Por Tony López R.
Daré a conocer cada una de las grandes falsedades publicadas
en Semana, cuya complicidad y con muy poca profesionalidad periodística se ha
convertido en vocero de las mentiras del
gobierno de Donald Trump e Iván Duque. Una política mediática,
justificando y apoyando acciones hostiles contra Cuba, Venezuela, Nicaragua,
Rusia, China e Irán, países a los cuales la administración Trump los declaró
enemigos por su carácter socialistas y prometió eliminarlos del hemisferio
occidental.
Siguiendo esa política el gobierno de Iván Duque, apoyado y dirigido por su mentor Álvaro Uribe Vélez, presidente del partido Centro Democrático, y continuando con la vieja práctica de calumniar a la Revolución Cubana, la revista Semana del pasado 16 de enero, bajo el título de portada “Cuba: Dosier Secreto, da a conocer un supuesto “informe reservado” conteniendo falsas y atrevidas informaciones con el claro propósito de respaldar la genocida política que el gobierno de Trump puso en práctica contra la Isla.
Veamos las líneas informativas o Fake News (noticias falsas)
de Semana, se lee que: “Cuba ejecuta una estrategia de injerencia a través de
cubanos con cobertura diplomática la infiltración de programas de cooperación
con autoridades locales y su financiación por medios del ELN”. Ridícula y
voluble información, no existe ninguna precisión con nombre y apellidos de
quienes son esos diplomáticos, cuáles son esas autoridades locales y cuales sus
programas de cooperación, lo más temerario y bufonesco es decir que el ELN es
quien financia esa supuesta política injerencista.
La saña de ese supuesto informe que dice poseer la revista
Semana es tan irresponsable que dice que el embajador cubano José Luis Ponce
Caraballo, “habría sido expulsado de Estados Unidos por espionaje el 19 de agosto
de 1996”
Efectivamente el embajador cubano fue expulsado en esa fecha
de Estados Unidos, pero no por espionaje, fue en respuesta y en
reciprocidad por la expulsión de la diplomática estadounidense Robin Meyer,
acreditada en la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, en los primeros días de agosto de ese
año, por sus probada acciones
injerencistas en los asuntos internos de Cuba, al mantener contactos con grupos
contrarrevolucionarios y usarlos para distribuir propaganda subversivas y
manuales que orientaban a desarrollar
acciones terroristas.
El diario Washington Post de la época, reseña que el
Departamento de Estado le dio una semana al diplomático cubano Ponce Caraballo
para abandonar Estados Unidos, a quien no se le dio ningún calificativo ni
razones de su expulsión, nunca fue acusado de espionaje, solamente que era en
reciprocidad por la expulsión de la señora Mayer. José Luis Ponce era el vocero
de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington y agregado de prensa de la
misión.
El articulo de Semana, continua con la intencionalidad de
hacer daño a las relaciones y subtitula, “máxima tensión, por la negativa de
Cuba de extraditar a los delegados del ELN”. Un tema que el Gobierno, nunca
debió plantear, porque la delegación del ELN está en Cuba a petición expresa
del Estado colombiano.
El gobierno ecuatoriano de Moreno, no quiso seguir de
anfitrión y se le pidió a Cuba establecer la Mesa de Dialogo de Paz en La
Habana. A tal efecto las partes (Gobierno-ELN) y los dos países garantes Cuba y
Noruega firmaron los Protocolos, entre ellos el que precisa que ante una
ruptura los delegados del ELN deben ser retornado a la zona de donde salieron
con plenas garantías.
En el editorial del diario El Espectador, diario para nada
sospechado de “castro-chavista”, hace un llamado al gobierno de Duque de que
inicie conversaciones de paz con el ELN y criticó a Semana por el llamado
Dossier Secreto de Cuba, señalando: “las elucubraciones contenidas en el
documento filtrado no son un apoyo al terrorismo. Menos aún, cumplir unos
protocolos que la obligan”.
Obviamente Cuba y Noruega están obligados a cumplir el
Protocolo de Ruptura, que el gobierno de Iván Duque quiere desconocer. Y tal como el senador Iván Cepeda,
públicamente ha declarado que: “La actitud del Gobierno de Iván Duque frente a
esos diálogos y frente al episodio concreto de ese protocolo es un ataque, una
agresión al principio de legalidad de los diálogos de paz en cualquier
circunstancia y el gobierno no ha tenido una actitud congruente con semejante
esfuerzo de Cuba.”
El manipulado y falso informe, señala que: “esta
investigación, por la gravedad del señalamiento podría empeorar la relaciones
entre Cuba y Colombia y añade, fuentes del ministerio de Defensa, expresaron
que porque razón la Cancillería no ha tomado decisiones contundentes”. Como se
puede apreciar, es una presión sobre la cancillería, para que tome decisiones
contundentes, no cita quien es la fuente y es un comentario que o bien es una
evidencia de contradicciones internas o una hábil manipulación para darle
fuerza al supuesto documento. Una gran chapucería y mediocridad de los autores
del documento y de la Revista Semana.
La “carta” se da después de la inclusión de Cuba en el
listado de países que apoyan el terrorismo por parte del gobierno de Trump, y
añade que congresistas del Centro Democrático piden examinar las relaciones con
Cuba. Detengámonos en este detalle, ahora no hablan de documento oficial sino
de una “carta”, cual es el juego y manejo, no se puede pensar que a ello se
haya prestado la Casa de Nariño, porque es la información más baja y mezquina
que se haya publicado con el objetivo de promover un conflicto con un país, que
solo ha ofrecido apoyo y brindado su territorio para lograr la paz.
El dossier le dedica un capitulo especial al incremento de cubanos y señala que entre 2017 y julio del 2020 ingresaron al país 1500 cubanos que manifestaron ejercer la medicina.
Y no se precisa si su ingreso obedeció a motivo
profesionales o de otra índole. Mas 50 entrenadores deportivos y 900
profesores. Incluso precisan que hay 2,700 cubanos, pero nadie sabe ni cuando
ni por donde entraron a Colombia. Como e posible que el gobierno no tenga esa
información. Es otra gran mentira.
El único evento con médicos cubanos, incluso con un gran
alboroto de la prensa colombiana, fue en el año 2015 cuando un grupo de
profesionales de la salud ingresaron, al parecer clandestinamente a Colombia,
procedente de Venezuela, obedeciendo a propuesta de trasladarse a EE. UU, una
acción ilegal, organizada desde Miami.
Esta operación fue montada desde Miami por la organización
mafiosa Cuban Medical Profesional Parole, (CMPP) que les ofrecieron, visa y
trabajo en Estados Unidos si desertaban vía Colombia, fue todo un gran show y
un engaño. Ellos ingresaron irregularmente a Colombia y sectores del gobierno
de ese entonces fueron cómplices de ese montaje, respaldado por el congresista
gringo Marco Rubio, la familia Diaz Balar, la periodista María Elvira Salazar y
la Fundación Cubana Americana.
Los colombianos deben recordar esos sucesos que RCN, la FM,
Caracol Radio y TV, entre otras, dieron gran publicidad y una plataforma
mediática para atacar a la Revolución Cubana.
Que se conozca y de acuerdo a los organismos cubanos que
precisan que no existe ningún convenio ni envíos de estos profesionales a
Colombia. Lo sospechoso dice el informe de Semana que no se encuentran
registrados como que hayan ingresado a Colombia. Este cuento no está bien contado.
Nadie sabe de dónde sale esa cifra de médicos cubanos en
Colombia, que recoge este oscuro y miserable documento, porque la colaboración
médica cubana es totalmente publica y con el apoyo ético y moral de la OPS y la
OMS. Y el Gobierno de Duque no la ha solicitado.
La única gran cantidad de médicos y especialistas que han
ingresado a Colombia procedente de Cuba, son los jóvenes colombianos, hijos de
familias humildes, que no pueden pagar sus estudios universitarios y que desde
el año 1999 se han formado gratuitamente en la Escuela Latinoamericana de
Medicina, que por iniciativa del comandante Fidel Castro Ruz comenzó a recibir
jóvenes de bajos ingresos de Latinoamérica y el Caribe, África e incluso de
Estados Unidos, todo para ayudar a esos pueblos y a esos jóvenes.
Esa Escuela se inauguró en septiembre de 1999, y a la cual
acudieron a ese curso 102 jóvenes colombianos, escogidos por el ICET, órgano
oficial del gobierno y a partir de allí y hasta la actualidad, acoge entre 100
y 150 jóvenes, que luego se regresan a su país para brindar atención a sus
compatriotas. Saque la cuenta en 21 años a un promedio de 100 becados, han
llegado a Colombia unos 1800 médicos y especialistas ya graduados y unos 500
que están en formación.
Según este mentiroso informe, dice: se arroja datos precisos
y señalan que la injerencia estaría camuflada en el Movimiento de Solidaridad
con Cuba (MCSC) que tiene estrechas relaciones con el ICAP dirigido por
Fernando González Llord señalado de pertenecer a la Red Avispa, junto a Gerardo
Hernández Nordelo en Estados Unidos. Este argumento es traído por los pelos y
quieren malévolamente dar una connotación de realizar actividades sórdidas, que
no tiene ninguna base ni pruebas, solo caben en cabezas políticamente enfermas,
inyectadas de odio y resentimiento, por el fracaso que ha tenido su sistema.
Los lectores deben saber que desde su fundación en 1960 el
Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, (ICAP) ha desarrollado una
actividad muy noble, para el intercambio y relaciones de carácter social,
amistad y fraternal entre los pueblos y permitió que fueran los pueblos los que
burlaran la fracasada política de Estados Unidos de aislar a la isla de Cuba.
Hoy existen Casas y Asociaciones de Amistad y Solidaridad en 155 países,
incluido los Estados Unidos.
En 62 años de existencia a nadie se le ha ocurrido decir que
dichas organizaciones hacen acciones contra sus gobiernos. Muy por el
contrario, trabajan por la amistad y fraternidad de los pueblos, incluso con
las autoridades y en la mayoría reciben apoyo de ellas, todas están
oficializadas. Ninguna hace convenios,
con organismos locales o departamentales ese es otro infundio malicioso de
Semana.
Por último, señala este injurioso Dossier Secreto, que Rusia
ha instalado un sistema radio técnico para espiar a Colombia desde territorio
venezolano, y añade el mentiroso informe que Venezuela y Cuba cooperan en estas
acciones, o sea vean como siguen insistiendo en la línea de Trump y Pompeo,
para confundir y respaldar la política injerencista de Estados Unidos en
Colombia, al mantener desde el 2009, 10 bases militares estadounidense.
O sea, Colombia sí puede tener efectivos militares, radares
y tecnología norteamericanas en su territorio y Venezuela, que está amenazada
por Estados unidos, para ser atacada militarmente, con la participación de
Colombia, no tiene el derecho a defenderse. Es un derecho soberano e
independiente establecer sus defensas, si así lo considera su gobierno.
La presencia militar gringa en Colombia es bien conocida y controvertida los Senadores Roy Barrera, Antonio Sanguino,
Iván Cepeda abrieron un debate en el Congreso Nacional, porque el
gobierno no tramitó como establece la Constitución del 91, que cualquier fuerza
extranjera sea por el paso o establecimiento de fuerzas militares extranjeras
al país debe ser autorizada por el Senado y sin embargo recibió en el año 2019 y 2020 dos batallones de 500
efectivos cada uno de la 82 división aerotransportada.
Por tanto, los dos batallones de marines pertenecientes a la
triste celebre la 82 División Aerotransportada de Estados Unidos, se encuentran
ocupando espacio colombiano en las fronteras con Venezuela, en el departamento
de Santander del Norte, (Catatumbo) La Guajira.
Esta fue la misma 82 División que invadió a Panamá y asesinó
a miles de inocentes panameños en diciembre de 1989.
Los amigos lectores pueden apreciar que todo lo publicado
por la revista Semana, forma parte, de una mentirosa campaña contra Cuba, con
la malsana intención de provocar un conflicto entre las dos Naciones. El gobierno es el que debe esclarecer esta
maniobra, porque con mentiras y falsos-positivos, la credibilidad de la Casa
Nariño resultará seriamente afectada.
(*) Periodista, politólogo y analista internacional.
jorgarcia726@gmail.com
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