domingo, 11 de febrero de 2018

Dolarización de facto en Venezuela


Por Jesús A. Rondón:

En la coyuntura actual de guerra económica, algunos venezolanos y venezolanas se preguntan, ¿Por qué no dolarizamos oficialmente la economía? La respuesta inmediata es que hacerlo implicaría renunciar a nuestra soberanía, pues perderíamos como república la capacidad de formular e implementar una determinada política monetaria. Dependería nuestra economía de una corporación privada como la Reserva Federal de los Estados Unidos de América, en consecuencia, de un interés ajeno a la patria.



Lo contradictorio es que en la realidad de nuestro país existe una dolarización de facto, es un hecho que los precios de los productos que adquirimos o los servicios que utilizamos varían su precio de acuerdo a la fluctuación del precio de dólar oficial y fundamentalmente el no oficial. Quienes manufacturan, comercializan productos o brindan servicios despiertan cada día, para formar parte de la audiencia de Dólar Today, no solo para observar, sino para determinar determina los elementos de su estructura de costos.

Los ciudadanos y las ciudadanas en Venezuela, cuando asisten para utilizar algunos servicios médicos, están a merced de los prestadores que ya está cobrando en moneda estadounidense. Los costos de repuestos para vehículos o insumos (como lubricantes) se ajustan diariamente en base al comportamiento del dólar paralelo. Llegamos a escenas risibles, cuando hasta que el vende la chicha te explica que su precio depende del dólar. Lo que ya ni siquiera es curioso, ni risible es que cuando baja la cotización los precios se mantienen. Digamos que este comportamiento puede considerarse razonable, si dentro de una determinada estructura de costos hay un componente que se importa, y no se tiene acceso a los mecanismos de dólares oficiales, por lo cual se recurre al mercado paralelo. Lo que, si es curioso, es que, si todos los componentes son nacionales, igual se recurra al marcador ilegal para fijar los precios.

La explicación a esta curiosidad es que quien manufactura, comercializa o presta servicios dolarizo la ganancia. Lo que incorpora un aumento de velocidad en el transito que tenemos en la espiral inflacionaria, puesto que estos sujetos calculan su tasa de ingreso en función de los precios de los productos y servicios que requiere o desea adquirir en el mercado. Por otro lado, quienes manufacturan, comercializan o prestan servicios dolarizan sus ahorros. ¿Qué empresario tiene sus ahorros en bolívares?

La demanda creciente versus los escases de dólares proporcionado por el Estado, debería ubicar un precio en el mercado marginal (alimentado antes por las fugas de Cadivi y ahora por las remesas de los venezolanos y venezolanas en el exterior), pero como no hay registro ni regulación del mismo, el marcador es ese agujero negro con intereses claros, del cual se desprende como arte de magia el precio del dólar, denominado Dólar Today. La tasa de cambio referencia planteada por el Estado, es ignorada sin vergüenza alguna.

Históricamente se ha aludido que la causa de esta situación es haber mantenido el modelo rentista, basado en la extracción y comercialización de petróleo y sus derivados. Lo cual hace que cuando existe una baja de los precios, impacte directamente el ingreso de divisas. Por otro lado, presumo que las empresas que exportan sus productos, no retornan las divisas al mercado interno. Y finalmente nuestra base de manufactura, comercialización o servicios es altamente dependiente de suministros extranjeros, lo significa que se produce limitadamente, pero los componentes no se crean en nuestro país. El caso más emblemático de lo dicho es Empresas Polar, en concreto con la manufactura de harina de maíz, donde constatamos que no siembra la materia prima, la tecnología que utiliza es foráneo y hasta la marca “Pan” fue vendida a un consorcio canadiense.

A lo largo de la Revolución Bolivariana fundamentalmente con el comandante Chávez, se promovieron, fomentaron, financiaron, asesoraron múltiples iniciativas desde la organización del pueblo y en marco de lo comunal. Han sido poco los frutos de estas experiencias. Igualmente se han promovido, fomentado, financiado, asesorado iniciativas privadas, y en esta óptica está más centrado el Presidente Maduro, siendo su mayor expresión los quince motores productivos (2017). Se constata un problema societal, consecuencia del modelo rentista, no hay disposición en la sociedad para producir. Se aplica la ley del menor esfuerzo, por lo cual tenemos un pueblo que mayoritariamente valora a los gobiernos que brinda ayudas sociales y pone a disposición productos para el consumo (la estética del consumo); y tenemos una clase empresarial que exige abandonar el papel social del Estado para que financie la practica la importación (materias primas, tecnologías y marcas) y el envase. Es esto último es el centro de la tensión entre un gran sector empresarial venezolano y las empresas multinacionales con el Gobierno Bolivariano.

Luego de esta lectura ¿Cuál es el desafío como país en lo económico para superar la dolarización de facto? Producir en primera instancia. Dentro del modelo de la revolución bolivariana, es obligatorio aprobar estar asignatura pendiente; con nuevos referentes, provocando la creatividad, y este sentido la recién Ley de Consejos Productivos de Trabajadores puede contribuir. Para los que ubican en el marco de los que adversan la revolución bolivariana, identifico una tensión entre quienes están orientados a crear una base productiva paulatinamente menos dependiente y los que buscan retornan al rentismo. En todo caso, para producir se requiere en los términos de Bauman una sociedad de productores, para lo cual el camino es largo. En segunda instancia, se debe modificar los patrones de consumo. No es razonable, no es sustentable que todos nos aproximemos a los  estándares de consumo que el mercado capitalista nos ofrece.
.@jxrondon
jesusalbertorondon@gmail.com

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