Por Iván Muñoz
Cualquier
análisis sobre Venezuela
omitiendo el interés de Estados Unidos sobre los 300 mil millones de barriles de petróleo, las segundas reservas
mundiales de oro y diamantes o los minerales estratégicos para uso atómico como
plutonio, constituye al menos una
ingenuidad y el poder mediático logra confundir a desprevenidos y a
izquierdistas ocasionales sembrando nubes de controversias inconducentes en que se
obvia el fondo del tema: rol del imperialismo y expresión de la lucha de
clases de hoy.
Las bestiales
manifestaciones de terrorismo fascista, violencia irracional, odio de clase y
racismo, acciones demenciales como piras humanas de jóvenes en medio de
algarabía antichavista, los ataques a centros hospitalarios, a transportes
de alimentos y otras
manifestaciones al estilo de la” noche
de los cristales” en Alemania, perpetrados
por la oposición, el poder mediático lo atribuye desvergonzadamente al
Gobierno del presidente Maduro, a los cuerpos de seguridad o a los
“colectivos”. Cualquier observador que haga un esfuerzo de objetividad y se eleve por sobre la intoxicación
comunicacional, podrá comprobar por sí mismo la realidad bandas paramilitares hermanadas con
el lumpen y delincuencia tarifada,
equipadas con sofisticados equipos de
combate, uso de drones y armas diversas, entremezclados con los decrecientes
participantes de sectores medios operando bajo el sibilino manto de “manifestaciones pacíficas”,
acrecientan el foquismo intentado
producir una insurrección impulsados por el sector fascista de la variopinta
oposición de derecha.
Acusan de represión, de falta de libertades públicas y de
prensa y los dirigentes de la conspiración derechista van y vienen de Washington fotografiándose con Trump,
recibiendo orientaciones del Consejero
de seguridad HR. MacMaster, circulan por Wall Street, y Europa gestionando la
asfixia financiera o trajinando
ultimátum en la OEA. En Caracas
dictan conferencias de prensa
ante un mar de cámaras, manifiestan en las calles día por medio, y chillan que
sufren un régimen dictatorial. ¡Curiosa
dictadura!, Pinochet debe brincar en la tumba por el plagio.
Lo que cursa en Venezuela
es la “guerra no convencional” dirigida desde el Pentágono tras el
PETROLEO, que como ocurrió con
Irak, Libia y acontece en Siria son fuentes del recurso geoestratégico de
dominación, vital para el descomunal
consumo estadounidense que con un 4,37% de la población mundial traga más
petróleo que China, India, Japón, Rusia y Alemania juntos para mantener el descontrolado “american way
of live” y nutrir su gigantesco arsenal de guerra.
Su dependencia energética se acrecienta por la espiral
bélica, nutriéndose con un 40 % de fuentes externas, una del convulsionado Golfo Pérsico, cuyo Estrecho de Ormuz, definido por Nixon como
“la yugular del petróleo” permite la salida de los tanqueros que abastecen a
EE.UU. Japón y Europa. La volatilidad de la zona obliga a costosa protección
naval y aérea navegando 45 días hasta las refinerías de Texas. Venezuela 5 días es un objetivo geoestratégico y presa de su
“guerra no convencional”, desestabilizando, creando el caos para asaltar el invaluable botín y siguiendo la trama en curso muestra:
a) Obama decreta a
Venezuela como: “una amenaza a la
seguridad nacional de EE.UU.”;
b) El documento Operación Venezuela Freedom-2, señala en Fase-2, letra a. “Con los factores de la
MUD hemos venido acordando una agenda
común, que incluye un escenario abrupto que puede combinar acciones callejeras
y el empleo dosificado de la violencia armada bajo un enfoque de cerco y
asfixia”;
b) Departamento Estado le asigna a Luis Almagro que desde su “Ministerio de Colonias” bajo
la figura de la “crisis humanitaria” apliquen la “Carta Democrática” ambientado
la intervención externa con la complicidad de los gobiernos neoliberales
dependientes de Washington;
d) El almirante Kurt W. Tidd, Jefe del Comando Sur en
informe al Comité se Servicios Militares del Senado de EE.UU., señala: “La
creciente crisis humanitaria en Venezuela podría obligar a una respuesta
regional”, alertando además sobre la
influencia rusa, china e iraní en la región, (su patio trasero-) que supone una amenaza para los intereses del
norte;
e) Maniobras militares “Tradewinds 2017” ( Vientos Alisios
2017”),( ¿recuerdan “Operación Unitas
en Chile septiembre de 1973?) , maniobras escudadas en ejercicios de “seguridad y defensa ante posibles
desastres naturales marítimos y terrestres” (sic), concretamente es un camuflaje de prospección
militar proyectado a Venezuela realizado
a 600 km de sus costas coincidentes con
la escalada violenta de la
derecha fascista y que anteceden a la “Operación América Unida”, en que
intervendrán fuerzas militares de EE.UU. Brasil, Colombia, y Perú,- alineados en la agenda de “cerco y asfixia”
diplomática diseñada en la OEA contra Venezuela-, proyectadas para noviembre.
La ofensiva contra Venezuela
se afinca en la restauración conservadora en el continente,
la asunción de Trump cuyo Secretario de Estado, Rex Tillerson, ex gerente
de la Exxon Mobil que
explotaba parte de la Faja Petrolífera
del Orinoco nacionalizada por Chávez
sufrió la mayor derrota legal de su historia al perder demanda por 20
mil millones de dólares contra Venezuela.
La recuperación de la soberanía enfrentando al imperialismo
es tarea ,compleja, titánica, librada con contradicciones, errores,
avances y retrocesos, con manifestaciones oportunistas, de corrupción,
discrepancias sobre el rumbo, etc., pero con
objetivo de liberación plena y el análisis del cuadro requiere severo
rigor crítico, asumido desde posiciones de clase e identificando al enemigo
principal,, sin perder la brújula. La suerte de Venezuela es la suerte de la
liberación latinoamericana, lo menos que podemos hacer es informarnos y
promover la verdad y la solidaridad.
iwlamur@yahoo.com
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