miércoles, 23 de agosto de 2017

Sobre política exterior

Por  Eduardo Contreras:

El ex presidente colombiano Álvaro Uribe, político  ultraderechista y acusado como responsable de violaciones de  derechos humanos en su país, acaba de estar en Chile y hablándole a un público con el que se identifica, llamó abiertamente al golpe de Estado en Venezuela.


De este modo ha ocurrido que un ex gobernante extranjero en nuestro país llama al derrocamiento de un gobierno legítimo, constitucional, y con el cual Chile mantiene relaciones normales y nuestra Cancillería como si lloviera.

Pocas horas antes había pasado por Santiago otro personaje: Mike Pence, vicepresidente norteamericano. Vino enviado por Trump para instar al gobierno chileno a romper relaciones con el gobierno de Corea del Norte. Textualmente dijo: “ urgimos con firmeza hoy a Chile, y también a Brasil, México y Perú, a romper todas las relaciones diplomáticas y comerciales con Corea del Norte ". Es decir la clásica insolencia con la que el patrón prepotente trata a sus sirvientes.

¿Y qué contestó nuestro canciller Heraldo Muñoz a Pence? Dijo: “las relaciones con Corea del Norte son distantes porque nosotros hemos aplicado estrictamente todas las sanciones en contra de ese país que han sido decretadas por el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas”. Añadió luego “En Chile no hay un embajador de Corea del Norte y tampoco en Pyongyang está destacado uno chileno, y las relaciones diplomáticas entre los dos países las manejan embajadores concurrentes. Concluyó: " Es una relación, yo diría, de muy bajo nivel, pero no tenemos contemplado el cortar relaciones diplomáticas con Corea del Norte"

Es decir ni una sola palabra de protesta porque el mensajero de Trump nos “urgiera con firmeza a romper relaciones” una orden inaceptable y que por supuesto importa una grave ofensa a la dignidad nacional.  Sólo explicaciones para tranquilizar al inquisidor como esas de que nuestras relaciones con Corea del Norte son distantes, de muy bajo nivel, etc. Pero rechazo categórico ninguno.

Que enorme distancia entre estas realidades y la política exterior de ese Chile democrático anterior al golpe del 73. Distancia que se expresa con fuerza en el alejamiento de los principios de unidad latinoamericana y de solidaridad con los pueblos y Estados de nuestro continente que defienden su independencia frente a las históricas presiones de los gobiernos de los EEUU de Norteamérica. Sobran ejemplos y una expresión vergonzosa y extrema es la posición de esta cancillería en relación a la situación que se vive en Venezuela.

Es posible que alguien que no haya vivido en Chile en los años previos al golpe de Estado desconozca elementos claves que vinculan ambas situaciones y no perciba adecuadamente la semejanza de ese tiempo con lo que hoy la CIA con el apoyo de Almagro en la OEA y de un grupo de gobiernos títeres lleva a cabo en Venezuela. Pero ese alguien podría informarse mejor lo que salta a la vista. Los mismos grupos terroristas de ultra derecha, el mismo acaparamiento de productos, el mismo juego de políticos reaccionarios y medios de comunicación a su servicio.

Cuando hablamos de la CIA, del imperialismo y otras categorías de la política contemporánea no hablamos de santos apóstoles. Se trata de instituciones creadas para defender al precio que sea al gran capital internacional. Para ilustrar lo que afirmamos tomemos un ejemplo de estos días que nos muestra cómo los centros de terror se unen en defensa de sus intereses con total desprecio por la vida de millones de seres humanos. Y es que el fundador de Wiki Leaks, Julian Assange, en reciente entrevista con el periodista John Pilger dio a conocer un correo electrónico que demuestra que quienes financian al ISIS, es decir al terrorismo islámico, son los mismos que los que financian la Fundación Clinton en los EEUU. En efecto, tanto dicha fundación norteamericana como el propio Estado Islámico es financiado por los gobiernos de Arabia Saudí y Qatar.  De eso hablamos cuando hablamos de cómo esos aparatos – que ya estuvieron presentes en el derrocamiento de la Unidad Popular en Chile – están hoy también presentes conspirando en contra del proceso bolivariano en Venezuela.

Por eso  es que aquellos que  desconocen lo ocurrido en Chile en los años 70 debieran meditar sus actos y de paso tampoco les haría mal leer y conocer la actual Constitución Política venezolana y enterarse del respaldo jurídico objetivo de la Asamblea Constituyente y de cómo el gobierno del presidente Maduro ha respetado la legalidad vigente. Prefieren el camino corto de la obediencia debida a quien se pretende dueño del continente.

Tan absurdo es todo lo que hacen los seguidores de EEUU, que hasta en el Partido Socialista Obrero Español – al que supongo que nadie en su sano juicio se atrevería a considerar “extremista”, “revolucionario” ni mucho menos “marxista leninista” -  ha formulado señalamientos que van en sentido contrario de la posición de varios gobiernos de América Latina.

La situación en Venezuela es "responsabilidad colectiva de los venezolanos no sólo del presidente Nicolás Maduro", aseguró el portavoz de la Ejecutiva Federal del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Óscar Puente. Y añadió que “En España existe un sobredimensionamiento, portada tras portada de la crisis en Venezuela”. "Una sociedad no llega a esta situación sólo por un Gobierno sino por múltiples razones" enfatizó el dirigente español, quien agregó que “La solución a la crisis política y económica por la que atraviesa Venezuela debe pasar por el diálogo" y el entendimiento" y deploró el "desencuentro frontal y radical" que hoy existe en ese país.

Conozco de cerca el pensamiento político retrógrado y el cerrado anticomunismo que prima en las alturas del ministerio encargado de las relaciones internacionales. Llegará el tiempo de hablar de todo aquello y más.
Por ahora simplemente consignemos a vía de ejemplo que, sugestivamente, nunca la actual cancillería ha tomado medida alguna respecto de funcionarios o embajadores que han hecho declaraciones públicas de carácter político contingente – no del pasado sino del presente – siempre y cuando esas declaraciones vayan en contra de los comunistas chilenos.

Un caso reciente es el de un embajador que formuló declaraciones públicas en defensa de una eventual candidatura senatorial por Antofagasta de José Miguel Insulza, aquel dirigente  que siendo ministro de Estado en tiempos de la Concertación impidió que Pinochet fuera juzgado por tribunales internacionales y salvó al dictador; en sus declaraciones ese embajador aludió abiertamente al Partido Comunista, pero como si nada. Si los atacados son los comunistas no hay problema para ese ministerio.

Es el criterio sesgado, reaccionario, conque se maneja la política exterior. Atentos a lo que diga EEUUU y  su institución predilecta, la OEA,  “ministerio de colonias” como se la  ha llamado con razón. Una lástima. Es de esperar tiempos mejores que permitan recuperar a plenitud nuestra independencia y nuestra solidaridad con los pueblos del continente.
eduardocontreras2@gmail.com

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