miércoles, 28 de marzo de 2018

La crítica liberal a Trías: tirar el niño con el agua del baño


Por Julio A. Louis:

Me considero discípulo y crítico de Trías, con el que mantuve una estrecha relación de militancia y de docencia durante más de veinte años: en el Partido Socialista entre 1954 y 1965 y como colega de Historia en el Liceo de Las Piedras entre 1964 y 1972, año en que Trías volvió a ser diputado.  Luego, nos vimos con intermitencias hasta 1975, en que fui detenido. Trías falleció en 1980 y yo fui amnistiado en 1985, por lo cual no nos reencontramos. Recibí su profunda influencia, coincidí y discrepé con él, lo cual aceptaba pues nunca pretendió tener alrededor suyo a sumisos. 



Lo conocí muy bien, sé que tuvo aciertos y desaciertos como tenemos todos, pero su integridad ética está fuera de duda. Me parece una vil calumnia acusarlo a él (y peor, a su mujer, quien nunca tuvo militancia política) de ser agentes rentados de la inteligencia checoslovaca. Que Trías aportase sus ideas a quienes compartían críticas contra el capitalismo y el imperialismo norteamericano, es posible, del mismo modo que en el país o en el exilio durante las Dictaduras de la “Seguridad Nacional” muchos militantes acordamos con un espectro ideológico amplio de voces críticas a dichas dictaduras. Eso está bien, no significa venderse.

Sorprende la ignorancia de los agentes -quizás acostumbrados a otro nivel de vida- y la superficialidad de sus repetidores al mencionar que tenía cierta estrechez económica (en el caso de los primeros, ¿sería para justificar una apropiación para ellos que no llegaba al supuesto destino?). Trías tenía un ingreso como profesor efectivo de 7o. grado (el máximo), que en los 60 equivalía a los ingresos de un diputado (el de un director de liceo era casi al de un senador). Sus libros se agotaban, no necesitaban mecenazgos. La amplia mayoría de su rica biblioteca es anterior al año 66.

La campaña denigratoria se comprende a la luz de una ofensiva ideológica del liberalismo, o de su primo hermano el social liberalismo. Trías ingresó a la Enseñanza por concurso, y fue Profesor de Filosofía, de Historia y de Literatura, además de poseer una sólida formación en economía. Fue algo más que historiador: fue un teórico marxista de primera línea, a mi juicio el mayor teórico del siglo veinte en Uruguay y uno de los más destacados en América Latina. 

De esa ofensiva ideológica participa López D’Alesandro (1) centrado en la dicotomía democracia-dictadura. En su análisis las clases sociales no existen, las categorías marxistas tampoco. Lo que estas tendencias ideológicas procuran calumniando a Trías, es terminar con la tendencia marxista que ha buscado caminos diferentes al estalinismo y a la caduca social democracia.  Al respecto, me remito a Trías: “Nuestras radicales discrepancias con los partidos socialdemócratas europeos no se refieren, por cierto, al problema de la libertad y de la vigencia de los derechos democráticos. En nuestra concepción del socialismo las libertades fundamentales, el funcionamiento de una democracia real, el respeto a los derechos humanos, juega un rol primordial. Ello nos define y nos diferencia de otras corrientes. Pero es que los partidos socialdemócratas de las naciones imperialistas, como Francia, hacen cuestión de la democracia en las metrópolis, pero aplastan salvajemente desde el gobierno las libertades de los pueblos coloniales como en Argelia.” (2)   

La colega Selva López Chirico desenmascara las fuentes checas y “brasileñas” de esa ofensiva.  Si acometo la tarea de opinar sobre Trías -ya lo hice en el libro de mi autoría “Trías, el socialismo y la patria grande. Hacia una interpretación marxista del siglo XI” (2013)- es porque pocos historiadores vivos lo han conocido tanto (otro es Carlos Machado). Pero no escribiré sobre lo que dicha colega ha investigado con seriedad. Lo haré en el aspecto ideológico - político.
                       
El pensamiento de Vivian Trías

No opinaré sobre sus supuestas notas a los checoslovacos. Lo que sí sé, es que Trías se entusiasmó con Onganía, y discutí con él, entendiendo que era un golpe reaccionario. De ese enfoque suyo doy fe. Y no cabe la menor duda de su yerro, de su entusiasmo ante los supuestos militares progresistas, posición que 1973 en Uruguay, editorializó “El Popular”, órgano del Partido Comunista ante los comunicados 4 y 7 del 9 de febrero, sin contar con el silencio de Seregni en el acto del Frente en esos días, en los que criticó a Bordaberry pero nada dijo de los golpistas. Salvo excepciones de organizaciones pequeñas la izquierda (frenteamplista) “se comió” el progresismo de esos comunicados.           

Con ser grave el desacierto de Trías respecto a Onganía su pensamiento global y sus aportes no pueden limitarse a este yerro, aunque López D’Alesandro lo utiliza para defender la “democracia” y atacar a las “dictaduras”. El marxismo siempre estudia el contenido de clase de la democracia. Hubo democracia esclavista, democracia en los burgos modernos, democracia liberal en diversos países capitalistas y democracias más estrechas, como ‘las tuteladas’ por las Fuerzas Armadas a a la salida de las dictaduras de la Doctrina de la Seguridad Nacional.

Ahora bien, son complementarios dos enfoques diferentes. Por un lado, el reconocimiento del contenido dictatorial de clase de la democracia, opuesto al enfoque liberal que contrapone democracia y dictadura. Y por otro, el reconocimiento de que el régimen en el que se ejerce la dictadura de la burguesía, no es indiferente a los trabajadores ni a las clases populares, y es preferible el democrático liberal. En cambio, cuando se trata de un proceso revolucionario se llega a lo que el joven Marx llama “democracia verdadera” (“Introducción a la crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel”), luego denominada “dictadura del proletariado”.  Tema de controversia es cuando esa “democracia verdadera” (real, la llama Trías) mantiene o no esa característica y esa polémica comprende a los Estados que pretenden expresar a los trabajadores y a las clases populares (Cuba, Venezuela, China, Vietnam, etc.).       

Trías importa como pensador marxista, y en tanto uruguayo -miembro de una nación dependiente, del otrora denominado Tercer Mundo- comprende que la revolución socialista será internacional o no será, que la integración latinoamericana es indispensable para el ejercicio de la soberanía de cada una de sus naciones, y en particular, la uruguaya. Y con esas categorías, estudia la historia para señalar el rol de los liberales Mitre y Sarmiento, que atacaron a los caudillos populares -caso de Artigas- y apuntalaron al colonialismo británico, devenido después, en imperialismo.  

Aportes del pensamiento de Trías   

A continuación señalo dos aportes medulares de su pensamiento.

1)   “Porque, en general, los hombres nutren su personalidad con decisivas influencias derivadas de su tierra, de su pueblo, de sus amigos, de su familia, de su lar. Es a través de su inmediata experiencia con los suyos, que el hombre llega a concebir y a amar a la humanidad y, por consiguiente, a luchar por un mejor destino para ella.
En nuestro caso, orientales y latino-americanos, es desde ese ángulo singular que vemos al mundo y que encaramos sus problemas.  Precisamente, desde ese punto de partida es que llegamos a la conclusión de que el socialismo es la única y ansiada solución para nuestros pueblos. Y luego comprendimos que esa solución solo puede ser universal y que, así como no habrá, en definitiva, socialismo uruguayo sin socialismo latino-americano, no habrá tampoco, socialismo latino-americano sin socialismo a escala mundial.” (3)
  
De modo que Trías es internacionalista, promotor de la integración latino-americana (la Patria Grande), y en esa visión se encuadra su “socialismo nacional”. Juzga que la humanidad se superaría alcanzando propósitos socialistas a través principalmente de revoluciones nacionalistas del Tercer Mundo, que guiarían sus pasos de acuerdo a la idiosincrasia de los pueblos y de sus experiencias concretas, estableciendo vínculos solidarios con los genuinos procesos democráticos y nacionales de los países del Primer y del Segundo Mundo. Se opone y desconfía de las “revoluciones papagayos” y de los “centros” rectores del proceso político e ideológico. De ahí su profunda simpatía por Yugoslavia, China, Corea, Vietnam y muy especialmente, Cuba. Además, se opone a la invasión soviética a Checoslovaquia (1968) implantando otro régimen títere. 

2)  Trías reinterpreta el rol de los denostados caudillos, a quienes equipara a un “sindicato de los gauchos”. Defiende al federalismo y a sus promotores. “José Artigas fue víctima de la calumnia infamante… y fue calificado de ‘anarquista’ y ‘bandolero’. Y se intentó desarraigarlo del recuerdo popular mediante la Leyenda Negra. De Cavia a Mitre o a Berra la tarea tuvo diligentes y aplicados amanuenses”. (También Sarmiento, agrego). (4)  De Mitre expresa: “Su gobierno es una mixtura eficaz de liberalismo económico y ‘culto’ y de dictadura sanguinaria e implacable. Mitre es el instrumento que lleva adelante, contra viento y marea, la incorporación orgánica de la Argentina al aparato imperialista”.(5)  

Pero hace salvedades respecto a los caudillos. Así, de Juan Manuel de Rosas opina: “Su política en lo fundamental es idéntica a la de los unitarios. Mantuvo su monopolio de la aduana y sus rentas para los porteños; sostuvo con mano de hierro la clausura de los ríos interiores que asfixiaba al litoral.” (6) Y agrega: “No es una casualidad que los auténticos políticos federales provincianos hayan sido anti-rosistas; tal es el caso del correntino Pedro Ferré, del tucumano Heredia, del riojano Ángel Vicente Peñalosa. ” (7) Lo que no le impide reconocer el valor de Rosas: “Veremos que también fue capaz de sostener una actitud nacional, representativa del conjunto de las Provincias Unidas ante la agresión extranjera. No puede extrañar que haya calado hondo en la historia.” (8)  Para Trías,  el criterio unitario conducía a la semicolonia y el federal a la nación soberana. Así revaloriza la historia de los movimientos nacionales y populares.

Apuntando al presente
  
Por fin, López D’Alesandro se traslada al presente y atacando a la “izquierda radical” mete en la misma bolsa a Kirchner, Ortega, Maduro, Putin; “todo es igual, lo mismo un burro que un gran profesor” de acuerdo a la letra del tango. Para obrar con seriedad se debe analizar caso a caso.

Creo que otro debe ser el criterio, que presumo compartiría Trías: “Desde el fallecimiento de Vivian Trías han transcurrido más de tres décadas, pletóricas de acontecimientos trascendentes, motivadores para intentar una interpretación en base a sus aportes, a los de otros pensadores marxistas o de diversas visiones revolucionarias de la época presente. Si no somos capaces de recrear el pensamiento socialista, inexorablemente se caerá en interpretaciones chatas, acomodaticias y sin perspectivas, repetitivas de las experiencias frustradas de la socialdemocracia o de los fundamentalismos cargados de dogmatismo, dignos del peor estalinismo.” (9)    

(1) Fernando López D’alesandro. “Vivian Trías, Jorge Rafael Videla y el socialismo nacional”. “ladiaria” 24 de febrero de 2018.
(2) Vivian Trías. “Marx, Lenin y la Revolución Latinoamericana”. “El Sol” 2a. Nota. 28/12/1961
(3) Vivian Trías. “Aportes para un socialismo nacional”. Tomo 6 “Por un socialismo nacional” “Introducción”. Ediciones de la Banda Oriental. 1989. Páginas 129 y 130.
(4).  Vivian Trías. “Las montoneras y el Imperio Británico”. Ediciones Uruguay. Página 19
(5) Ibidem. Página 119
(6) Ibidem. Página 80.
(7) Ibidem. Página 81.
(8) Ibidem. Página 82.
(9) Julio A.- Louis. “Trías, el socialismo y la patria grande. Hacia una interpretación marxista del siglo XXI”. Fundación Vivian Trías-ARCA. Página 133.     
jlui@vera.com.uy

0 comentarios:

Publicar un comentario