Por Gilberto López y Rivas
Al día siguiente de la histórica elección de la Asamblea
Nacional Constituyente, que tuvo lugar en la República Bolivariana de Venezuela
el 30 de julio pasado, innumerables periódicos en el ámbito planetario, entre
ellos, de México, exhibieron en sus primeras planas la fotografía del momento
preciso en que es detonada una carga explosiva en una avenida del este de la
ciudad de Caracas, dirigida contra una caravana de motorizados de la Guardia
Nacional Bolivariana (GNB). En un video de la emboscada que circuló por las
redes electrónicas, es posible observar la columna de motociclistas dar vuelta
a una esquina, y de pronto, en el fondo de la calle, tiene lugar la detonación
que causó la muerte de un joven integrante de este cuerpo militar y heridas
graves a otros ocho.
Los medios de comunicación empotrados en los grupos
fascistas que pretenden deponer al presidente constitucional Nicolás Maduro
Moro, filmaron los detalles del ataque hasta su fatal consumación, e, incluso,
en el video, es posible escuchar las exclamaciones de júbilo de los supuestos
luchadores por la libertad, que celebran así el éxito de su atentado, que, de
realizarse en cualquier ciudad de Europa o Estados Unidos, seguramente hubiera
ocasionado una conmoción mundial.
Sin embargo, esta cobarde agresión preparada con
premeditación, alevosía y ventaja, fue cabeceada con titulares de este tenor en
los diarios: Maduro baña en sangre Venezuela en farsa electoral, Imponen la Constituyente,
día de fuego y sangre, Maduro completa su giro autoritario en una Venezuela en
pie de guerra, Maduro encubre con violencia y represión el fracaso de la
constituyente, Maduro perpetra su golpe. El diario mexicano Milenio, con la
misma portada, cabeceo: Imponen la Constituyente. Esto es, las víctimas son
presentadas como victimarios y la fotografía de un acto terrorista es mostrada
como prueba de las derivas autoritarias de una supuesta dictadura y de un
ambiente de caos y guerra civil.
El reconocido experto en medios de comunicación, Pascual
Serrano, analiza críticamente estas portadas de los diarios del estado español:
ABC, El Mundo, La Razón, La Voz de Galicia, Heraldo, El Norte de Castilla. Sin
embargo, la realidad de la jornada electoral en la que se eligieron los y las
constituyentes fue totalmente distinta a la proyectada por el necroterrorismo
mediático, que, por la uniformidad y sincronía de su mensaje, bien se puede
suponer, sin entrar en la teoría de la conspiración, que hubo un director de
orquesta en esta batalla por la narrativa de los militares estadunidenses
especialistas en las guerras de amplio espectro. Lo que importa no es la verdad
de lo que ocurre, sino la manipulación mediática a nivel masivo. Como bien lo
denunció el ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información,
Ernesto Villegas: “Contra Venezuela se está produciendo un mega fake news”.
(Correo del Orinoco, 6/07/17).
Estuve en Venezuela días antes y durante el proceso
electoral como parte de la observación internacional proveniente de ciudadanos
de unas 20 naciones. De nuestros recorridos, entrevistas y testimonios pude
observar un país en el que la violencia proviene fundamentalmente de la Mesa de
Unidad Democrática (MUD) y sus brazos paramilitares y delincuenciales, y está
localizada en puntos muy precisos y reducidos de la geografía venezolana. El
resto del territorio vive la normalidad cotidiana de un país caribeño, con las
características estructurales de una economía rentista en profundo cambio,
pero, sobre todo, sometida al asedio oligárquico-imperialista, siempre omitido
por los analistas, incluyendo quienes se autocalifican de izquierda. Partimos
de la base de que el chavismo ha sido un verdadero terremoto sociopolítico que
provocó una toma de conciencia de clase y de patria de millones de personas,
por un lado, y, por el otro, la rebelión sediciosa, racista y clasista del
grupo oligárquico que perdió el poder político y el apoyo de las fuerzas
armadas, que, en este caso, obedecen al poder originario: el pueblo de
Venezuela. De ahí que la burguesía busqué en Estados Unidos, la desprestigiada
OEA y los gobiernos subalternos al imperio, la intervención por la vía de
sanciones económicas y políticas y, la ansiada y demandada intervención
militar.
El fracasado ataque de civiles portando uniformes militares, al mando
de un oficial subalterno que hace tres años fue separado de la institución por
traición a la patria y rebelión, al Fuerte Paramacay, ubicado en Valencia,
estado Carabobo, en la madrugada del 6 de julio, es otra prueba fehaciente de
la apuesta de la derecha venezolana por la violencia golpista. Para el
necroterrorismo mediático no mereció atención la participación de más de ocho
millones de venezolanos y venezolanas en el proceso electoral para elegir la
Asamblea Nacional Constituyente y no obstante que varios acompañamientos,
escrutinios y observaciones internacionales dieron cuenta de la
constitucionalidad, legalidad y legitimidad de la elección, así como de la
fortaleza tecnológica, logística y profesional del Consejo Nacional Electoral.
En el informe presentado al final de la jornada electoral, los y las
integrantes de este acompañamiento internacional, hicieron un llamado a
respetar la decisión soberana y el derecho a la autodeterminación del pueblo
venezolano, expresados en la elección de la Asamblea Nacional Constituyente.
Asimismo, se consideró que esta elección estuvo fundamentada
en el ordenamiento jurídico venezolano, y en la reafirmación del principio
universal del ejercicio de la soberanía de los pueblos y de conformidad con la
Carta de las Naciones Unidas. Los y las acompañantes fueron testigos de cómo,
cruzando ríos para evitar las trancas o retenes de los violentos, pernoctando
en casas de familiares y amigos, y no obstante las campañas de terror entre la
población: “Los venezolanos y las venezolanas en ejercicio de su derecho a la
participación política, consagrado en el artículo 62 de la Constitución, han
concurrido –de manera cívica y pacífica– a ejercer su derecho al voto, en una elección
libre, universal, directa y secreta (…) El pueblo venezolano se pronunció por
la paz, a pesar de las amenazas y acciones intervencionistas del gobierno de
Estados Unidos de América y sus aliados,” y, añadiría, a pesar de la mega
campaña del necroterrorismo mediático.
Solidaridad-venezuela@lists.mayfirst.org
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