Por Homar Garcés
Vista su tragedia de más de medio siglo, los palestinos
podrían considerarse seres humanos sin dolor de nadie. ¿Por qué no se apoya
decididamente el derecho a la autodeterminación de Palestina y se zanja
definitivamente el conflicto árabe-israelí, creado y fomentado por las
potencias de Occidente? Es dificultoso defender o apoyar la lucha de un pueblo
por aspirar a disfrutar de los mismos derechos que tienen y le han sido
reconocidos a otros pueblos para afianzar su cultura, su soberanía y su
autodeterminación cuando es víctima de prejuicios y de una incesante campaña de
desinformación y de manipulación de la realidad como acontece en diversos
contextos con Palestina.
A tal grado se extiende dicha campaña que muchas personas
terminan por creer, sin discusión alguna, que a los palestinos no les asiste
ningún derecho sobre el territorio que ocupan desde hace siglos; tal como
sucediera con los antepasados de quienes lo propician cuando ellos fueran
víctimas de la oprobiosa política racista del Tercer Reich nazi alemán.
En la actualidad, mediante la búsqueda y ocultamiento de
vestigios arqueológicos, el gobierno de Israel busca reforzar sus argumentos
como legítimo heredero del amplio territorio que supuestamente se le habría
destinado a Abraham y a todos sus descendientes a través del tiempo hasta
nuestros días. Por eso su empeño en negarle algún rasgo de historicidad a los
palestinos (como el reconocimiento de la ciudad de Hebrón por parte de la
UNESCO), de manera que estos carezcan de la identidad y de los argumentos
suficientes para contrarrestar las pretensiones sionistas de desplazarlos por
completo de sus hogares ancestrales.
Adicionalmente, la política expansionista, con asentamientos
ilegales que son condenados recurrentemente por la Organización de las Naciones
Unidas, viola todo derecho humano, sin que exista una mejor disposición de la
comunidad internacional para impedirlo de modo definitivo. Esto último se obvia
en los distintos canales informativos, pasando a ser un elemento accesorio en
medio de la situación explosiva existente en el Oriente Medio donde,
justamente, se ponen en constante tensión los intereses de las potencias
europeas y de Estados Unidos, que -afanados en ejercer un control directo sobre
sus respectivos yacimientos petrolíferos- no han escatimado recursos de toda
clase para ocasionar en dicha región una guerra general, similar o mayor a la
de los Balcanes.
Algo que sabe explotar en su beneficio la clase gobernante
sionista, la cual, por otra parte, no ha dudado en respaldar sin disimulo al
ejército mercenario del Daesh y en vincularse con los regímenes más
reaccionarios de esas latitudes, como Arabia Saudita. No obstante, el pueblo de
Palestina insiste en sobrevivir. A pesar que el régimen sionista ha convertido
el escaso territorio que aún ocupa en la mayor cárcel a cielo abierto existente
en la Tierra y someterse a toda su población, sin importar la edad, a las más
insólitas y crueles prácticas de un terrorismo de Estado.-
mandingarebelde@gmail.com
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