Preocupación, fue la exclamación del ex presidente español
José Luis Rodríguez Zapatero por la sorpresiva decisión de la oposición
venezolana de no firmar el Acuerdo de Paz de 6 puntos a que había logrado consenso después de dos años de
largas y escabrosas conversaciones.
El Acuerdo que debió firmarse ayer martes 6 en Santo
Domingo, República Dominicana con el
Gobierno de Venezuela, ha sido suspendido indefinidamente según informó a la
prensa el presidente dominicano Danilo Medina, quien explicó que mientras el
Gobierno Venezolano entendió que todo se
había concluido con los puntos discutidos y consensuados, la oposición se
apareció en el día de hoy 7 de febrero con un documento nuevo, con otros temas
que no dio a conocer y declararon que no firmarían lo ya consensuado y que los
diálogos quedaban suspendidos indefinidamente.
Está supuesta incoherencia de la oposición venezolana, no por
sorprendente deja al desnudo, las
verdadera intenciones y planes de la oposición con todo el respaldo del
gobierno de los Estados Unidos. Téngase en cuenta que la oposición tomó este
brusco e inesperado cambio, cuando se produjo hace aproximadamente 72 horas atrás las muy
graves, amenazadora e injerencistas,
declaraciones del presidente Donald
Trump, acompañadas del anuncio de una
visita del Secretario de Estado Rex
Tillerson a cinco países que
integran el llamado Grupo de Lima, grupo de
países latinoamericanos y caribeños que han tomado la decisión de
acompañar a Estado Unidos, con las
complicidad del Secretario de la OEA, Luis Almagro, de exigir la suspensión de las elecciones en
Venezuela y desconocer las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente,
asamblea elegida con el respaldo de más de 8 millones de votos el pasado 30 de
julio.
El Secretario de Estado visitará cuatro países aliados en su
esencial y estratégica política hacia el
sur de la región, especialmente contra Venezuela, estos países son México,
Colombia, Argentina y Perú, cuyas políticas, venezolanas son harto conocidas.
Las declaraciones de Tillerson en México
no podían ser más clara cuanto más groseras, al sugerirle al presidente Nicolás
Maduro, “que lo que puede hacer, es hablar con sus amigos cubanos que le
brinden un exilio en una bonita casa en
las playas cubanas, mientras instaba a los
militares venezolanos que, como en épocas anteriores actuaron los militares,
hoy debían actuar ante el gobiernos
autoritarios y llevar a Venezuela a la democracia”.
Con esa filosofía política, desprovista de toda diplomacia y
sin ningún rubor, el señor Tillerson ha dado la señal y luz verde a la oposición venezolana y les
alentó a tomar las incoherentes y
poco seria conducta al no firmar y suspender el dialogo, con total desprecio
por la paz de su país y faltarle el respeto
no solo al pueblo venezolano,
también frente al gesto solidario y amistoso del presidente dominicano Danilo
Medina, a los países garantes y al ex presidente Rodríguez Zapatero y a la
opinión publica latinoamericana caribeña y europea.
De todos modos los lectores deben tener presente que este no
es un hecho aislado, la crisis que están presentando los Acuerdo de Paz en
Colombia, la ola de crímenes contra los líderes sociales y ex
guerrilleros, la suspensión de los
diálogos del ELN por parte del gobierno de José Manuel Santos Calderón, el indiscriminado bombardeo
de la aviación en el departamento del Chocó que ha cobrado vidas inocentes
entre ellas la de una niña, en el noche de ayer 6 de febrero, los pasos que da
el Secretario de la OEA para promover una condena de la OEA a Venezuela, la
sospechosa visita del Secretario de Estado a
los países mencionado en el sur y a Jamaica en el Caribe, van
encaminados a promover a toda costa una intervención política y militar en
Venezuela y Tillerson, sin tapujo ni escrúpulo lo dejo claro en su declaración
en tierras aztecas, país al que también quieren aislar mediante un ilegal muro,
como una gran humillación a la tierra de Hidalgo, Morelos y Francisco “Pancho” Villa.
(*) Periodista, politólogo y analista
internacional
jorgarcia726@gmail.com
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