Por Germán Saltrón Negretti
El plan de EE.UU de estimular a los sectores fascistas de la
oposición venezolana, para llevarnos a una guerra civil, como lo hicieron en la
invasión terrorista en Irak, Libia y Siria, continúa en pleno desarrollo. Todos
los días se promueve la guerra sobre la Venezuela Bolivariana (la económica, el
terrorismo y la mediática para incendiar el país) se utiliza al hampa común y
los paracos junto con los partidos políticos de Voluntad Popular y Primero
Justicia para mantener el estado de angustia y
tratar de intimidar a los chavistas para que no salgan a votar en la
elección de los Constituyentistas a la Asamblea Nacional este 30 de Julio. Los presidentes Juan Manuel Santos y Álvaro
Uribe Vélez están unidos en la cruzada antichavista, no es casual que se
preparen unos ejercicios conjuntos con unidades del ejército de los EE.UU y los
militares colombianos este mes de julio a solo 300 kilómetros de nuestras fronteras.
Es necesario solucionar urgentemente el conflicto promovido
por la Fiscal Luisa Ortega Díaz, que impide enjuiciar a todos los terroristas
que asesinan impunemente a nuestro pueblo y evitar que continúen impidiendo el
libre tránsito en algunos municipios y
ciudades del país. Es urgente tener un plan de movilización masiva del
pueblo chavista a las mesas de votaciones para el 30 de Julio, con el apoyo del
Plan Republica y asegurar la seguridad de los votantes. No se debe permitir por
ningún motivo que se produzcan trancas de vías para garantizar el libre
tránsito de todas las personas a los centros electorales en todo el territorio
nacional.
Aseguremos la
asistencia de los testigos y funcionarios electorales en los centros de
votaciones en todo el país y tempranito. Buscar voluntarios que ayuden a los
votantes a localizar su mesa y expliquen el funcionamiento de las máquinas de
votación, para garantizar la rapidez en el proceso. Voluntarios con motos y carros que trasladen a todas las personas con incapacidad motora para votar.
La mayoría queremos la paz y todos saldremos a votar el 30 de Julio y seguir
garantizando la paz y justicia social. Debemos impedir que el fascismo destruya
a Venezuela y EE.UU se apodere de nuestro petróleo. Rectora D’amelio: Impedir
elección de la Constituyente “es una violación del derecho al sufragio y un
delito".
Toda esta gobernabilidad social y de características
revolucionarias, atendiendo a como están las cosas en otros países ganados por
el neoliberalismo, son la razón fundamental del continuo apoyo que el chavismo
de abajo le sigue otorgando a Maduro. El otro elemento que la oposición no ha
podido quebrar es la lealtad de las Fuerzas Armadas, y la conjunción de ambos
bloques solidifican el búnker donde hasta ahora se han estrellado todos los
intentos golpistas. Es importante que quienes gobiernan no pierdan esto de
vista, ya que es precisamente desde los barrios y enclaves militantes del
chavismo que se exige que la actual situación se enfrente con más radicalidad, no
cediendo un ápice a las provocaciones derechistas pero tampoco a los cantos de
sirena social demócratas que apuestan a un chavismo contrario a los que siempre
impulsó su gestor, el Comandante Hugo Chávez.
Tampoco hay que descartar que en algún momento de esta
ofensiva reaccionaria, quienes dirigen el plan operacional contrainsurgente no
se conformen con las algaradas de la violencia fascista y decidan pasar a una
etapa superior, invadiendo el país desde Colombia u otras plataformas
similares. Y que lo hagan, tercerizando la intervención directa, como hizo la
OTAN en Medio Oriente a partir de equipar y llenar de dólares las mochilas de
los terroristas. Para ello, en la versión caribeña de este plan injerencista,
intentarían apelar al concurso de los paramilitares buscando la luz verde del
gobierno de Santos y el Uribismo. Es para esa etapa, que más allá de la
respuesta que le ofrezcan pueblo y ejército chavista, se hará imprescindible la
solidaridad internacionalista en todas sus variantes.
Ante esta posibilidad, quienes se reivindiquen bolivarianos,
chavistas y antiimperialistas en todo el continente deberían estar preparados
para estar a la altura de las circunstancias de lo que Venezuela precise. Sobre
todo, sabiendo lo que ha sido y son a nivel cooperación desinteresada el pueblo
y el gobierno venezolano, partiendo de las veces que la Revolución Bolivariana
ha acudido en apoyo a otros pueblos que sufrían necesidades o eran chantajeados
por no someterse al Imperio.
Es por ello, que analizando autocríticamente lo hecho hasta
el presente, se debe fijar -como ya lo han hecho los Movimientos hacia el ALBA-
la prioridad del accionar en sostener el proceso encabezado por Maduro, a la
vez multiplicar la presencia en las calles cada vez que se convoque a apoyar a
Venezuela y repudiar a los fascistas que la atacan. Es indispensable también
denunciar lo que allí ocurre, desmentir con información veraz lo que los medios
hegemónicos de cada uno de los países se encargan de tergiversar, y por último
estar en permanente alerta para evitar que esa guerra imperialista confunda y
aliene a quienes se dicen de “izquierda" y terminan derrapando por derecha
a la hora de hablar de Venezuela. Nadie, absolutamente nadie que se reclame del
campo popular puede ignorar que si cayera el gobierno chavista la oleada de
terror y revanchismo no solo golpearía al pueblo venezolano sino que se podría
extender a todos los países donde el Imperio tiene discípulos y teje
complicidades con EE.UU.
La suerte de la Patria Grande se juega en esta pulseada
entre quienes apuestan a la defensa de la democracia participativa
revolucionaria y aquellos que mediante el terror tratan de implantar el
fascismo y entregarle el país a las corporaciones trasnacionales.
La izquierda mundial en todos sus matices no le puede fallar
al pueblo bolivariano y a sus ansias de paz.
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