martes, 27 de junio de 2017

El honor vs la codicia

Por Jaled Ali Ayoub Bazzi

El mal, lamentablemente es universal, existente, milenaria y dolorosamente inmortal, habita igualmente como el bien, en los genes de todos los terrícolas racionales y en ocasiones los irracionales. El modus operandi del mal, empieza con las intenciones malignas, por ello siempre se colocan a la delantera, aventajando  a sus semejantes, quienes confían de la buena fe del prójimo. Las inhumanas acciones, se basa en las manipulaciones, cobardías y traiciones, mientras la inmensa mayoría del mal, son simples desechos, en donde su amo, a principio lo codicia, luego lo envicia, después lo utiliza y finalmente lo desecha. Los amos multinacionales de ahora, eran unos insignificantes delincuentes, cansados de confrontarse entre sí.  Se fortalecieron cuando unificaron sus fuerzas e intereses, hacia un solo objetivo. Desfilaron disimuladamente y escurridizamente a través de miles de generaciones, por todo el planeta. En este preciso instante, sus riquezas y esclavos, aumentan al paso de los minutos.


El endeble razonamiento de la inmensa mayoría de los terrícolas racionales,  desconoce y rechaza esta realidad, por el contrario, son fieles y celosos a sus posiciones, encarnadas en simples instrumentos o piezas desechables, con sinfines de categorías y nivel social. Las constantes violaciones a las conciencias, más las continuas manipulaciones a las justicias, los mantienen lejos de la razón. Conducidos encantadamente hacía un abismo desconocido, infectada y viciada por todos los pecados capital, contagiados con  rabias y  euforias,  y cuando finaliza su jornada, llegando al status del abandono, comenzara a ver la vida de diferente perspectiva. Pasarían generaciones para volver a tener otra oportunidad, como la que resiste la revolución bolivariana, tener al enemigo de la eternidad y humanidad de frente y no como de costumbre, en donde cobardemente actúan de espalda, ya que es, su modus operandi. Escudados con sus producciones de la sin fines, de banderas falsas.

El mal, jamás se sofocara, siempre insistirá hasta lograr su objetivo, saquear y esclavizar.   El bien solo tendría dos claras y muy opuestas opciones a escoger. El primero la inmensa mayoría lo abrazan, sean conscientes o inconscientes, de poseer las cuatro características de un EJEMPLAR esclavo, viviendo encantado y disfrutar hasta donde pueda costear. 1) Dependiente, 2) Temeroso, 3) Viciado 4) Obediente.
La segunda opción, muy pocos la toman, resistir al mal conlleva a las constante amenaza o  confrontación de los poderes establecido, odiado o envidiado por la mayoría, catalogado de loco o valerosos, abandonado y repudiado por todo, inclusive amigos y familiares; eso sería la dura sacrificio que conlleva la rutina diaria, de un miembro o dirigente de la resistencia. La vida cotidiana será del pasado, las libertades se limitan, los chantajes llueven y las amenazas de apresarlo es latente. Con tantas presiones, impotencias y cansancio, muchos allí se descarrilan a la otra opción, aislando se dentro de sus propias conciencias, en donde sus corazones y la razón se encuentran intactos, a favor de la resistencia, pero el cuerpo contrariado, es obligado a evolucionar y ser  el nuevo enemigo, de sus ex compañeros del bien.

Finalmente, utilizan el ultimo recurso,  se cierra las salidas a lo que persisten en el sueño de la libertad, la amenaza de asesinato es real y si no cede, la muerte será su destino. En esta precisa circunstancia, se separan los honorables hombres de los simples masculinos, la mayoría no aguantan la presión, se diluyen cuando tendría que escoger  entre sus vidas, en el caso nuestro la república bolivariana, comodidades y bienestares, lo colocan por encima del honor.  Excusándose en contra la ideología, que ellos mismos seguían y fundaron.  La cobardía lo acobija, la codicia lo a ciega, la insignificante vida que salvo momentáneamente, lo atormentara eternamente y en silencio, por la deshonrada posición que tomo. En cambio quienes permanecen resistiendo, serán abandonados y repudiados más que nunca, literalmente se quedan solo, conservando sus libertades, autonomías e independencias. La resistencia en contra el mal, es indefinido e infinito,  tendrían que resistirlo por todas las generaciones, inclusive hasta la eternidad. El mal, jamás, nunca descansara, es insaciable, luciferino e infinito. 

Un ejército de diez mil hombre, supuestamente musulmanes, rodeó en el desierto de Irak, a una caravana compuesto de 72 personas, en su mayoría mujeres y niños inclusive nieto del   Mensajero Muhammad (P). El comandante del ejército  le impuso, al nieto del profeta (P)a Imam Hussein (AS) (El Rey De Los Mártires), aprueba el califato de Yazid, y él, le recompensara con riquezas, castillos y joyas, de lo contrario si lo niega, os matare.  E allí donde el honor confronta la codicia. El imam Hussein (AS) se encontraba con sus hijos, sobrinos todos menores de edad, inclusive un recién nacido, hermano y amigos del profeta, todos fueron martirizados por este ejército supuestamente musulmán, comandado por la oligarquía de entonces.  Quedándose  último de pie, antes de martirizarse, El Imam Hussein, (AS) le respondió al cobarde comandante.
Cito:
Usted me viene a amenazar de muerte, acaso no sabes que la muerte para nosotros es cotidiana y el martirio es nuestro honor.
Quién conserva el honor, por encima de su vida, comodidad y bienestar, seria colega de honorables hombres como, el Negro Primero, Bolívar, Sucre, Chávez, el Che, Gaitán, Allende y otros. 

jaledaliayoub@hotmail.com 

0 comentarios:

Publicar un comentario