Por Ricardo Pose:
En el arte político la estratagema de influir sobre algunas
definiciones veladamente, es una herramienta utilizada pasando por encima
incluso preceptos constitucionales. Mas allá de lo legal es una actitud que
confronta con la ética de los acuerdos políticos, pero lo incierto y efectivo
de sus resultados en su capacidad de incidencia real, lo mantiene a resguardo.
Hace poco el senador Tabaré Viera, denunciaba desde las
redes la intromisión del presidente Luis Lacalle en la campaña municipal
salteña.
Lacalle, escudado en una nutrida agenda oficial, siguió
adelante como al descuido, con un coro de correligionarios que salieron a
debatir con Viera para intentar ocultar lo que todo el mundo podía apreciar: el
“espaldarazo” del presidente Lacalle al “pingo” nacionalista en la carrera
municipal.
Cuando los fuegos de Salto no se habían apagado, el
candidato de Cabildo Abierto Martín Rodríguez, denuncia una maniobra de las
mismas características en Rocha.
“Compartimos la agenda de nuestro presidente Luis Lacalle
Pou en Rocha el próximo martes 15/09″, se lee en el post del candidato Nacionalista
José Luis Cardozo subido a fan Page de Facebook con un afiche que da cuenta de
los puntos de la agenda del mandatario, adornado con la imagen de la campaña
del candidato a la Intendencia de Rocha.
El estado de salud de la coalición multicolor atraviesa un
momento convulso a raíz de las campañas municipales en muchos lugares del
interior donde se disputan Intendencias, Juntas y Municipios.
El reclamo de Viera y de Rodríguez también es funcional al
relato político de una posible derrota, donde la causa principal es la imagen
presidencial, algo así como el caballo del comisario, moviendo el fiel de la
balanza.
Otros candidatos nacionalistas han ido más lejos, y han
usado (creemos que sin conocimiento de Lacalle) la imagen del presidente en su
campaña electoral.
La lista «Dale – Somos Rocha», también compartió un afiche
en redes sociales en el cual se mezclan símbolos político partidarios con la
imagen del presidente de la República, una investidura que por ley debe
abstenerse de hacer campaña por partido alguno.
No todo es electoral
Además de elecciones municipales, sobre fines de setiembre
se resolvería si el senado vota o no el desafuero de Manini Ríos.
Y aunque los votos para blindar al ex general están
asegurados, el antecedente que generan es tan peligroso para propios y ajenos,
que decidieron dar una vuelta de tuerca más.
Corriendo el eje de la actuación judicial para convertirla
en maniobra política, aparece en escena y en grandes titulares, Gonzalo
Ferreira, hombre de Cabildo Abierto, hijo del extinto líder Wilson Ferreira
Aldunate.
“El desafuero es una maniobra dice Gonzalo Ferreira Sienra”,
“El hijo mayor de Wilson sostiene que Manini Ríos molesta al Frente Amplio”,
titula El País.
Luego informa que Gonzalo Ferreira es el primer suplente de
Manini al senado; cualquier improvisado análisis político concluiría que
Ferreira no podía decir otra cosa de su líder.
Pero recurrir a la imagen parental del veterano dirigente
nacionalista, apunta a los sectores vacilantes y sobrevivientes del wilsonismo
que en el tema derechos humanos han tenidos posturas ambiguas, o a favor de
apoyar las acciones judiciales.
La disputa post norte sobre cuál sería la postura política
de los lideres fallecidos es un mal de zambito de la retórica política.
En este caso, quienes acusan de maniobra política la
solicitud del fiscal Morosolí de que Manini se presente a declarar, apelan a
una maniobra de baja estofa y poco rentable, al menos en estos apenas primeros
seis meses de gobierno.
pose.ricardo@gmail.com
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