Por Tony López R. (*):
En un fuerte mensaje al presidente Juan Manuel
Santos Calderón, el ahora, presidente del Partido Fuerza Alternativa
Revolucionaria del Común (FARC), Rodrigo Londoño Echeverri, reclamó el
cumplimiento de los Acuerdos de Paz, firmados por ambos, en Bogotá, el pasado
24 de noviembre del 2016 .
Con toda razón el comandante guerrillero
exigió al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, que cumpla con “lo
prometido y firmado” en los acuerdos de paz de La Habana, tras acusarlo de
incumplir las “garantías mínimas” de ese pacto. En su carta pública al
mandatario colombiano, el ex jefe guerrillero señala que la insurgencia ha
cumplido sagradamente con los compromisos, entre otros, la concentración de sus
fuerzas en las zonas y puntos establecidos por las partes, la entrega de todo
su armamento en el tiempo establecido, como
fue reconocido por el Jefe de la Comisión de las Naciones Unidas y el
propio presidente Juan Manuel Santos, en un acto oficial en el departamento de
la Guajira.
Sobre los incumplimientos del gobierno, hay
muchísimos ejemplos y temas sumamente delicados que están poniendo en riesgo la
posibilidad de que se logre consolidar una paz solida y la reconciliación
social que permita que Colombia deje de una vez y para siempre la pesadilla de
la guerra y se construya una sociedad inclusiva y feliz.
Aún quedan en prisión cerca de 1000
combatientes, cobijados en la Ley de Amnistía, el paramilitarismo no solo no lo
han combatido sino ha crecido y ocupado las zonas dejadas por las FARC-EP. Las
zonas antiguas veredales no terminaron las construcciones, lo poco que
construyeron fueron habitaciones máximo para cuatro personas, pero en
hacinamiento, los baños y las cocinas son comunales, entonces no sirven para
vivir familias, las dotaciones de servicios fueron precarias, o sea, no había
agua potable, no habían vías de comunicación sino trochas, la luz era escasa,
las telecomunicaciones nulas o casi nulas. Hasta hoy hay 10 combatientes desmovilizado
muertos y sumado a sus familias llegan a 32 los asesinados de las FARC-EP.
Según el dirigente del Polo Democrático
Alternativo Wilson Arias, el presidente
Juan Manuel Santos al promulgar el decreto 902 del 31 de mayo pasado, que
contiene asuntos relacionados con el fondo de
tierra, no solo incumple el Acuerdo del punto número 1 de la agenda
discutida y aprobada en La Habana sobre el tema agrario, sino que favorece a
los terratenientes, en detrimento de los campesinos pobre y medios, siendo,
según Arias, que el tema agrario es uno de los puntos fundamentales y uno de
los causantes del conflicto social y armado en Colombia, porque su país es, en
América Latina, uno de los de mayores niveles de desigualdad en la tenencia de
la tierra.
Por otra parte el Congreso de la República
parece destinado a torpedear los acuerdos, siendo el actual presidente de la
Cámara de Representante Rodrigo Lara Restrepo, uno de los principales
opositores a los Acuerdos de Paz, consecuente con la
negativa posición de su partido Cambio Radical y de su jefe el candidato
a la presidencia para el 2018, Germán Vargas Llera, quien cuenta con
posibilidades de ganar el sillón del Palacio de Nariño.
Otro tema importante y nada favorable para la
fuerza que acaba de deponer las armas, por la integración y dudosa imparcialidad mayoritaria de los
miembros del tribunal escogido, que asumirá la Justicia Transicional de Paz,
encargada de juzgar a todos aquellos miembros de la guerrilla, de la fuerza
pública y autores intelectuales de delitos que prueben que los acusados, hayan
cometido crímenes de guerra y/o de lesa
humanidad.
Resultan
sospechosas algunas informaciones que se conocen en Bogotá, sobre las
opiniones del embajador de los Estados Unidos, comentando que el tratado de
extradición entre Colombia y Estados Unidos está vigente y que no descarta que
miembro de las FARC sean extraditados.
Es positivo que la opinión pública conozca
que la paz en Colombia es un elementos
muy importante para la tranquilidad de la región, sobre todo, ahora que el
presidente Donald Trump sigue empecinado en provocar, con la complicidad de la
oposición venezolana, una intervención militar en Venezuela y para todos es
sabido que hay sectores muy reaccionarios en Colombia, enemigos de los acuerdos
de paz con la guerrilla y también de la Revolución Bolivariana de
Venezuela, con mucho poder y que pueden
utilizar a los paramilitares y llevar a cabo una operación armada en la
frontera que encienda la pradera, no sería la primera vez que esas bandas
criminales han actuado en territorio venezolano y más ahora, que con la desmovilización de las FARC el
camino quedó limpio para cualquier
felonía y aventura.
Lamentablemente hay que reconocer que el
escenario regional favorece la demencial política de la intervención e
injerencia de Estados Unidos en América Latina y ninguno de nuestros países
escapa de esas acciones, así lo demuestran las injustificadas y temerarias
decisiones del Departamento de Estado en torno a las relaciones diplomáticas
con Cuba.
Que el proceso de paz en Colombia se enrumbe
por caminos seguros, en la búsqueda de solucionar las grandes desigualdades,
con garantías para todos los colombianos sin excepción, sin injerencia
extranjera y que se eviten los horrores de un
nuevo y peligroso conflicto interno, debe ser también una
responsabilidad de toda la sociedad y muy especialmente del presidente Juan Manuel
Santos y su equipo de gobierno, de lo
contrario la historia los condenará y el injusto premio Nobel de Paz concedido
unilateralmente quedará hecho pedazos.
(*)
Periodista, politólogo y analista internacional.
Jorgarcia726@gmail.com
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