Por Miguel Mora Alviárez:
Hace muchas lunas cuando leí el programa de gobierno
agrícola de Lula para Brasil (Vida digna o campo) sentí que ese rayo de luz nos
faltaba a nosotros en el gobierno de Chávez. Un país agrícolamente poderoso
como Brasil, con un modelo agrícola agro-exportador de altos insumos, pero con
grandes problemas sociales en el campo requería de cambios relevantes en
justicia de los campesinos(as). Tales problemas, sin abundar en una larga lista
son la situación de explotación y hasta esclavismo de campesinos, una injusta
distribución de la tierra con una población grande sin acceso a la tenencia de
la tierra, centros de investigación agrícola muy avanzados pero con poca
atención a un nuevo modelo de agricultura familiar sustentable, y gente pasando
hambre pareja cuando la disponibilidad interna de energía estaba sobre las 3000
Kcal/persona/día.
Entre tanto, Chávez impulsó el programa de Rubros Bandera,
varios experimentos socio-políticos de organización social para frenar el
desmontaje de la agricultura que continuaba con la inercia de la IV República
(NUDES, Saraos, saraitos, fundos Zamoranos, etc) y creó en la plataforma del
INIA tres planes innovadores para sustentar la agricultura nacional: El Plan
Nacional de Semillas, el Plan de Acuicultura Continental y el Plan de
Agricultura Familiar y de Pequeña escala, construidos todos para impactar la
producción y disminuir vulnerabilidades políticas. También, la Misión Ciencia
implementó varios programas de alto impacto para la agricultura. FAO reconoció
los ingentes esfuerzos del gobierno del Comandante Chávez por la mejora
integral de la seguridad alimentaria en Venezuela. Políticamente todos estos
esfuerzos se circunscribieron al constructo de la soberanía alimentaria
nacional.
Otro logro del gobierno de Chávez fue destruir el mito que
la gran propiedad de la tierra generaba mucho alimento para el país. Actuó
rescatando tierras "productivas" según los latifundistas y la
agricultura creció llegando en algunos casos como la producción de maíz, a
triplicar el resultado de la última gestión de Rafael Caldera.
Aún con estos esfuerzos y otros que extenderían este
artículo, la agricultura en general no logró superar los déficit de oferta
nacional en varios rubros, especialmente los que provienen de los sistemas de
ensamblaje de proteínas de origen animal, donde los productores han montado una
gran farsa histórica tratando de evidenciar que son capaces de hacer producción
en ausencia del principal insumo que son los alimentos balanceados en
detrimento a la visión de alimentos nacionales alternativos y mejora de la
capacidad de producción de rubros para hacer suplementos y complementos
alimenticios.
Los documentos y elogios de FAO al gobierno fueron muy
impactantes en la visión de la agricultura del 60% de la trayectoria de la
Revolución Bolivariana. Lo que no se lograba en Venezuela se importaba de
países aliados, hoy enemistados por sus posiciones injerencistas y posiciones
extremas neocapitalistas. Llegó un momento en que comenté que tanto acceso a
los alimentos parecía que nos estábamos comiendo el país; inclusive, el
sobrepeso se convirtió en un problema de salud pública.
Hoy Lula está sometido al escarnio público nacional e
internacional, pero el pueblo recuerda su obra y su programa "Hambre
Cero". Brasil está asediado por la derecha que conculca el bienestar del
Pueblo. Por otra parte, Chávez partió a la gloria e igualmente se le recuerda,
y si bien es cierto que existe en teoría una continuidad programática de su
obra, por el camarada Maduro, la gente percibe que el sistema agroalimentario
venezolano, por cualquiera que sea la causa y sus efectos, está generando un
problema de hambre con impacto en el acceso a los alimentos pero también con
trastornos a la dignidad para obtenerlos (léase sacrificios innecesarios hasta
para obtener el gas doméstico con el cual se cocinan los alimentos).
Los equipos agroalimentarios del Presidente Maduro han
fracasado. El no quiere reconocer esto, menos lo van a reconocer sus
burócratas. La agricultura militarizada es contraria a la vocación horizontal
de los hombres y mujeres del campo. No se trata de ordenar sino de hacer.
Frente a los retos del porvenir político, habida cuenta una próxima
confrontación electoral, al Presidente Maduro no le queda otra que reflexionar
sobre el difícil tema del hambre en Venezuela ¿existe hambre? ¿Cuál es su
origen? ¿Por qué no se avanza en la producción de alimentos? ¿Por qué fracasan
los controles de precios? ¿Cuánto y quiénes son los beneficiarios directos e
indirectos de los dólares para importar alimentos? ¿Es todo este problema una
conspiración para sacarlo del poder? ¿Alguien le dice la verdad sobre esto?
¿Cuál es la salida a esta severa crisis alimentaria?
Pero estas reflexiones son insuficientes si no existe la
voluntad de inscribir en el Plan de la Patria verdaderos proyectos de
transformación en la agricultura, la revolución en la agricultura, sobre lo
cual escribiré próximamente. Pero, al menos el pre-candidato Maduro debe lanzar
el Programa Hambre Cero, no copia de Lula, sino el nuestro con todos los
ingredientes de transición hacia un modelo sustentable de la agricultura y de
la sociedad.
mmora170@yahoo.com
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