de realizar el esfuerzo para que este espíritu prevalezca.
La versión de Wilson del Destino Manifiesto era un rechazo
del expansionismo y un apoyo al principio de libre determinación, dando énfasis
a que Estados Unidos tenía como misión ser un líder mundial para la causa de la
democracia. Esta visión estadounidense de sí mismo como el líder del mundo
libre crecería más fuerte en el siglo XX después de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, en la guerra de Vietnam, esta idea de ser los
estadounidenses un pueblo diferente a los demás y perseguir unos ideales más
elevados que la mera codicia o expansión demográfica, se vio seriamente dañada
por el hecho de apoyar a gobiernos dictatoriales, con generales que llegan a
proclamar en público su admiración por Hitler.
pedrohernandezcastellanos@gmail.com
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