Por Antonio Guillermo García Danglades
En su vuelo de regreso al Vaticano, luego de viajar a
Egipto, el papa Francisco mostró su preocupación por la situación en Venezuela,
dejando entrever la responsabilidad de la oposición en la ausencia de diálogo y
la irrupción de la violencia.
“[El dialogo] No resultó porque las propuestas no eran
aceptadas, o se diluían, era un sí-sí, pero no-no. Todos conocemos la difícil
situación de Venezuela, que es un país al que yo quiero mucho. Y sé que ahora
están insistiendo, no sé bien de dónde, creo que de los cuatro presidentes,
para relanzar esta facilitación y están buscando el lugar. Yo creo que tiene
que ser con condiciones ya, condiciones muy claras. Parte de la oposición no
quiere esto. Es curioso, la misma oposición está dividida, y por otro lado
parece que lo conflictos se agudizan cada vez más. (…)”
Inmediatamente, la rancia derecha venezolana entró en cólera
y reaccionó de manera iracunda contra el Papa. Sus declaraciones habían
penetrado el cerco mediático internacional contra el gobierno venezolano y
ocasionado un profundo agujero en los planes golpistas de la oposición que, al
menos en los medios transnacionales, quedaba en evidencia. La batería de
ataques contra Su Santidad fue tan intensa que la propia jerarquía eclesiástica
venezolana, aliada incondicional de la derecha y uno de los principales
promotores del “cambio de régimen”, debió acudir en defensa del Santo Padre y
lamentar la “reacción injusta y desconsiderada” de "algunas
personas". Sin embargo, los obispos tuvieron la osadía de restarle
credibilidad a las palabras del Papa. Argumentaron que habían sido
“declaraciones espontáneas, luego de un viaje agotador emitidas en un ambiente
informal”, al tiempo que comentaban abiertamente que el Papa no estaba bien
informado. Tamaña desconsideración a la más alta figura de la Iglesia Católica
debió haber enfurecido al Papa, quien inmediatamente dirigió una reprimenda al
arzobispado venezolano, mediante una carta pública donde deja claro, en primer
lugar, lo bien informado que está sobre la situación del país, y más importante
aún, exige trabajar a favor del diálogo entre gobierno y oposición.
“Les aseguro que estoy siguiendo con gran preocupación la situación
del querido pueblo venezolano ante los graves problemas que le aquejan, y que
siento un profundo dolor por los enfrentamientos y la violencia de estos días,
que han causado numerosos muertos y heridos, y que no ayudan a solucionar los
problemas, sino que únicamente provocan más sufrimiento y dolor. (…) Estoy
persuadido de que los graves problemas de Venezuela se pueden solucionar si hay
voluntad de establecer puentes, de dialogar seriamente y de cumplir con los
acuerdos alcanzados. Les exhorto a seguir haciendo todo lo necesario para que
este difícil camino sea posible (…)”
Algo más debió haber instruido internamente el Papa
Francisco para que la oposición se pronunciara nuevamente en su contra, justo
cuando la violencia de los terroristas opositores parece dar señales de
retroceso. La esposa de Leopoldo López, condenado a prisión por dirigir los
ataques terroristas contra la Fiscalía General de la República en febrero de
2014, acaba de calificar como “inaceptable” los llamados al diálogo y la paz hechos
por el Papa.
En declaraciones a la agencia internacional de noticias EFE,
la señora Liliana Tintori señaló que la "insistencia del Papa
Francisco" en "un diálogo" con el gobierno de Nicolás Maduro es
"inaceptable" y, por si fuera poco, ha llegado a sugerir que el Santo
Padre no velaba por los derechos humanos: “Quisiera ver al Vaticano defendiendo
los derechos humanos”, le dijo a EFE, seguramente con total desparpajo.
No deja de llamar la atención que Tintori haya dado estas
declaraciones desde Brasil, a donde viajó para reunirse con el presidente de
facto, Michel Temer, a fin de promover “elecciones inmediatas” como la “única
solución a la situación venezolana”, precisamente cuando el propio Temer ha
propuesto posponer las elecciones en su país para evitar la victoria de la
izquierda de la mano de Lula da Silva y así consolidar su dictadura después del
golpe a la presidenta democráticamente electa Dilma Rousseff.
Las declaraciones de Tintori además no son espontaneas. La
señora de López no mueve un dedo sin que su esposo lo apruebe. Y ante la
posible discusión interna que tiene la dividida oposición sobre los próximos
pasos a seguir, el partido Voluntad Popular que dirige López y que junto a
Primero Justicia es el que más promueve el uso de la violencia, ha querido sentar
una posición firme frente a los débiles partidos opositores moderados sin
desgastar a sus dirigentes frente a la opinión pública. Para arremeter contra
una figura tan respetada, dentro y fuera de Venezuela, es preferible utilizar a
la “sufrida víctima del régimen”.
Los ataques desenfrenados de la rancia derecha venezolana
contra el Papa Francisco no sorprende a quienes conocen el pobre desempeño
democrático exhibido por la oposición durante años y el carácter fascista de
quienes ahora la dirigen, pero sí deben servir para llamar la atención sobre
hasta dónde ésta es capaz de llegar para derrocar al gobierno del presidente
Maduro, aun a costa de la vida y sufrimiento de la familia venezolana.
agd1967@gmail.com
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