Por Jorge Aniceto Molinari:
(Abordando eso gris,
que parece la teoría).
Ni siquiera quise titular la columna un tiempo complicado.
Estoy más cerca de los 82 años de edad, que ya del pasaje de los 81, aguardando
la vacuna contra la corona virus, y con muchísimas más preguntas que
respuestas. Preguntas, sobre todo, la vida, la política, la poesía, la familia,
el destino de cada quién, etc.etc.
Nunca antes presentí como en este momento, la necesidad imprescindible de un cambio gigantesco en toda la humanidad, la predominancia del modo de producción capitalista que en forma inexorable llega a su fin, si aún no se ha producido ese fin, es por el atraso ideológico que hoy existe, luego de la enorme intensidad de obras que se escribieron en tiempos de Marx, Engels y luego de Lenin, y el enorme retroceso que significó la derrota de la dirección de la revolución bolchevique luego de la muerte de Lenin. Batlle y Ordoñez lo vio con una claridad que no fue igual en el resto del mundo, al menos que yo conozca y en particular porque el daba una idea de la contradicción en los derechos adquiridos por las masas en la revolución y por otro la debilidad burocrática de la dirección a la muerte de Lenin para poder desarrollarlos, el capitalismo de Estado fue su opción, resistido por el capitalismo en general, pero asumido como una necesidad para poner freno a las ideas revolucionarias y poder deformarlas.
Todos los análisis que hoy se hacen parten de los Estados
existentes y sus fuerzas relativas, cuando el mundo si bien la referencia
política sigue en los Estados, el gobierno de la economía y por lo tanto del
capitalismo ha pasado a los complejos empresariales multinacionales que en
pugna transitan por una tasa general de ganancia cada vez más esquiva para su
búsqueda de la rentabilidad, donde claramente la tecnología hace de la
eficiencia un factor determinante en ese mundo de la economía. -
De un hecho real se sacan conclusiones equivocadas, cada vez
más la riqueza y las propiedades del mundo se concentran en menos manos y la
pobreza, la fragmentación social, la fractura de la sociedad se ahonda.
Se nos insinúa de mil maneras que el mundo está en manos de
un súper poder que lo domina todo, y todo parecería que fuera así.
Con lo que describíamos antes se está produciendo un
fenómeno que desde nuestro punto de vista es particularmente el que necesita
hoy orientación ideológica inmediata, es el de cientos, miles y miles de
accesores que son los que realmente manejan el aparato productivo de la
humanidad y cuya meta ya no puede ser el de meros propietarios cuando tienen en
sus manos un formidable aparato productivo que se ve trabado y amenaza con
extender los conflictos de guerra que cuestionan la existencia de la humanidad
toda.
En tanto la guerra y
la industria que la alimentan son hoy importantes válvulas de escape para los
desequilibrios constantes del sistema.
La teoría económica que hoy predomina para explicar estos
fenómenos parte del desconocimiento de que la predominancia del capitalismo
como tal, ya comienza a ser inviable, y que ello no supone el fin del
capitalismo como sistema sino el nacimiento de una nueva predominancia que
defendiendo la eficiencia busque la eliminación de la rentabilidad dentro de
los objetivos de la sociedad humana, le dé forma a lo que Keynes llamaba “la
eutanasia del rentista”.
Todavía no cabe en la cabeza de los cientistas económicos
que con el manejo de dos herramientas que han hecho la esclavitud de la
humanidad todos estos años, es posible una transformación gigantesca e
inmediata, cesar esa esclavitud, abriendo un desarrollo del aparato productivo
como nunca antes y para el cual están abiertas gigantescas posibilidades. Como
terminar con el calentamiento global, los desiertos, la falta de agua potable,
de alimentos suficientes, etc. etc.
Hoy los discursos presidenciales en los distintos países
tienen como objetivo el restablecimiento de la predominancia del funcionamiento
capitalista, y para ello se recurre a instrumentos que más temprano que tarde
acentuarán la crisis como por ejemplo las emisiones monetarias de dólares, euros
y libras que cargan en los hombros del resto de la humanidad, pero además para
el restablecimiento económico que choca con lo que es hoy la zona de libre
comercio más grande de la historia y que tiene su centro en China y su entorno
así como el del propio funcionamiento del capitalismo. Y en las otras zonas del
planeta recurriendo al cada vez más irreversible endeudamiento que también pone
en jaque al sistema todo.
No hay una explicación de porque los gobiernos, los
partidos, los sindicatos, la izquierda, no cuestiona el uso de estas dos
herramientas en la explotación y la miseria de la gente.
Intercambio con muchos compañeros, con alguno lo he hecho desde estas mismas columnas, sin embargo, lo más común es encontrar los que estando de acuerdo en general señalan que son ideas que no tienen acompañamiento, como si la economía siendo una ciencia no exigiera rigurosidad en sus conclusiones y si de los acuerdos para llevarlas a la práctica.
En lo que tiene que ver con las dos herramientas que
considero fundamentales: la moneda y los impuestos aún estoy esperando que
alguien refute con argumentos.
Sí, hay economistas que no comparten la tesis de Marx, sobre
el agostamiento permanente de la tasa general de ganancia, luego de una etapa
de expansión, -acumulación primitiva mediante -, que parece estar llegando a su
fin para la mayor parte de la economía del mundo; han prometido demostrar que
esto no es así. Para nosotros la obra de los maestros – Marx -, no es un credo,
sino una guía para la acción.
Marx advertía que el capitalismo provocaba a través de su
desarrollo la muerte de las pequeñas y medianas empresas, y ya en nuestro
tiempo los monstruos multinacionales que se devoran todo lo que tienen a su
alrededor, hoy hay cadenas productivas de todo y los aparatos burocráticos de
los Estados hacen fervientes equilibrios entre la clientela de sus adherentes
con pequeñas y medias empresas y la necesidad de impuestos para darle recursos.
Aquellas son rentables, estas necesitan de un respirador
social. Cuando estaba el Frente Amplio de Uruguay en el gobierno y no tenía
idea de cómo hacer, un senador de la oposición, del Partido Nacional, Dr.
Larrañaga anotaba los pequeños tambos que cerraban en desmedro de la gran
producción lechera que continuaba su desarrollo en el país.
Ahora la situación se dio vuelta en quién gobierna, pero los
cierres continúan, y es el senador Manini, político contradictorio por su
defensa de los violadores de los derechos humanos que asume para su rol la
defensa de esas medianas y pequeñas empresas en general, pero cuidando de no
hablar de impuestos, pues todos sabemos que los mismos van a los hombros del
consumo, los salarios y las pensiones, aumentando la presión social, pero que
la idea insume recursos del presupuesto general de la Nación.
Lo vemos para Uruguay, pero pasa de una u otra manera en
gran parte del mundo, incluidos los países desarrollados, pasa con las
nacionalidades. El capitalismo no tiene solución para ello.
¿Y entonces qué hacer? Algo se puede cargando al colectivo y
al endeudamiento, como sucede con la crisis de la seguridad social.
Lo que eluden lamentablemente todos, y digo todos:
Larrañaga, Manini, Frente Amplio, es de donde deben provenir los recursos
genuinos para cambiar esta situación, para planificar un desarrollo del aparato
productivo al cual puedan integrarse las pequeñas y medianas empresas sin ser
una carga para el conjunto de la sociedad.
Entonces lo del principio hay que ir a un sistema impositivo
general sobre la circulación del dinero partiendo de una medida de moneda única
y universal, haciendo ilegal toda transacción que no esté registrada donde la
sociedad democráticamente lo determine, dando muerte a los paraísos fiscales y
al lavado de dinero.
Hasta ahora se elude este debate, y cuando alguien como el
entonces presidente José Mujica lo hace en la ONU (setiembre 2013), lo rodea un
manto de silencio que el propio Mujica no ha buscado quebrar.
Como antes una sola chispa puede encender toda la pradera,
basta que un pequeño diga: “el Rey está desnudo” para que caiga la pesada carga
que soporta la sociedad toda, al estar trabado el desarrollo del conocimiento
científico de la economía. la@adinet.com.uy
sipagola@adinet.com.uy
Se de su enorme sentido de justicia que usted carga mil veces demostrado en sus escritos Don Jorge.
ResponderEliminarPero no es menos cierto que cuando el imperio inglés ya en la época de Jose Batlle y Ordóñez empezó a mostrar fisuras, muchos se le unieron como se le están uniendo hoy de manera descarada con un silencio cómplice propio de los cobardes y traicioneros a las elites del norte
Ya Cuba con su inmensa y prolongada lucha a través de su valiente dirigencia nos habla con su serena y firme voz: "Que el que no cambia todo no cambia nada"