viernes, 2 de abril de 2021

La inmoralidad y el terrorismo de EEUU

 Por Diego Olivera Evia :

La pandemia de la muerte azota al planeta

El nuevo coronavirus ya alcanzó el estatus de pandemia, según consideró este miércoles la Organización Mundial de la Salud (OMS). Una realidad de una crisis sin control en el planeta, los países europeos y EEUU, hicieron caso omiso al ataque de la pandemia en China, pero en esas condiciones se creó un ataque a España, Italia, Alemania, Inglaterra y EEUU mostraron un desprecio de los efectos de esta mortandad, la actitud de no cubrirse contra el covid-19, demostró que los países desarrollados, mostraron un decidía en la Salud de sus ciudadanos, muchos como el terrorista Trump, no creo condiciones para los afectados por el Covid-19,  sin hospitales públicos y los privados cobran carísimo, y de la misma manera en la calles de Nueva York , muerte los latinos y los afro descendientes, mostrando una realidad inmoralidad.

Después de que el número de casos fuera de China, donde se originó, se multiplicara por 13 en dos semanas y en ese periodo los países afectados se triplicaran, la OMS elevó las alarmas.

"Podemos esperar que el número de casos, de fallecimientos y de países afectados aumente" en los próximos días y semanas, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien reconoció estar muy preocupado ante los "alarmantes niveles de inacción". 

La declaración es un mensaje de alerta para gobiernos de todo el mundo, un intento de presionar para que se incrementen las medidas de contención del virus, denominado oficialmente SARS-CoV-2. 

La pandemia de la muerte azota al planeta  

  • Coronavirus: la OMS declara pandemia al covid-19

Se trata de la primera vez que una epidemia causada por un coronavirus es considerada como pandemia, que según la OMS se define como "la propagación mundial de una nueva enfermedad".

La propagación del coronavirus en más de cien países ahora califica como una pandemia global, dieron a conocer funcionarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) este miércoles y confirmaron así lo que muchos epidemiólogos han estado diciendo durante semanas.

Hasta ahora, la OMS había evitado utilizar el término para describir la epidemia que avanzaba de país en país por temor a dar la impresión de que era imparable y que las naciones se dieran por vencidas en los esfuerzos por detenerla. La organización informó con anterioridad que ya no declaraba oficialmente cuando una epidemia alcanzaba proporciones de pandemia y que más bien prefería declarar emergencias globales de salud pública.

“Pandemia no es una palabra que se use a la ligera o de manera descuidada”, dijo en una conferencia de prensa en Ginebra el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS. “Todos los países pueden aún cambiar el curso de esta pandemia”, agregó.

Sin embargo, ahora hay evidencia en seis continentes de transmisión sostenida del virus, que ha infectado a más de 120.000 personas y matado a más de 4300 y que para la gran mayoría de criterios médicos constituye una pandemia. La designación en sí misma es principalmente simbólica, pero los funcionarios de salud pública saben que junto con la palabra el público escuchará elementos de peligro y riesgo.

Desde que apareció en Wuhan, China a finales de 2019, los ojos del mundo han estado puestos sobre el coronavirus. Desde entonces, el virus ha enfermado a decenas de miles de personas en decenas de países y su rápido avance a través de Asia, el Medio Oriente y Europa ha aumentado los temores de que haya una pandemia en el horizonte.

La Organización Mundial de la Salud se había referido al brote como una “epidemia” y no como una “pandemia”. Pero a finales del mes pasado, aumentó su evaluación del riesgo global de propagación y el riesgo de impacto del brote de coronavirus de “alto” a “muy alto”.

La inmoralidad y el terrorismo de EEUU 

Ya el año 2016, previo a las elecciones que finalmente llevaron a Trump a ocupar la Casa Blanca, el ex presidente estadounidense y antecesor de Trump, el demócrata Barack Obama sostuvo, que los líderes mundiales (agrupados en el G7) estaban intranquilos, por la posibilidad que el magnate inmobiliario llegará a ocupar la testera del país más poderoso del planeta “No saben con qué nivel de seriedad deben tomarse algunos de sus comentarios. Están inquietos con él y por una buena razón, ya que muchas de las propuestas que ha hecho, desvelan o bien ignorancia en cuanto a asuntos mundiales o bien una actitud arrogante".

Absolutamente complementaria con ese obscurantismo supino del mandatario estadounidense, se presenta su inmoralidad en el manejo de las relaciones internacionales. Marco en el cual no duda con expresar opiniones y toma de decisiones, que son abiertamente canallescas. Ha sido así con relación a Palestina y el apoyo incondicional que le ha dado a la entidad sionista contra el pueblo palestino, en materias militares, económicas, concretando aquello que sus antecesores se cuidaron de no hacer: reconocer a al Quds (Jerusalén) como capital del régimen ocupante israelí en Palestina y trasladar su embajada de la ciudad de Tel Aviv a la ciudad santa.

Sume a ello el sostén político en todas las instancias internacionales y la venta multimillonaria de armas a otro de los regímenes acusado de delitos contra la humanidad: la Casa al Saudí, enfrascada en una guerra de agresión contra Yemen. Una campaña que ha dejado ya más de 91.000 muertos A las víctimas de los combates, hay que añadir el enorme costo que ha traído a esta población de 27 millones de habitantes, el hambre y las enfermedades, entre ellas el cólera, en un país donde, según señaló en un informe del año 2019, la organización Save the Children, han muerto 84.701 niños por inanición y 3.000 ante el brote de cólera.

En el caso de la ONU, ésta no sólo ha condenado a Estados, Francia y Gran Bretaña por la venta de armas a la monarquía wahabita, sino que ha sacado resoluciones (posteriormente retiradas por la presión económica de Riad) donde se condena los crímenes de niños yemeníes por los bombardeos de Riad y sus socios. Estos países occidentales son copartícipes y, por ende, responsables de la guerra de cinco años de Arabia Saudí contra Yemen. Estas tres potencias, que han respaldado a Arabia Saudí en este lustro tratan que la agresión se olvide, no haya visibilidad de lo que ahí acontece.

Ya la Organización de Naciones Unidas (ONU) en septiembre del 2019 catalogó a Estados Unidos, el Reino Unido y Francia como cómplices de los crímenes de guerra en Yemen por el respaldo dado a la coalición liderada por Arabia Saudí en los bombardeos contra el pueblo yemení. La misma entidad internacional señala, que el 80 por ciento de la población depende de la ayuda internacional para sobrevivir, ello implica que 22 millones de personas no tienen los elementos mínimos para sobrevivir, en un contexto internacional donde la pandemia del Covid-19 puede generar aún mayores estragos y donde las amenazas del uso de este virus, por parte de Arabia saudí, han sido denunciadas por los líderes de la resistencia yemení.

Tal acusación tiene su lógica en la historia de estrategias diseñadas y llevadas a cabo por Arabia Saudí y Estados Unidos, contra aquellos a quienes agrede: uso de armas biológicas, químicas o cualquier forma destinada a derrotar a quienes resisten sus ataques. El ministro yemení de Información, Daifulá al - Shami alerta sobre el complot de EE. UU. y Arabia Saudí, incluyendo en las últimas horas a los Emiratos Árabes Unidos, para propagar el nuevo coronavirus, denominado el COVID-19, en Yemen y Siria. “Estados Unidos se esfuerza por propagar el coronavirus en los países que son su enemigo y no ha podido subyugarlo con la fuerza de las armas, como Yemen y Siria”, denunció vía Twitter el mencionado funcionario yemení.

Resulta una inmoralidad el actuar de Estados Unidos en Asia Occidental, donde buscan su dominio y prueba de ello es la política de presiones contra Irán. En plena pandemia, con la República islámica de Irán, entre los primeros cinco primeros países, por número de contagiados y muertos, se le niegue por decisión de Washington o las presiones efectuadas a organismo internacionales, el acceso a medicamentos, insumos y apoyo internacional, en base al bloqueo y embargo al que somete a la nación persa y que además presione al Fondo Monetario Internacional, para no otorgar ayuda financiera. Esto es una política criminal chantajista, inmoral que debe ser condenada. Son claramente crímenes de guerra.

(*) Periodista, Historiador y Analista Internacional

diegojolivera@gmail.com

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