Por Jorge Aniceto Molinari:
¿Por qué las cosas son como son?, aquí mi verdad, que ni
siquiera tiene un valor definitivo en tanto creo tener adquirido el valor de
criticar y de autocriticarme poniendo en duda todo lo que dije y escribí antes.
Marx no era marxista, Lenin no era leninista y sus textos
originales formidables –muchas veces en formas de apuntes- por el valor y
profundidad con el que abordaban los temas cruciales para el desarrollo humano,
están plagados de tachaduras, enmiendas, que muestran su convicción de que lo
importante era y es aportar, desprovisto de todo afán que no fuera el progreso
de las ideas humanas y vaya que aportaron conceptos que denigrados de mil
formas –por propios y extraños- en el crisol de la lucha de clases, a poco de
encararlos con seriedad y la profundidad que requieren, afloran en todo su
valor.
Dicho sea esto como prologo a mi opinión sobre un hecho que
ha conmovido a la sociedad: la prisión del líder del PT brasileño el ex
Presidente Lula.
Y en primer lugar mi total solidaridad y respaldo, aún en la
modestia personal del mismo, con quién ha sido a lo largo de su vida un
formidable y reconocido luchador por los derechos de la gente.
Ahora está claro de que todos debemos aprender de esta
experiencia, de lo que acontece con Lula y no hacerlo no ayuda a salir con
propuestas claras de todo este embrollo.
El hecho en si pone en discusión todo y cada uno de los
enfoques es representativo de cómo se ubica cada quién frente a una crisis
irreversible de la predominancia del modo de producción y ya con esto hago una
primera presentación que seguramente no es compartida por muchos de los que
tienen la gentileza de leerme.
Me dice un amigo: “para construir un mundo mejor, hay que
partir de una selección de seres humanos mejores que construyan una sociedad
mejor en paralelo y compitiendo con la actual”, toda una definición, muy
extendida particularmente entre los intelectuales, que para nada comparto.-
De esto se desprende que Lula debió construir un Partido y
luego un gobierno que cuestionara todo lo cuestionable de lo existente, así su
gobierno hubiera sido impoluto e incuestionable, incluso por aquellos que
pretendieron utilizarlo para el desarrollo de sus negocios. Y vaya si Brasil
tiene un engranaje político más que bicenteañero en que todas las corruptelas parecen
estar presentes. Es más esa grandeza parece haber sido posible solo con ese
amparo de corruptela imperial. Sin embargo cuando llegó Lula en medio de una
crisis brutal del sistema, la burguesía brasileña comenzó a soñar con tener a
través de él una marca presencial de desarrollo de sus productos en el mundo.
Ahora convengamos que el gobierno de la economía mundial, viviendo una aguda
pugna por la rentabilidad, podía darle a esa perspectiva muy poca vida, como
efectivamente ocurrió u ocurre hoy por ejemplo con la perspectiva que le pueda
dar a la experiencia “nacionalista” de Trump y un final presumiblemente también
trágico en su agotamiento.
La expresión del entonces Presidente Mujica de que debemos
viajar en el estribo de Brasil, tenía en cuenta la coyuntura, pero no la
perspectiva de la economía mundial, que si efectivamente encaró en su
“olvidada” intervención en el seno de la ONU (setiembre 2013), aunque solo le
demos a esta el valor de insinuarlo. También Lula al principio de su gobierno
insinuó que iba a recorrer ese camino, el nacimiento del Foro Social Mundial
debía hacerlo. Su impulso fue decisivo para que se constituyera y luego también
en su decaecimiento.
Lula decidió meter las manos en el barro, ¡y en que barro!,
para construir un modelo de desarrollo que el capitalismo mundial pudiera
admitir. No fue posible, los plazos y los tiempos necesitan otra respuesta que
es sobre la que efectivamente hay que debatir.
Y cuando hablo de barro es más que una metáfora, es la realidad política
en la que hoy se construyen las esperanzas progresistas de los pueblos. ¿Había
otro camino? No, pero se insinuó un programa que luego no se desarrolló, y en
el pecado está la penitencia.
También admitamos que desde los resabios del stalinismo aún
persisten con proyectos varios, la idea de la estatización de la sociedad y
para la cual para estas corrientes solo basta con la voluntad y los “hombres
nuevos” dispuestos a su construcción. Amén de pensar en una realidad de la
economía mundial idealizada, que no le puede brindar posibilidades porque no
existen. Si bien en toda una etapa de la historia, -en medio de dos guerras
mundiales- economías estatizadas tuvieron distinta suerte, por la propia
existencia de la Unión Soviética, que siempre hemos señalado como apoyadas en el
triunfo de la revolución rusa, utilizando la vía no marxista, ni leninista, del
capitalismo de estado. Conjunción de avance y tragedia, con todo lo que ello
significó en la vida de la gente, el
asesinato de los revolucionarios y muchísimos seres humanos en un camino
abierto al fascismo.
Para no los que no parecen entender esta realidad, hay un
hecho que rompe los ojos, y es el de que el capitalismo embretado en una crisis
cada vez más profunda, y necesitado de caminar, aborda hoy su desarrollo
universal, apoyado en un país enorme, cuyo principal sostén es el gobierno del
Partido Comunista. Como antes lo hizo en otra etapa de la historia en la
construcción de EE.UU. como eje mundial del capitalismo.
Que esto no alcanza para darnos la tranquilidad; estamos de
acuerdo, pero comprobemos que es un dato muy firme de la realidad y que es
sobre él que debemos encarar el futuro. Es más, muchas de las esperanzas
“progresistas” están amparadas hoy en esa realidad. Por eso de la vida política
china ni la derecha habla, y cuando reciben las declaraciones de Trump, toman
distancia. Quién los hubiera visto a fines del siglo 20 a estos mismos actores.
El comercio no debe tener banderas nos explican.
Cosas vederes Sancho, diría el Quijote.
Apoyados en este análisis es que decimos que la prisión de
Lula, es una prisión política y para resolverse necesita de un programa para el
conjunto de la sociedad brasileña y que hoy repercuta en el mundo.
¿Por qué?, porque si no se abre la realidad política que lo
condena sobre la base de prácticas que son nocivas para la sociedad, las
fuerzas que predominan lo condenan porque ellas se siente ilegítimas sino lo
hacen y porque el argumento de que abrió el camino de una vida digna a millones
de seres humanos para ellos no es de recibo en tanto la economía tal cual está
hoy organizada no lo puede sostener, sienten ahogo fascista y desprecio por
todos los otros seres humanos. Hay odio de clase en su proceder.
Y por favor no me vengan con la moralina democratista, de
los que en su vida diaria y a través de miles de ejemplo lo están negando; el
que esté libre de pecados que arroje la primera piedra. ¿Quién en el Uruguay no
evadió impuestos, quién no trabajó o hizo trabajar en negro? ¿Me explico? ¿Es
que detrás de la oposición a la bancarización por ejemplo, no están los grandes
operadores financieros que aprovechan errores de este proceso para afirmar sus
negocios en el micro y gran mercado de los créditos? Negocio brutal de
endeudamiento de la gente, y que a estos ni siquiera se atreven a denunciarlos
como pasa con el movimiento llamado de los “autoconvocados”.
Que debe haber reglas: de acuerdo, pero la punidad en la
aplicación de esas reglas tiene el límite de la necesidad social de un programa
que permita a la sociedad toda salir de esta etapa de crisis irreversible de la
predominancia del modo de producción capitalista.
¿Cuál es el futuro de Lula?: siendo importante debemos saber
que ello depende de algo aún más importante y es la capacidad de la izquierda
de tener un programa para superar esta etapa de crisis, Lula lo insinuó en el
2001 con el Foro Social Mundial, Chávez lo enriqueció con su aportes, Mujica lo
llevó a la ONU en setiembre del 2013, pero luego entramos en un pantano en que
si no actuamos el retroceso es evidente. Y en el pantano las conductas
antisociales de la corrupción, pesan y lesionan.-
Todo esto sin dejar de señalar la existencia de los huevos
de la serpiente, y los peligros que ello conlleva en un mundo donde el modo de
producción capitalista hace que viva en un estado de guerra permanente. Y si
para muestra basta un botón, tomemos las declaraciones militares presionando a
los jueces, la conversación de la torre de control con el mando del helicóptero
que transportaba a Lula, que son muestras que el fascismo sigue integrando el
conglomerado de las conductas humanos posibles.
En este sentido y reconociendo la modestia de nuestros
conocimientos, están todas las propuestas que sobre la base de dos herramientas
–la moneda y los impuestos- hemos ido desarrollando en todas las columnas
anteriores y que pueden consultarse en los archivos de la misma, con un centro:
como ayudar entre todos a la muerte en paz de la predominancia del modo de
producción que hoy nos está condenando a una vida peor.
Un mundo mejor es posible.
sipagola@adinet.com.uy
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