Lic. José A. Amesty R.:
Cuando escribimos el artículo “El FMI, BM, BID:
Multinacionales Prestamistas Perversas”, en relación al empréstito a Costa
Rica, realmente nos quedamos cortos en relación a lo siniestro y las retorcidas
actitudes de estas multinacionales.
Ante la eventual pandemia global, el Fondo Monetario
Internacional FMI, se aprovecha, por un lado, para ofrecer empréstitos, y por
otro, siguiere medidas para asegurar su inversión. Utiliza la crisis para
implementar medidas de austeridad, algunas permanentes a sus clientes en el
mundo.
Los datos indican que, de los 91 préstamos del FMI, con 81 países en el mundo, 76 de los 91, desde que inició la pandemia, la mayoría demandan muchos recortes en servicios públicos y pensiones, medidas que indudablemente conllevarán privatizaciones, congelaciones o recortes salariales, o el despido de trabajadores del sector público como médicos, enfermeros, profesores y bomberos, políticas que benefician a la corporación bancaria.
Según, Chema Vera, Director Ejecutivo Interino de Oxfam
Internacional, Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre, fundado en gran
Bretaña en 1942, su objetivo es ayudar a encontrar soluciones duraderas a la
injusticia de la pobreza. Son parte de un movimiento global que aboga por un
cambio que empodere a las personas, para crear un futuro seguro, justo y libre
de pobreza, el FMI está conduciendo a los países a pagar los gastos de la
pandemia mediante recortes de austeridad que alimentarán la pobreza y la desigualdad.
Estas medidas podrían dejar a millones de personas sin acceso a la sanidad o
ayuda económica mientras buscan trabajo, y podrían frustrar cualquier esperanza
de recuperación sostenible. Al adoptar este enfoque, el FMI está cometiendo una
injusticia a sus propias investigaciones. Su cabeza debe empezar a hablar con
sus manos.
Oxfam ha identificado al menos 14 países que espera que
congelen o recorten de forma inminente los salarios y puestos de trabajo del
sector público. Veamos algunos ejemplos:
1. Túnez, por ejemplo, solo tiene 13 médicos por cada 10.000 personas. Cualquier recorte a su ya exiguo sistema sanitario lo debilitaría en su lucha contra el coronavirus. “Si la gente no se puede permitir el testeo y el cuidado de la COVID-19 y otras necesidades sanitarias, el virus seguirá expandiéndose sin control y más gente morirá. Los gastos corrientes en sanidad eran una tragedia antes de la pandemia y ahora son una sentencia de muerte”, añade Vera.
2. Otro ejemplo perfecto es Ecuador, de las consecuencias del FMI. Anteriormente, durante el gobierno de Rafael Corea, éste hizo de la reducción de la pobreza una prioridad y por supuesto, condenó las políticas del FMI y de su organización hermana el Banco Mundial BM; pero luego, durante el mandato de Lenin Moreno, y a partir de 2017, Moreno deshizo el legado de Correa, y luego del 2019, Moreno, redujo el presupuesto sanitario nacional, en un 36 por ciento, a cambio de un préstamo de 4.200 millones de dólares, un movimiento que provocó enormes protestas nacionales que amenazaron con hacer descarrilar a su gobierno.
Los resultados fueron casi apocalípticos cuando la ciudad
más grande del país, Guayaquil, se convirtió en el centro mundial del
coronavirus, con cadáveres abandonados en las calles durante días mientras los
servicios estaban saturados. La ciudad sufrió más muertes que Nueva York en su
pico y con mucha menos infraestructura para tratar el problema. Aunque el
número oficial de casos en el país es bajo, la tasa de mortalidad ha estado
entre las más altas del mundo, lo que sugiere que los servicios han estado
completamente colapsados.
Moreno, recientemente, anunció un nuevo acuerdo por 6.500 millones de dólares con el FMI, que ha aconsejado a su gobierno, detener las transferencias de efectivo para aquellos incapaces de trabajar debido al virus, y recortar los subsidios de combustible para los pobres.
3. El FMI
también interfiere directamente con la política interna de naciones soberanas.
En marzo 2019, se negó a hacer préstamos al gobierno venezolano debido a la
“falta de claridad” sobre quién estaba al mando, sugiriendo que el
democráticamente electo Nicolás Maduro, tendría que dimitir antes de que
consideraran hacer préstamos al país.
Al mismo tiempo, sin embargo, el auto declarado presidente y
figura de la oposición, Juan Guaidó, anunció que había asegurado un compromiso
de 1.200 millones de dólares de la organización, con la condición de que Maduro
dimita y permita que un “gobierno de emergencia” tome el control del país.
Una encuesta realizada el mismo mes por una empresa de
encuestas simpatizante descubrió que solo el 3 por ciento de los venezolanos
apoyaba a Guaidó.
(1) Alan Macleod. El FMI se aprovecha de la pandemia para demandar privatizaciones en 81 países. 25 octubre 2020. Artículo publicado originalmente en Mint Press News. Traducido para El Salto, por Eduardo Pérez.
4. En los
años noventa el FMI, estableció “estipulaciones” en su paquete de préstamo para
Brasil, que requerían enmiendas de la Constitución del país, y luego cabildeó
ampliamente por esos cambios.
5. Entre el
principio de la participación del FMI en Perú en 1978, y la segunda vuelta de
préstamos en los años noventa, el programa de ajuste estructural logró
cuadruplicar la producción ilegal de coca, al devastar a los agricultores
locales y dejarlos ante la opción de cultivar coca o morir de hambre. Eligieron
la coca.
6. En
algunos países como, México, Filipinas y algunas regiones de África, el FMI ha
fabricado crisis alimentaria, para llegar como “salvadores” y ofrecer su
paquete infernal.
7. Hay
muchos más desastres. E innumerables estafas. Miles de millones de dólares en
préstamos del FMI a Rusia en los años noventa, se desviaron directamente a las
cuentas bancarias suizas de oligarcas y gánsteres. Un programa de préstamos de
4.800 millones de dólares administrados por el fondo en 1998, entró por una
puerta al banco central ruso y salió directamente por la otra. La gente nunca
vio un solo rublo de ese préstamo y se quedó con tasas de desempleo, pérdidas
en el mercado bursátil y una devaluación de la moneda que rivalizó con la Gran
Depresión.
Sin duda alguna, inquieta pensar el enorme poder que
concentra el FMI, para hipotecar las políticas de los gobiernos y vencer las
resistencias de los pueblos.
Y es que, en los propios documentos del FMI, se detalla cómo
saquear un país, en cuatro pasos encadenados, uno tras otro, cuando ya se da la
negociación y se ofrecen las “recomendaciones”:
a) La gente
sale a las calles para protestar contra las medidas de austeridad que se
vinculan con los préstamos del FMI,
b) llevando a la huida del capital extranjero,
c) los gobiernos declaran la bancarrota
d) y los especuladores extranjeros, obtienen los
despojos a precios de remate.
En general, el FMI ocupa, en términos y lenguaje económico,
de tres propuestas principales o condiciones para un préstamo:
1. La Privatización Progresiva de las Cajas de Ahorro. Buscando poner las cajas de ahorros en la bandeja del capital privado, para que así se recupere una banca quebrada, aprovechando el mercado que dejarían las cajas y adquiriendo sus activos, como en tantas otras ocasiones, a precio de saldo.
2. La
Reducción del Gasto Público. Se explicado, que en una coyuntura recesiva eso
sólo puede conducir a la depresión, y a hundir aún más nuestras economías. Es
lo que ha ocurrido en muchísimas ocasiones y en muchos países cuando se ha
actuado así. Como lo señaló el Premio Nobel Joseph Stiglitz, “la austeridad
lleva al desastre” y ahí es donde nos quiere llevar el FMI, para que los bancos
y las grandes empresas ganen más dinero todavía.
3. La
Reforma Laboral “radical y urgente”, en la línea de los patronos, y que
principalmente se basa en reducir la capacidad de negociación de los
trabajadores, mediante la descentralización de la negociación colectiva y el
establecimiento de nuevos tipos de contrato. Decir que se puede resolver el
problema del empleo flexibilizando el mercado laboral al mismo tiempo que, se
deprime la actividad debilitando la demanda efectiva, es sencillamente una
mentira gigante y grotesca. De esa manera es imposible que las empresas (sobre
todo medianas y pequeñas) creen puestos de trabajo. Sólo se consigue que ganen
más las muy grandes que tienen demanda cautiva, gracias a su poder sobre el
mercado, que es lo que se trata de salvar.
En definitiva, el Fondo Monetario miente, cuando presenta
sus propuestas para la economía de cualquier país, porque no dice lo que de
verdad pretende; oculta los efectos reales que tendrán las políticas que
propone; y, para colmo, no permite el debate social sobre ellas, sino que se
limita a imponerlas porque su incompetencia le impide argumentarlas científica
y rigurosamente.
Pero lo más increíble y cruel de esta infame institución, es
que siendo la principal animadora de las medidas de austeridad neoliberal en
todo el planeta, durante décadas, el FMI ha empezado recientemente (de forma
discreta), a admitir que estas políticas no han funcionado y generalmente crean
problemas como pobreza, crecimiento desigual y una desigualdad aún peor.
Además, tampoco han conseguido traer el prometido
crecimiento económico que se suponía que iba a contrarrestar estos efectos
negativos. En 2016, describió sus propias políticas como “promocionadas en
exceso” y, anteriormente, resumió sus experimentos en América Latina, como
“todo dolor, sin beneficios”. Así, sus propios informes afirman explícitamente
que sus políticas no funcionan.
En resumen, el FMI malsanamente, ve en las crisis, que siempre hay oportunidad. Para muchos, la pandemia es una oportunidad de reorientar la economía, alejándose del consumo de masas y hacia un sistema más sostenible ecológicamente.
Para el FMI, sin embargo, se está utilizando, para impulsar
más privatizaciones y medidas de austeridad que, invariablemente, enriquecen a
los ricos y debilitan a los pobres y a los indefensos.
Parece que, si la organización se sigue saliendo con la
suya, serán los pobres quienes paguen por la pandemia, mientras los ricos
seguirán prosperando.
joseamesty1@gmail.com
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