Por Eduardo Contreras:
El ex presidente colombiano Álvaro Uribe, político ultraderechista y acusado como responsable de
violaciones de derechos humanos en su
país, acaba de estar en Chile y hablándole a un público con el que se
identifica, llamó abiertamente al golpe de Estado en Venezuela.
De este modo ha ocurrido que un ex gobernante extranjero en
nuestro país llama al derrocamiento de un gobierno legítimo, constitucional, y
con el cual Chile mantiene relaciones normales y nuestra Cancillería como si
lloviera.
Pocas horas antes había pasado por Santiago otro personaje:
Mike Pence, vicepresidente norteamericano. Vino enviado por Trump para instar
al gobierno chileno a romper relaciones con el gobierno de Corea del Norte.
Textualmente dijo: “ urgimos con firmeza hoy a Chile, y también a Brasil,
México y Perú, a romper todas las relaciones diplomáticas y comerciales con
Corea del Norte ". Es decir la clásica insolencia con la que el patrón
prepotente trata a sus sirvientes.
¿Y qué contestó nuestro canciller Heraldo Muñoz a Pence?
Dijo: “las relaciones con Corea del Norte son distantes porque nosotros hemos
aplicado estrictamente todas las sanciones en contra de ese país que han sido
decretadas por el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones
Unidas”. Añadió luego “En Chile no hay un embajador de Corea del Norte y
tampoco en Pyongyang está destacado uno chileno, y las relaciones diplomáticas
entre los dos países las manejan embajadores concurrentes. Concluyó: " Es
una relación, yo diría, de muy bajo nivel, pero no tenemos contemplado el
cortar relaciones diplomáticas con Corea del Norte"
Es decir ni una sola palabra de protesta porque el mensajero
de Trump nos “urgiera con firmeza a romper relaciones” una orden inaceptable y
que por supuesto importa una grave ofensa a la dignidad nacional. Sólo explicaciones para tranquilizar al
inquisidor como esas de que nuestras relaciones con Corea del Norte son
distantes, de muy bajo nivel, etc. Pero rechazo categórico ninguno.
Que enorme distancia entre estas realidades y la política
exterior de ese Chile democrático anterior al golpe del 73. Distancia que se
expresa con fuerza en el alejamiento de los principios de unidad
latinoamericana y de solidaridad con los pueblos y Estados de nuestro
continente que defienden su independencia frente a las históricas presiones de
los gobiernos de los EEUU de Norteamérica. Sobran ejemplos y una expresión vergonzosa y extrema es la
posición de esta cancillería en relación a la situación que se vive en
Venezuela.
Es posible que alguien que no haya vivido en Chile en los
años previos al golpe de Estado desconozca elementos claves que vinculan ambas
situaciones y no perciba adecuadamente la semejanza de ese tiempo con lo que
hoy la CIA con el apoyo de Almagro en la OEA y de un grupo de gobiernos títeres
lleva a cabo en Venezuela. Pero ese alguien podría informarse mejor lo que
salta a la vista. Los mismos grupos terroristas de ultra derecha, el mismo
acaparamiento de productos, el mismo juego de políticos reaccionarios y medios
de comunicación a su servicio.
Cuando hablamos de la CIA, del imperialismo y otras
categorías de la política contemporánea no hablamos de santos apóstoles. Se
trata de instituciones creadas para defender al precio que sea al gran capital
internacional. Para ilustrar lo que afirmamos tomemos un ejemplo de estos días
que nos muestra cómo los centros de terror se unen en defensa de sus intereses
con total desprecio por la vida de millones de seres humanos. Y es que el
fundador de Wiki Leaks, Julian Assange, en reciente entrevista con el
periodista John Pilger dio a conocer un correo electrónico que demuestra que
quienes financian al ISIS, es decir al terrorismo islámico, son los mismos que
los que financian la Fundación Clinton en los EEUU. En efecto, tanto dicha
fundación norteamericana como el propio Estado Islámico es financiado por los
gobiernos de Arabia Saudí y Qatar. De
eso hablamos cuando hablamos de cómo esos aparatos – que ya estuvieron
presentes en el derrocamiento de la Unidad Popular en Chile – están hoy también
presentes conspirando en contra del proceso bolivariano en Venezuela.
Por eso es que
aquellos que desconocen lo ocurrido en
Chile en los años 70 debieran meditar sus actos y de paso tampoco les haría mal
leer y conocer la actual Constitución Política venezolana y enterarse del
respaldo jurídico objetivo de la Asamblea Constituyente y de cómo el gobierno
del presidente Maduro ha respetado la legalidad vigente. Prefieren el camino
corto de la obediencia debida a quien se pretende dueño del continente.
Tan absurdo es todo lo que hacen los seguidores de EEUU, que
hasta en el Partido Socialista Obrero Español – al que supongo que nadie en su
sano juicio se atrevería a considerar “extremista”, “revolucionario” ni mucho
menos “marxista leninista” - ha
formulado señalamientos que van en sentido contrario de la posición de varios
gobiernos de América Latina.
La situación en Venezuela es "responsabilidad colectiva
de los venezolanos no sólo del presidente Nicolás Maduro", aseguró el
portavoz de la Ejecutiva Federal del Partido Socialista Obrero Español (PSOE),
Óscar Puente. Y añadió que “En España existe un sobredimensionamiento, portada
tras portada de la crisis en Venezuela”. "Una sociedad no llega a esta
situación sólo por un Gobierno sino por múltiples razones" enfatizó el
dirigente español, quien agregó que “La solución a la crisis política y
económica por la que atraviesa Venezuela debe pasar por el diálogo" y el
entendimiento" y deploró el "desencuentro frontal y radical" que
hoy existe en ese país.
Conozco de cerca el pensamiento político retrógrado y el
cerrado anticomunismo que prima en las alturas del ministerio encargado de las
relaciones internacionales. Llegará el tiempo de hablar de todo aquello y más.
Por ahora simplemente consignemos a vía de ejemplo que,
sugestivamente, nunca la actual cancillería ha tomado medida alguna respecto de
funcionarios o embajadores que han hecho declaraciones públicas de carácter
político contingente – no del pasado sino del presente – siempre y cuando esas
declaraciones vayan en contra de los comunistas chilenos.
Un caso reciente es el de un embajador que formuló
declaraciones públicas en defensa de una eventual candidatura senatorial por
Antofagasta de José Miguel Insulza, aquel dirigente que siendo ministro de Estado en tiempos de
la Concertación impidió que Pinochet fuera juzgado por tribunales
internacionales y salvó al dictador; en sus declaraciones ese embajador aludió
abiertamente al Partido Comunista, pero como si nada. Si los atacados son los
comunistas no hay problema para ese ministerio.
Es el criterio sesgado, reaccionario, conque se maneja la
política exterior. Atentos a lo que diga EEUUU y su institución predilecta, la OEA, “ministerio de colonias” como se la ha llamado con razón. Una lástima. Es de
esperar tiempos mejores que permitan recuperar a plenitud nuestra independencia
y nuestra solidaridad con los pueblos del continente.
eduardocontreras2@gmail.com
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