Por Ernesto Wong Maestre
Firme y sorpresivo
El pasado 1ro de mayo estábamos en la Ave. Universidad, como
todos los años, celebrando el Día del Trabajo. Eran alrededor de las tres de la
tarde. Conversábamos un grupo de colegas del trabajo, la mayoría muy jóvenes, quienes son los más comunes en
la actual administración pública bolivariana y revolucionaria.
Horas atrás nos
habíamos concentrado en las afueras de la Cantv y salíamos a marchar tres horas
después –mal hábito organizativo que
debe cambiarse en esta próxima etapa de la Revolución. Ya pasaban las cuatro de
la tarde y las calles de Caracas seguían ardíendo bajo un sol radiante. El
Presidente Nicolás Maduro llevaba hablando de la coyuntura política nacional un
buen rato y algunos del grupo que viven en Valles del Tuy o Guarenas comenzaron
a retirarse. Por ello, me dirigí por entre los grupos de bolivarianos
chavistas, entre sus autos con equipos de sonido de todo tipo y de música
variada, a una sola cuadra que me separaba de la simbólica avenida Bolívar, eje
central de concentraciones patrióticas. Me detuve a buscar un mejor sonido del
discurso porque presentía que algún anuncio significativo haría el camarada
Nicolás. Y así fue.
Parado frente a la pantalla led situada diagonal con el
Museo de los Niños escucho a Maduro comenzar a elevar su tono, el ritmo de
palabras, y al ver su rostro sabía que iba a parir una gran idea: “Convoco al
Poder Constituyente Originario para lograr la paz”, exclamó con el tono
decidido que lo caracteriza, lo que fue respondido con un estruendoso aplauso y
gritos de “así, así, así es que se gobierna…así, así, así es que se
gobierna…….”, como si hubiera habido un pacto secreto entre el líder y los
liderados, y no lo que fue en realidad, todo un mandato surgido de lo más
profundo del sentir popular, pues en tiempos de revolución socialista, como
decía Chávez, “hay que mandar obedeciendo”. Nicolás está definiéndose como el
tipo de líder “alejandrino” que se agigantan ante las adversidades y corta por
lo sano el nudo gordiano.
Líder estratégico y humanista
El primer Presidente obrero de la historia venezolana que
por algo fue el propuesto por el Comandante Chávez para darle continuidad a la
Revolución es, no sólo el primer presidente chavista elegido por el pueblo,
sino que se consagró como líder estratégico y el primero que ante las amenazas
de la potencia nuclear más sanguinaria de la historia y de sus lacayos internos
y de las amenazas de gobiernos fronterizos, convoca al Poder Originario, o
Potentia como le llama Enrique Dussell, para afrontar y vencer el conflicto
iniciado por la oligarquía contra el proyecto popular bolivariano y con viles
acciones que ya han venido rebasando los marcos legales. La opción propuesta
por Maduro era la más lógica dentro del marco institucional pacífico, aún
cuando la defensa armada ante las agresiones armadas de los terroristas de la
oposición es también una opción legítima y legal. En esencia, es el primer
presidente venezolano que convocó al pueblo a debatir y construir una
constitución socialista y seguir profundizando las transformaciones sociales mediante el mecanismo de la
democracia participativa y protagónica. El pueblo podrá avanzar mucho más su
conciencia social porque está plenamente protagonizando el proceso y seguirá
con atención los debates de la ANC. Es deber del SIBCI, los constituyentistas y
de los liderazgos del 4x4 garantizar las mejores condiciones promocionales y de
concertación para que la sociedad, y sobre todo los quince millones con Carnet
de la Patria, comprendan cabalmente cada una de las nuevas normas que se vayan
consensuando y aprobando en la ANC. Solo así la próxima victoria estará
garantizada.
Nicolás, con la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente
(ANC) prefirió evitar a toda costa –ante la escalada de terrorismo de la
derecha opositora- el derramamiento de sangre y por ello merece un Premio de la
Paz. Las familias de la burguesía deberían rendir tributo de agradecimiento al
Presidente Maduro por haber evitado éste, con sus instrucciones adecuadas, que
sus jóvenes hijos se hubieran involucrado en una guerra civil, y deberían darle
excusas honorables a la Guardia Nacional Bolivariana por haber evitado con sus
barreras que sus hijos hayan sobrepasado las líneas limítrofes colocadas por
ese cuerpo encargado de la seguridad ciudadana para evitar la confrontación
física con las fuerzas chavistas que por su número y disposición combativa son
muy superiores a los “hijos de papa” acostumbrados a la “dolce vita” o los
juegos de tenis o el “jaibol” en el Country o en unos de esos clubes del Este
donde se prohíbe entrar o se discrimina en el trato a los venezolanos o
venezolanas de origen africano.
Esa clase ex dominante y sus integrantes, más ciertos grupos
de personas de clases populares que le rinden lealtad, es a los que siempre el
pueblo enardecido les dice “No Volverán”, “No Volverán”. Ellas permanecen desde
hace varios años en un estado mental cada vez más disociado psicóticamente, con
cambios sustanciales de sus personalidades pues sus unidades psíquicas
estructurales relativas a la cognición y meta cognición no producen
significación, y parecieran estar deformadas y aplastadas por las unidades
afectivas debido a la carga negativa de significados y sentidos producidos por
los medios privados de comunicación, por las transnacionales de la información
y sus redes sociales, y por los discursos de guerra de los pseudodirigentes de
la oposición violenta que se han impuesto con amenazas y terror al resto de los
caudillos opositores.
Pacífico a pesar del adversario terrorista
Con un mínimo de razonamiento y de humanidad -propiedades cada vez más lejanas de la
psiquis de la oligarquía venezolana- esa
fuerza política hubiera evitado que sus adeptos asesinaran a más de cien seres
humanos y llenaran de luto al ciento de familias. Además, hubiera conservado un
mínimo de credibilidad pues el Presidente Maduro desde 2013, en uno de sus
primeros discursos en la Plaza Diego Ibarra de Caracas, ya se había referido a
la pacificación del país y a la necesidad de cerrar filas en torno a esa
propuesta por parte de todos los sectores y fuerzas políticas. Maduro esa noche
llamó e insistió a los jóvenes delincuentes a abandonar sus acciones ilegales,
al tiempo que anunció y echó a andar días después programas de inserción
social. La derecha ignoró el llamado y comenzó la guerra económica con
acaparamientos para inducir la inflación, especulaciones para elevar
artificialmente la paridad cambiaria y negociaciones antipatriotas con el
imperio para que este elevara el nivel de amenazas en la política exterior
bilateral agresiva.
En efecto, los caudillos opositores respondieron a Maduro
también con acciones agresivas y con estrategias de captar a esos delincuentes
para sus planes futuros. Sus empresas de entretenimiento intensificaron la
difusión por internet – cumpliendo encargos del imperio- de los video-juegos de guerra para los niños
y jóvenes, entre ellos el “Bombardeo de Caracas” o el Rambo anticomunista que
fue “víctima” del “vietcong”.
Esos lucíferos del terrorismo contrarrevolucionario
interiorizaron tanto el papel de Rambo que ahora en el 2017, como no pueden
usar ni el “agente naranja” ni el napalm desde aviones como sí los usó EEUU
para incinerar aldeas completas de seres humanos en Vietnam, y ni pueden usar
abiertamente asociaciones tipo Ku Klux Klan, entonces incendian, a la luz del
día pero encapuchados, a jóvenes de tez morena identificados como
chavistas, para tratar de aterrorizar a
la mayoría de la población que es patriota y gran parte de ella chavista, como
quedó claramente expresado en los casi 8,5 millones de votantes en la elección
de los candidatos a la ANC este 30 de julio que pudo haber llegado a los 11
millones si los terroristas y la burguesía no hubieran amenazado de despido a
sus trabajadores que votarían el 30J, o los terroristas no hubieran bloqueado
salidas de urbanizaciones o municipios, protegidos por los alcaldes de la
oposición y no hubieran amenazado a cientos de miles de residentes de atentar
contra su integridad física si salían de sus casas o edificios a realizar ese
domingo la votación por la ANC.
Proyectado por el mundo haciendo historia
Frente a ese panorama
-por suerte de la vida y logros de la Revolución- en menos del 10% del
territorio nacional ha proliferado la violencia. El talento y la audacia del
liderazgo del Presidente Maduro lo han proyectado hacia la historia y hacia la
realidad mundial de otros pueblos que con empeño y confianza siguen el ejemplo
o paradigma chavista de lograr crear un mundo diferente y un imaginario de
emancipación que ni el mismísimo Lucifer podrá borrar o trastocar. Maduro
advirtió al gobierno de EEUU que de darse una agresión armada a Venezuela el
pueblo podría volver a reeditar la epopeya independentista y acudir a liberar a
los otros pueblos del continente que padecen verdaderas tiranías neoliberales,
más dañinas que las dictaduras de los años sesenta.
Entre los tres últimos presidentes de EEUU, Bush, Obama y
Trump, y sus compinches de partidos, crearon condiciones contradictorias,
objetivas y subjetivas, con sus políticas agresivas y neocolonialistas contra
Venezuela, al igual que les ocurrió con Cuba. Hoy la proyección mundial de la
Revolución Bolivariana hasta los últimos confines del mundo llevan el sello de
la solidaridad antitrump y antimperialista, sobre todo en esta época en que las
redes sociales van globalizando más al planeta y ese “monstruo” no puede ya
seguir siendo el hegemónico, ni el monopolista de las comunicaciones. Hoy los
pueblos ya están aprendiendo a defenderse en los planos y niveles
comunicacionales y organizacionales que durante el siglo XX les era imposible.
Ya “la ciencia y la tecnología como ideología” no es del
monopolio capitalista con que la oligarquía contaba en el llamado “capitalismo
tardío” al que hizo referencia la Escuela de Frankfurt. Los pueblos enfocados
al socialismo funden política, ciencia y tecnología, también en la ideología
emancipadora o de la liberación, como “representaciones sociales compartidas”
para guiar sus proyectos políticos, a decir del semiólogo socio cognitivsta
Teun van Dijk.
Ya más de la mitad de la población mundial se comunica bajo
otras condiciones, e incluso, por vía telefónica, con el intercambio de
mensajes, sea twitter, Facebook, WhatsApp o telegram, u otra red social. Una
noticia de Venezuela llega más rápido a ser leída por un ruso, un sueco, un
tailandés o incluso un esquimal, que por los periodistas -dedicados al
sensacionalismo y los temas impuestos por el imperio- de una sala de redacción
de los grandes medios de comunicación transnacional. Es decir, estamos en una
época que antes que llegue la malsana y manipulada noticia a ser leída por la
población, como reveló en los 70 Mattelart y Dorfman, antes llega la verdad a
millones de ciudadanos y ciudadanas de cualquier parte del mundo, y los prepara
para aclarar a los demás y para no dejarse confundir. Por supuesto, el
individualismo como filosofía impuesta por las oligarquías reduce los niveles
de colectivismo o comunitarios propio de los seres humanos. Ambas condiciones
deben considerarse en las estrategias comunicativas.
Audacia con sentido del momento histórico
Lo que ha ocurrido en la sociedad venezolana este 30J es una
clara evidencia de que el imperio ha sido derrotado en su intención de
confundir a las grandes mayorías del pueblo. Por esa y otras razones, este
viernes 4 de agosto quedó instalada la Asamblea Nacional Constituyente
Bolivariana, a las 72 hrs transcurridas después de la votación del 30J y del
2A, gracias al liderazgo del chavismo que siempre acude al legado del
Comandante Supremo Hugo Chávez como referencia y a las directrices de Nicolás
Maduro como líder estratégico de las transformaciones socialistas (realizadas
en medio de una compleja coyuntura política) luego de ser asimiladas, aprobadas
o consensuadas con el pueblo chavista a todos los niveles.
De manera que a pesar de toda la campaña de mentiras,
falsedades y descripciones limitadas de acontecimientos sobre Venezuela,
desatada con odio por las oligarquías y apoyada en los multimillonarios
proyectos del imperio, es innegable que el liderazgo regional y mundial de
naturaleza popular del camarada Maduro ha crecido potencialmente. Sobre todo
porque fue audaz, tal y como lo recomendaba el gran revolucionario francés G.J.
Danton quien apelaba en la revolución francesa a la “audacia, audacia y más
audacia”. Pero más significativo fue porque Nicolás, con claro “sentido del
momento histórico”, actúo apegado a los principios de la revolución social de
nuestra época, acudiendo al Pueblo, como le enseñó Chávez, su padre político y
con ello confirmó lo que siempre dijo Fidel: “El poder del pueblo, ese sí es
poder”.
wongmaestre@gmail.com
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