El próximo mes de mayo se desarrollaran las elecciones
presidenciales en Colombia, la gran incógnita es quien será el próximo
inquilino del Palacio de Nariño. Los
resultados de las elecciones parlamentarias suponen un indicador de quienes se perfilan como
los más opciones. Los resultados indican
que las campañas mediáticas y empresas
encuestadoras, se inclinan a señalar a los candidatos Iván Duque del Partido Centro Democrático y
Gustavo Petro de la alianza Colombia Humana,
como los que se medirán en una segura segunda vuelta a la Presidencia.
En la opinión de este analista, está estrategia
mediática es una de las sutiles trampas, con las que suele
jugar el régimen político que impera desde hace muchos años en Colombia, el objetivo es favorecer a uno de los
candidatos afín al sistema o régimen
imperante. Porque esa campaña sugiere que se escogerá entre dos polos opuestos
a saber: derecha o izquierda. Puesto en
estos términos y con la eficiente y multimillonaria propaganda y manejo sicológico de la opinión
pública, Petro representaría a la izquierda y ello quiere decir que de ganar la
presidencia se instauraría en Colombia
un sistema “castro chavista” donde se impondría un sistema socialista o
comunista.
Nada más lejos de la verdad, pero es la forma de influir en
el electorado e introducir el pánico y el terror que desde hace decenas de años
han formado en la mentalidad de nuestros pueblos, víctima de la ya conocida
“guerra fría” que con mucha intencionalidad fue y es promovida por Estados Unidos y la derecha
criolla. Se aprovechan del desconocimiento o ignorancia de los votantes, también se vinculan a las viejas prácticas
clientelistas, a la compra de votos, pero sobre todo se montan sobre las
campañas de los medios de comunicación defensores a ultranza del modelo que actualmente, ha empobrecido al país,
acabado con la industria nacional y el campo y enriquecido una pequeña elite
colombiana que son además los propietarios de esos medios de difusión.
Las elecciones parlamentarias del pasado 11 de marzo,
mostraron también el injustificado incumplimiento de la Registradora Nacional
Electoral al no proveer, que se
conozca, en más de 20 puesto en toda
Colombia la Tarjeta Electoral al votante, lo cual fue denunciado, incluso por sectores de clase alta de Medellín y
una denuncia en la capital antioqueña,
donde sí había boletas de izquierda de sobra lo que ocurría era que los jurados
se negaban a entregarlas. “Así lo
denunció Juan Manuel Sepúlveda, líder comunal, a quien en el colegio León de
Greiff no le quisieron entregar la
papeleta para votar por Petro,
según conoció el diario argentino Página 12, la denuncia llegó hasta el
sistema Uriel, plataforma oficial del gobierno colombiano donde quedarán
registrados uno a uno los casos documentados con las fallas que tienen en vilo
el buen nombre de la Registraduría.
Según el Registrador
Nacional Juan Carlos Galindo,
existe un debate si él país cuenta con los recursos para atender estas
consultas electorales, precisando que el Ministro de Hacienda no les otorgó
todo el dinero solicitado para imprimir los 36 millones de boletas. Para el
Procurador General, Fernando Carrillo “la democracia colombiana vive una dura
prueba por la contingencia con las tarjetas de Consulta, asegurando que es hora
de la madures de las instituciones y los Partidos, los medios de comunicación y
los ciudadanos en respetar los resultados no sin dejar de hacer las
investigaciones correspondiente” Este
señalamiento del Procurador alerta muy seriamente sobre lo sucedido en estas
elecciones parlamentarias, porque no solo no tenían las tarjetas, el tema es
más preocupante, es negarse a entregar, teniéndolas, las tarjetas de los
candidatos de izquierda y el ingreso al Congreso de personajes vinculados al
crimen organizado, narcotráfico y corrupción.
.
La gran prensa y los dirigentes de la derecha del país están
muy contentos con los resultados electorales del 11 de marzo de 2018, los tiene
sin cuidado que hayan sido elegidos, paramilitares o familiares de estos, como
también personajes corruptos o sus esposas e hijos, investigados y algunos con condenas
por paramilitarismo y corrupción. La importancia de la justa electoral fue la
derrota de las FARC, ya estas no son un peligro, el Castro Chavismo dejó de ser
una amenaza.
Según informó el diario argentino Página 12 el Partido Cambio Radical es quien tiene
mayor cantidad de candidatos cuestionados
con siete, seguido por el Centro Democrático, el Partido de La U, Opción
Ciudadana, y el Partido Conservador, todos con cinco candidatos familiares de
los que hoy están tras las rejas. Los partidos de izquierda, entre tanto, salieron limpios en este listado pero lograron muchos
menos votos que la derecha y el centro cuestionados. Datos
proporcionados por la prestigiosa Fundación de Paz y Reconciliación y cuyo sub
director ha sido amenazado por la
familia Suárez Mira, municipio de Bello, Antioquía al denunciar que estos
actuaban al amparo de las mafia del narcotráfico.
Mientras que en los Departamentos de Nariño y en Tumaco fueron sorprendidos dirigentes del Partido Oficialista de la
Unidad Nacional, comprando votos, aseguró el diario bonaerense. Todos estos hechos demuestran la poca
transparencia de las elecciones en Colombia y la comisión de posibles fraude.
Las elecciones presidenciales del próximo 27 de mayo puede
decidir en primera vuelta quién será el próximo ciudadano en ocupar el sillón
de la Casa de Nariño, la derecha apuesta a ganar, pero los resultados parlamentarios no le
fueron favorables al senador Álvaro Uribe, mentor de candidato ultraderechista Iván Duque y aunque logró 5 millones
en la consulta está muy por debajo de lo logrado en la pasadas elecciones
cuando Iván Zuluaga conquistó 6,9 millones de votos. No hay dudas de que en Colombia se irá a una
segunda vuelta, más allá de la campaña contra Petro y las debilidades del
Partido Oficialista de la U, el
Partido Liberal y los Conservadores.
Solo la unidad de la centro izquierda en una segunda vuelta,
sin dejar por fuera a ninguna de las fuerzas políticas, desde Sergio Fajardo
hasta Petro, incluso con el sector
progresista del Partido Liberal, pudieran lograr la elección presidencial, lo
grave en Colombia es que la izquierda
siempre se divide para ganar pequeños cotos, mientras que la derecha se une y
es ahí donde el candidato Duque puede ganar está contienda, que significará un
negro nubarrón en el cenit, o las camisas pardas en Colombia, las declaraciones pre-electorales del
candidato de Uribe Vélez así lo indican, cuando declara que se acabará con la
impunidad, si ello fuera cierto, al primero que habría que someter a la Corte Penal
es al ex presidente Uribe acusado por dicha Corte por los llamados falsos
positivos donde más de 3000 jóvenes fueron asesinados impunemente por sectores
militares, que también deben ser sometidos a dicha Corte. Pero cuando Duque
hace está declaración está pensando en llevar a la cárcel o a la extradición a
los comandantes de la desmovilizadas FARC.
Un escenario como ese puede ser fatal para el país, porque
además si nos atenemos a lo que está sucediendo con los incumplimiento de los
Acuerdos de La Habana y así lo han señalado en muchas ocasiones los
representantes del Centro Democrático las consecuencias serán fatales y la
guerra del campo se extenderá a las ciudades y a su periferia. Las FARC ha sido
muy seria en sus compromisos, incluso entregando sus armas y concentrando
fuerzas antes de que se cumplieran los acuerdos, esto la pone en una posición
muy débil y se demostró con los ataques a su campaña electoral que tuvieron que
suspender. Esas acciones son demostrativas de que este país se debate entre la
“democracia representativa y el fascismo. Será al electorado colombiano a quien
le tocará decidir si volver a un escenario de guerra en las ciudades y
campo o a la paz y la reconciliación.
(*) Periodista,
Politólogo y analista internacional
jorgarcia726@gmail.com
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