jueves, 4 de febrero de 2021

Colombia. La farsa del gobierno de Duque contra Cuba. (3ra parte)

 Por Tony López R.

Daré a conocer cada una de las grandes falsedades publicadas en Semana, cuya complicidad y con muy poca profesionalidad periodística se ha convertido en vocero de las mentiras del   gobierno de Donald Trump e Iván Duque. Una política mediática, justificando y apoyando acciones hostiles contra Cuba, Venezuela, Nicaragua, Rusia, China e Irán, países a los cuales la administración Trump los declaró enemigos por su carácter socialistas y prometió eliminarlos del hemisferio occidental.

Siguiendo esa política el gobierno de Iván Duque, apoyado y dirigido por su mentor Álvaro Uribe Vélez, presidente del partido Centro Democrático, y continuando con la vieja práctica de calumniar a la Revolución Cubana, la revista Semana del pasado 16 de enero,  bajo el título  de portada “Cuba: Dosier Secreto, da a conocer un supuesto “informe reservado” conteniendo falsas y atrevidas  informaciones con el claro propósito de respaldar  la genocida política que el gobierno de Trump puso en práctica contra la Isla.

Veamos las líneas informativas o Fake News (noticias falsas) de Semana, se lee que: “Cuba ejecuta una estrategia de injerencia a través de cubanos con cobertura diplomática la infiltración de programas de cooperación con autoridades locales y su financiación por medios del ELN”. Ridícula y voluble información, no existe ninguna precisión con nombre y apellidos de quienes son esos diplomáticos, cuáles son esas autoridades locales y cuales sus programas de cooperación, lo más temerario y bufonesco es decir que el ELN es quien financia esa supuesta política injerencista.

La saña de ese supuesto informe que dice poseer la revista Semana es tan irresponsable que dice que el embajador cubano José Luis Ponce Caraballo, “habría sido expulsado de Estados Unidos por espionaje el 19 de agosto de 1996”

Efectivamente el embajador cubano fue expulsado en esa fecha de Estados Unidos, pero no por espionaje, fue en respuesta  y  en reciprocidad por la expulsión de la diplomática estadounidense Robin Meyer, acreditada en la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana,  en los primeros días de agosto de ese año,  por sus probada acciones injerencistas en los asuntos internos de Cuba, al mantener contactos con grupos contrarrevolucionarios y usarlos para distribuir propaganda subversivas y manuales  que orientaban a desarrollar acciones terroristas. 

El diario Washington Post de la época, reseña que el Departamento de Estado le dio una semana al diplomático cubano Ponce Caraballo para abandonar Estados Unidos, a quien no se le dio ningún calificativo ni razones de su expulsión, nunca fue acusado de espionaje, solamente que era en reciprocidad por la expulsión de la señora Mayer. José Luis Ponce era el vocero de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington y agregado de prensa de la misión.

El articulo de Semana, continua con la intencionalidad de hacer daño a las relaciones y subtitula, “máxima tensión, por la negativa de Cuba de extraditar a los delegados del ELN”. Un tema que el Gobierno, nunca debió plantear, porque la delegación del ELN está en Cuba a petición expresa del Estado colombiano.

El gobierno ecuatoriano de Moreno, no quiso seguir de anfitrión y se le pidió a Cuba establecer la Mesa de Dialogo de Paz en La Habana. A tal efecto las partes (Gobierno-ELN) y los dos países garantes Cuba y Noruega firmaron los Protocolos, entre ellos el que precisa que ante una ruptura los delegados del ELN deben ser retornado a la zona de donde salieron con plenas garantías.

En el editorial del diario El Espectador, diario para nada sospechado de “castro-chavista”, hace un llamado al gobierno de Duque de que inicie conversaciones de paz con el ELN y criticó a Semana por el llamado Dossier Secreto de Cuba, señalando: “las elucubraciones contenidas en el documento filtrado no son un apoyo al terrorismo. Menos aún, cumplir unos protocolos que la obligan”.

Obviamente Cuba y Noruega están obligados a cumplir el Protocolo de Ruptura, que el gobierno de Iván Duque quiere desconocer.  Y tal como el senador Iván Cepeda, públicamente ha declarado que: “La actitud del Gobierno de Iván Duque frente a esos diálogos y frente al episodio concreto de ese protocolo es un ataque, una agresión al principio de legalidad de los diálogos de paz en cualquier circunstancia y el gobierno no ha tenido una actitud congruente con semejante esfuerzo de Cuba.”

El manipulado y falso informe, señala que: “esta investigación, por la gravedad del señalamiento podría empeorar la relaciones entre Cuba y Colombia y añade, fuentes del ministerio de Defensa, expresaron que porque razón la Cancillería no ha tomado decisiones contundentes”. Como se puede apreciar, es una presión sobre la cancillería, para que tome decisiones contundentes, no cita quien es la fuente y es un comentario que o bien es una evidencia de contradicciones internas o una hábil manipulación para darle fuerza al supuesto documento. Una gran chapucería y mediocridad de los autores del documento y de la Revista Semana.

La “carta” se da después de la inclusión de Cuba en el listado de países que apoyan el terrorismo por parte del gobierno de Trump, y añade que congresistas del Centro Democrático piden examinar las relaciones con Cuba. Detengámonos en este detalle, ahora no hablan de documento oficial sino de una “carta”, cual es el juego y manejo, no se puede pensar que a ello se haya prestado la Casa de Nariño, porque es la información más baja y mezquina que se haya publicado con el objetivo de promover un conflicto con un país, que solo ha ofrecido apoyo y brindado su territorio para lograr la paz.

El dossier le dedica un capitulo especial al incremento de cubanos y señala que entre 2017 y julio del 2020 ingresaron al país 1500 cubanos que manifestaron ejercer la medicina. 

Y no se precisa si su ingreso obedeció a motivo profesionales o de otra índole. Mas 50 entrenadores deportivos y 900 profesores. Incluso precisan que hay 2,700 cubanos, pero nadie sabe ni cuando ni por donde entraron a Colombia. Como e posible que el gobierno no tenga esa información. Es otra gran mentira.

El único evento con médicos cubanos, incluso con un gran alboroto de la prensa colombiana, fue en el año 2015 cuando un grupo de profesionales de la salud ingresaron, al parecer clandestinamente a Colombia, procedente de Venezuela, obedeciendo a propuesta de trasladarse a EE. UU, una acción ilegal, organizada desde Miami.

Esta operación fue montada desde Miami por la organización mafiosa Cuban Medical Profesional Parole, (CMPP) que les ofrecieron, visa y trabajo en Estados Unidos si desertaban vía Colombia, fue todo un gran show y un engaño. Ellos ingresaron irregularmente a Colombia y sectores del gobierno de ese entonces fueron cómplices de ese montaje, respaldado por el congresista gringo Marco Rubio, la familia Diaz Balar, la periodista María Elvira Salazar y la Fundación Cubana Americana.

Los colombianos deben recordar esos sucesos que RCN, la FM, Caracol Radio y TV, entre otras, dieron gran publicidad y una plataforma mediática para atacar a la Revolución Cubana.

Que se conozca y de acuerdo a los organismos cubanos que precisan que no existe ningún convenio ni envíos de estos profesionales a Colombia. Lo sospechoso dice el informe de Semana que no se encuentran registrados como que hayan ingresado a Colombia.  Este cuento no está bien contado.

Nadie sabe de dónde sale esa cifra de médicos cubanos en Colombia, que recoge este oscuro y miserable documento, porque la colaboración médica cubana es totalmente publica y con el apoyo ético y moral de la OPS y la OMS. Y el Gobierno de Duque no la ha solicitado.

La única gran cantidad de médicos y especialistas que han ingresado a Colombia procedente de Cuba, son los jóvenes colombianos, hijos de familias humildes, que no pueden pagar sus estudios universitarios y que desde el año 1999 se han formado gratuitamente en la Escuela Latinoamericana de Medicina, que por iniciativa del comandante Fidel Castro Ruz comenzó a recibir jóvenes de bajos ingresos de Latinoamérica y el Caribe, África e incluso de Estados Unidos, todo para ayudar a esos pueblos y a esos jóvenes.

Esa Escuela se inauguró en septiembre de 1999, y a la cual acudieron a ese curso 102 jóvenes colombianos, escogidos por el ICET, órgano oficial del gobierno y a partir de allí y hasta la actualidad, acoge entre 100 y 150 jóvenes, que luego se regresan a su país para brindar atención a sus compatriotas. Saque la cuenta en 21 años a un promedio de 100 becados, han llegado a Colombia unos 1800 médicos y especialistas ya graduados y unos 500 que están en formación.

Según este mentiroso informe, dice: se arroja datos precisos y señalan que la injerencia estaría camuflada en el Movimiento de Solidaridad con Cuba (MCSC) que tiene estrechas relaciones con el ICAP dirigido por Fernando González Llord señalado de pertenecer a la Red Avispa, junto a Gerardo Hernández Nordelo en Estados Unidos. Este argumento es traído por los pelos y quieren malévolamente dar una connotación de realizar actividades sórdidas, que no tiene ninguna base ni pruebas, solo caben en cabezas políticamente enfermas, inyectadas de odio y resentimiento, por el fracaso que ha tenido su sistema.

Los lectores deben saber que desde su fundación en 1960 el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, (ICAP) ha desarrollado una actividad muy noble, para el intercambio y relaciones de carácter social, amistad y fraternal entre los pueblos y permitió que fueran los pueblos los que burlaran la fracasada política de Estados Unidos de aislar a la isla de Cuba. Hoy existen Casas y Asociaciones de Amistad y Solidaridad en 155 países, incluido los Estados Unidos.

En 62 años de existencia a nadie se le ha ocurrido decir que dichas organizaciones hacen acciones contra sus gobiernos. Muy por el contrario, trabajan por la amistad y fraternidad de los pueblos, incluso con las autoridades y en la mayoría reciben apoyo de ellas, todas están oficializadas.  Ninguna hace convenios, con organismos locales o departamentales ese es otro infundio malicioso de Semana.

Por último, señala este injurioso Dossier Secreto, que Rusia ha instalado un sistema radio técnico para espiar a Colombia desde territorio venezolano, y añade el mentiroso informe que Venezuela y Cuba cooperan en estas acciones, o sea vean como siguen insistiendo en la línea de Trump y Pompeo, para confundir y respaldar la política injerencista de Estados Unidos en Colombia, al mantener desde el 2009, 10 bases militares estadounidense.

O sea, Colombia sí puede tener efectivos militares, radares y tecnología norteamericanas en su territorio y Venezuela, que está amenazada por Estados unidos, para ser atacada militarmente, con la participación de Colombia, no tiene el derecho a defenderse. Es un derecho soberano e independiente establecer sus defensas, si así lo considera su gobierno. 

La presencia militar gringa en Colombia es  bien conocida y controvertida  los Senadores Roy Barrera, Antonio Sanguino, Iván Cepeda  abrieron  un debate en el Congreso Nacional, porque el gobierno no tramitó como establece la Constitución del 91, que cualquier fuerza extranjera sea por el paso o establecimiento de fuerzas militares extranjeras al país debe ser autorizada por el Senado y sin embargo recibió  en el año 2019 y 2020 dos batallones de 500 efectivos cada uno de la 82 división aerotransportada.

Por tanto, los dos batallones de marines pertenecientes a la triste celebre la 82 División Aerotransportada de Estados Unidos, se encuentran ocupando espacio colombiano en las fronteras con Venezuela, en el departamento de Santander del Norte, (Catatumbo) La Guajira. 

Esta fue la misma 82 División que invadió a Panamá y asesinó a miles de inocentes panameños en diciembre de 1989.

Los amigos lectores pueden apreciar que todo lo publicado por la revista Semana, forma parte, de una mentirosa campaña contra Cuba, con la malsana intención de provocar un conflicto entre las dos Naciones.     El gobierno es el que debe esclarecer esta maniobra, porque con mentiras y falsos-positivos, la credibilidad de la Casa Nariño resultará seriamente afectada.

(*) Periodista, politólogo y analista internacional.

jorgarcia726@gmail.com

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