Por Leandro Albani
Rodeado de un halo de misterio y secretismo, dado por muerto
en varias ocasiones, pero sabiendo que la organización que comanda se encuentra
en las postrimerías de su derrota militar en Siria e Irak, Abu Bakr Al Baghdadi
-el hombre que desde 2014 conmociona al mundo cuando hizo su aparición pública
en la gran mezquita de Mosul, hace meses ordenó la retirada de los milicianos
del Estado Islámico (ISIS o Daesh). Sin un norte preciso, los seguidores del
autodenominado Califa Ibrahim caen en combates cada vez más cruentos, apelan a
los civiles como escudos humanos, riegan de minas las pequeñas zonas que
todavía controlan y redoblan los atentados, modalidad que ISIS mantendrá
cuando, seguramente este año, caiga derrotado en Siria e Irak.
El 13 de mayo pasado se conocieron las declaraciones del
general Maan Al Saadi, de las Fuerzas Especiales antiterroristas de Irak, quien
afirmó que Al Baghadadi huyó a un lugar desconocido, “dejando morir” a sus
fuerzas en Mosul, ciudad del norte de Irak en la cual ISIS mantiene uno de sus
principales bastiones.
“Daesh ha sido derrotado en gran parte de Irak y están en
vías de recuperar la que Daesh proclamara su capital, es decir, Mosul.
Actualmente sólo restan algunos reductos y distritos por liberar”, señaló el
general, según la cadena de televisión Al Arabiya. “Los terroristas ya no
piensan que Mosul sea un refugio”, aseveró Al Saadi.
En Mosul, donde los combates se recrudecieron desde finales
de 2016, luchan las Fuerzas Armadas iraquíes junto a las tropas conocidas como
Al Hashad Al Shab (Movilización Popular). Según el gobierno de Bagdad, Daesh sólo
controla un dos por ciento de Mosul, segunda ciudad en importancia en Irak y su
capital petrolera.
En apenas 12 kilómetros cuadrados, los seguidores de Al
Baghdadi se encuentran acorralados y en la desesperación por sobrevivir
recurren a lo que tienen a su alcance. Y las armas químicas son uno de los
fuertes de ISIS a la hora de golpear. El 18 de mayo, el diario The National, de
Emiratos Árabes, informó que Daesh nuevamente utilizó sustancias tóxicas, que
podría ser gas cloro o gas mostaza, contra las tropas iraquíes. Según
testimonios de autoridades y soldados en Mosul, los terroristas lanzan los
ataques sobre zonas densamente pobladas de Mosul.
El último gran revés para el Estado Islámico en Irak se
produjo a mediados de mayo, cuando se confirmó la muerte del “emir” de Al Qaeda
en la ciudad de Al Jales, señalado como “mano derecha” del Califa Ibrahim,
según anunció Udai Al Khadran, alcalde de la localidad.
La avalancha de derrotas de Daesh también se trasladó a
Siria. En el norte del país, las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS,
conformadas por milicias kurdas, árabes y de otras nacionalidades), despejaron
casi toda la región de la presencia del grupo terroristas. En los últimos días,
las FDS tomaron el control de la ciudad de Taqba, a solo cincuenta kilómetros
de Al Raqqa, la tercera localidad en importancia en Siria y que ISIS controla
desde 2014. Las FDS, respaldadas por la Coalición Internacional, no sólo
derrotan al Estado Islámico en el plano militar, sino que dan duros golpes a la
moral de los terroristas y, a su vez, asisten a los cientos de desplazados por
los combates, trasladándolos a zonas seguras.
Al mismo tiempo, con la consolidación de la Federación del
Norte de Siria (FNS), encabezada por los pueblos kurdo y árabe, el ISIS queda
sin una de sus armas ideológicas: el llamado a conformar un Estado regido por
el wahabismo, la versión más conservadora del Islam, discurso que en un
principio le sirvió para aglutinar a clanes y tribus sunitas desencantadas con
el gobierno de Al Assad. La igualdad de derechos, étnicos y religiosos que se
respeta en la FNS, además de la inclusión, la democracia, el destacado rol de
las mujeres y la participación popular como ejes de la construcción de una
nueva sociedad, dejan al Estado Islámico casi sin sustento, sobre todo luego de
que las poblaciones que estuvieron bajo su control vivieron en carne propia un
sistema represivo y excluyente que negaba la propia vida.
En el resto de Siria, la férrea alianza entre Damasco,
Moscú, Teherán y el Hezbolá libanés tampoco dan tregua a ISIS y a otros grupos
terroristas. Después de la liberación de Alepo, capital financiera del país,
las derrotas de los terroristas se acumulan, mientras en el plano diplomático
se disputa el control del futuro sirio.
A mediados de mayo, las Fuerzas Tigre, unidad del Ejército
sirio, asaltaron varios pueblos en la llanura estratégica de Maskana, en la
parte oriental de Alepo y que conecta con Al Raqqa, para seguir limpiando la
zona de terroristas.
Por estos días se conoció que los últimos contingentes
“rebeldes” fueron evacuados de la ciudad de Homs, según lo anunció el
gobernador de esa provincia, Talal Barazi. Por primera vez desde 2011, ahora la
localidad se encuentra bajo el control de las fuerzas gubernamentales. Por otra
parte, el Ejército sirio reforzó su presencia en la provincia de Deir Ezzor,
una de las zonas donde ISIS replegó a sus combatientes.
En las últimas semanas, la frontera entre Siria y Jordania,
en el sur del país, se convirtió en una zona caliente, debido a los bombardeos
estadounidenses. A principios de este mes, la monarquía Hachemita rechazó el
acuerdo firmado en Astana, Kazajistan, en el cual se establecieron cuatro
“zonas de distención” dentro de Siria, con el objetivo de atacar con más dureza
a los grupos terroristas y contener las incursiones áreas estadounidenses.
Las provincias sirias de Daraa y Al Sweida ahora son el
campo de disputas militares. Durante mayo, en territorio jordano se realizó el
ejercicio militar anual “Eager Lion”, bajo la supervisión de Estados Unidos, situación
que puso en alerta a Damasco y a sus aliados. En las operaciones, que duraron
diez días, participaron unos 7.400 soldados de 20 países del mundo.
Aunque Jordania se posiciona como un país “neutral” ante el
conflicto sirio, la monarquía es acusada de entregar ayuda financiera,
logística y militar a los grupos terroristas. Ante esta situación, el Ejército
sirio envió tropas a la frontera entre ambos países. En los últimos días, el
gobierno sirio denunció que soldados occidentales habían ingresado al sur del
país por la frontera jordana con el objetivo de respaldar al Ejército Libre
Sirio (ELS), otra de las organizaciones terroristas que operan dentro del país.
El jueves pasado, Estados Unidos bombardeó a las tropas sirias apostadas en la
zona fronteriza, hecho que fue calificado como “terrorismo de Estado” por
Bashar Al Yafari, embajador de Siria ante Naciones Unidas (ONU).
Por último, la agencia Al Manar informó el fin de semana que
el Ejército sirio, junto con Hezbolá y las Fuerzas de Defensa Nacional,
avanzaron sobre zonas controladas por el ELS en el este de Damasco, en las
fronteras de las provincias de Raqqa y Alepo.
¿Qué busca Estados Unidos con el Estado Islámico? El anuncio
del jefe del Departamento de Defensa, James Mattis, realizado este fin de
semana muestra la nueva variante. “Donald Trump ordenó cambiar la táctica
basada en obligar a Daesh a huir de los lugares seguros por otra consistente en
cercar al enemigo en sus bastiones para aniquilarlo in situ”. Mattis, mejor
conocido por su apodo “Perro Loco”, agregó que “ya no vamos a aplazar la toma
de decisiones porque Washington tiene que autorizar los movimientos tácticos
sobre el terreno”. O en otras palabras: la Casa Blanca autorizó al Pentágono a
atacar Siria e Irak sin depender de órdenes superiores. Si la aviación
estadounidense realmente tendría como objetivo principal derrotar al Daesh,
este anuncio presagiaría una “campaña acelerada” contra los terroristas, como
lo afirmó el propio Mattis.
Aunque Estados Unidos sostiene una alianza con los kurdos de
Siria en la lucha contra el ISIS, que se basa en el equipamiento de las
Unidades de Protección del Pueblo (YPG/YPJ) y la coordinación de los bombardeos
de la Coalición Internacional en el norte del país, también es verdad que la
aviación estadounidense lanza sus ataques en otra zonas de Siria y el anuncio
del Pentágono podría desencadenar un profundización de ataques. Aunque Trump
ordenó el envío de armas a los kurdos, también debe rendir cuentas a Turquía y
Arabia Saudí, sus principales socios –junto a Israel- en Medio Oriente. Ankara,
Riad y Tel Aviv no han modificado demasiado su postura sobre la necesidad
urgente de derrocar al presidente Al Assad, destruir al Estado sirio tal cual
se lo conoce e implantar una administración afín o, también, desmembrar al país
para ejercer el control en una región rica en agua dulce, hidrocarburos y
tierra fértil.
El gobierno de Damasco denunció en varias ocasiones que los
ataques de la Coalición Internacional tienen como objetivo al Ejército sirio
–hecho que se comprobó en reiteradas oportunidades-, al mismo tiempo que
permite el reagrupamiento de los grupos terroristas para que avancen sobre
pueblos y ciudades. Pese a que Washington diariamente fustiga contra el Daesh,
es bueno recordar que a varias organizaciones irregulares armadas la califica
como parte de la “oposición moderada”, con la cual tiene relaciones
diplomáticas y económicas fluidas.
Cuando hace tres días Trump
visitó Arabia Saudí dejó en claro que la alianza entre Washington y Riad
debe ser revitalizada. Por eso, firmó un acuerdo con el rey Salman bin
Abdulaziz por 350 mil millones de dólares para que, en diez años, Estados
Unidos le entregue armamento a la monarquía saudí. El 20 de mayo, la agencia de
noticias Al Masdar informó que las fuerzas iraquíes “incautaron una gran
cantidad de armas de un depósito del grupo terrorista Estado Islámico en el
oeste de Mosul”, donde “varias cajas de armas de Arabia Saudí fueron
descubiertas”. Aunque Trump y el rey Salman también acordaron coordinar una lucha
descarnada contra el terrorismo, parece que ese discurso sólo quedará en las
páginas de los diarios.
A principios de marzo, en una entrevista con Fox News el ex
presidente de Afganistán, Hamid Karzai, aseveró que “el Estado Islámico es un
producto de Estados Unidos”. El ex mandatario, que llegó al Ejecutivo afgano
caminando en una alfombra roja desplegada por Washington, agregó que el Estado
Islámico es una “herramienta” de la Casa Blanca.
El 1 de marzo pasado, los grandes medios de comunicación
divulgaron que Al Baghdadi había reconocido la derrota de ISIS y se despidió de
sus seguidores. La veracidad de la noticia genera dudas, pero lo real es que el
Daesh camina por una pendiente que lo lleva a su desaparición. Aunque derrotado
militarmente, el grupo terrorista comandado por el silencioso y oscuro Al
Baghdadi seguirá operando en otros puntos de Asia, África y Europa. Los
atentados, al mejor estilo Al Qaeda, son ahora el arma más eficaz de ISIS. Y,
por supuesto, sus grandes cuentas bancarias -infladas por el dinero de Arabia
Saudí, Turquía y el robo sistemático del petróleo en Irak y Siria- que son
invertidas, sobre todo, en la propagación del wahabismo, ideología oficial de
la monarquía saudí que Riad exporta sistemáticamente desde la década de 1970
con el objetivo de oscurecer al mundo.
leandroalbani@gmail.com
Muy bueno este trabajo de un autor brillante. Todo lo que escribe tiene lógica y está muy bien argumentado ¡felicidades!.
ResponderEliminarTodavía no hemos leído ningún artículo de mala calidad de esta persona, todos sus trabajos nos interesan.
saludos
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iv..
Hasta cuando el mundo seguirá indiferente a la agresión terrorista de EE.UU hacia los Pueblos Árabes ... Donde esta la humanidad ..???
ResponderEliminary Libia????
ResponderEliminarLa verdad es que todo este menjunje es todo un misterio, parecido al misterio de la vida.
ResponderEliminarLos imperios Sionistas anglosajones son los más criminales del Mundo y tendrán que entregar cuentas ante la Justicia de Dios Padre Jehová, que no les dará tregua por sus atrocidades y grandes males a pueblos enteros en varios continentes. Dios padre no les perdones ni Israel ni EEUU, a la hora estar frente Osiris.
ResponderEliminarY ese presunto dios ... sera de derechas o de izquierdas
EliminarJosé, deja a los dioses en paz; ninguno, si es que lo hay, hará nada. El sionismo terrorista, de aquí y de allá, sabe muy bien que los dioses no hacen nada; como yo, o mejor que yo, saben que no hay tales dioses. Todos son inventados para usarlos de escudo de las propias maldades.
EliminarPARA DERROTAR EL MUNDO TERRORISTA DEL SIONISMO ANGLOSAJÓN Y OTAN; HAY ESTAR UNIDOS TODOS LOS AGREDIDOS POR ESTOS VASALLOS DE LA HUMANIDAD.-
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xu ..