Por Ilka Oliva Corado:
En el 2014, salió Obama con sus once ovejas a dar una
conferencia de prensa con carácter de urgente, fue por allá de principios de
verano; habló de una crisis de niños migrantes que viajaban solos hacia Estados
Unidos en busca de sus padres o huyendo de la violencia en sus países de
origen. Por supuesto, no se habló de la violencia institucionalizada, se
refirió a las maras, como clicas criminales. La “crisis” como él le llamó,
tiene más de 20 años, y ha tenido carácter de urgente desde entonces.
Viene a raíz de la creación del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte, que involucra a México, Estados Unidos y Canadá (1991).
Posteriormente viene el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos,
Centroamérica y República Dominicana (2004). De aquí nos vamos al Plan Mérida o
Plan México (2008). Copia del Plan Colombia. Para terminar de rematar crean el
Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica en el
(2015).
Los medios de comunicación en español, en Estados Unidos, se
encargaron de propagar la noticia y regarla como pólvora, en menos de dos días
ya estaban las alertas y se realizaban programas especiales, en periódicos,
revistas, radios y televisión. Viajaban a la frontera entre México y Estados
Unidos, otros más acorazados, se fueron hasta el triángulo norte de
Centroamérica y se metieron hasta la cocina de las casas en los arrabales, la
meta era sacar la mejor ventaja de la tragedia permanente de esos niños.
Así fue como vimos entrevistas y reportajes de niños, niñas
y adolescentes cruzando el río Bravo o aventándose el desierto entre Sonora y
Arizona. Mediatizando esta tragedia se acuerpaba la denuncia de Obama, la
mentada crisis, y así con el pretexto de que esos niños estaban en peligro,
militarizar desde la frontera sur de Estados Unidos, hasta Honduras.
Entre mediados del 2014 y el 2015 se implementaron el Plan
Frontera Sur, en México, y el Plan Maya-Chortí, entre Guatemala, El Salvador y
Honduras. ¿La excusa? Enfrentar al crimen organizado, que tenía que ver con el
secuestro, abuso y asesinato de migrantes en tránsito y el tráfico de drogas.
Pero el objetivo fundamental era minar la región, por la creación del Canal de
Nicaragua.
Un mes duró la bulla de los medios de comunicación con la
crisis de los niños migrantes. Después le dieron carpetazo, el gobierno de
Estados Unidos y los de México y el triángulo norte de Centroamérica ya tenían
lo que querían.
En el 2014 cuando explotó la crisis, según Obama se creó
un programa de apoyo, donde esos niños al llegar a Estados Unidos podían
solicitar asilo. Eran miles los que viajan como lo han venido haciendo desde
hace 20 años- y a pocos se les otorgaba el asilo, la mayoría era deportada.
Hace unos días la administración Trump canceló el programa y estos niños ahora
serán deportados a la brevedad.
No es la administración Trump, es el sistema. El año pasado
en una reunión en la ONU, los gobiernos de Honduras, Guatemala y El Salvador,
enviaron a su delegada a que fuera a decir que los niños, niñas y adolescentes
que viajaban solos hacia Estados Unidos no lo hacían porque en sus países
estuvieran en peligro de muerte, sino porque los llamaba la ambición de la
riqueza y el sueño americano. Ellos con esto estaban preparando el terreno para
la cancelación de ese programa, que hubiera sucedido de cualquier forma, sin
importar quién fuera el presidente.
Lograron su objetivo, militarizaron la región, con esto los
mismos gobiernos, que trabajan en la impunidad, son los encargados de
secuestrar, violentar y asesinar a migrantes en tránsito, con el pretexto de
combatir la trata de personas y el narcotráfico. Pero no solo eso,
implementaron el mismo guión del Plan Colombia en la región para seguir con los
ecocidios, las limpiezas sociales, las negociaciones con las empresas
transnacionales –minerías- y la violencia institucionalizada. ¿Los
perjudicados? Los mismos de siempre. Seguirán las migraciones forzadas, y estos
niños, niñas y adolescentes que en los últimos 3 años, tenían la esperanza de
pedir asilo en Estados Unidos, serán dejados a su suerte, para que el crimen
organizado, desde los gobiernos los siga utilizando como carne de cañón.
ilka@cronicasdeunainquilina.com
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