Por Carlos luna Arvelo:
En el año 2011 Hugo Chávez tomó la decisión de repatriar a
Venezuela 160 toneladas de oro que permanecían en bancos de Estados Unidos y
Europa para resguardarlos en bóvedas del Banco Central del país.
Ante el despojo que le aplicaron a Libia después de
invadirla, las potencias europeas y los Estados Unidos, Chávez consideró
estratégico que la República conservara el control físico de sus activos en
oro, para evitar sanciones internacionales que pudieran congelar sus reservas
en el exterior. Lastimosamente la República dejó en el Banco de Inglaterra la
cantidad de 31 toneladas de oro.
Hasta 2018 dicha reserva permaneció a buen resguardo en las seguras bóvedas de dicha institución,
pero a finales de este año cuando el Banco Central de Venezuela (BCV) reclamó
la devolución de dicho oro comenzó a operarse el robo más cuantioso de oro que
haya ocurrido en los últimos tiempos.
Hasta el día de hoy, The Bank of England (BoE), que
actualmente atesora más de 5.000 toneladas de oro en resguardo, siempre se
preció de que en sus 320 años de historia ningún lingote hubiese sido robado de
sus bóvedas.
El robo del oro a Venezuela ha requerido de la complicidad
de múltiples actores y cómplices y más que una operación relámpago, ha sido lenta pero persistente en
su propósito que no es otro que despojar a un país de parte importante de su
patrimonio.
Todo comenzó a urdirse a partir del desconocimiento y
deslegitimación del gobierno venezolano y de las autoridades legales, con la
instauración de un “presidente interino” que bajo las orientaciones del
gobierno de los Estados Unidos se auto juramentó presidente de Venezuela a
principios de 2019 y fue “reconocido” por 50 países del mundo. Entre estos por
el gobierno de Theresa May, Primera Ministra de Reino Unido.
Así el autoproclamado “presidente interino” Juan Guaidó
solicitó al Gobernador del BoE, Mark Carney, que el oro venezolano que
permanecía en las bóvedas del Banco no fuera entregado al gobierno venezolano.
Con el transcurrir de los días y amparados en la
“ilegitimidad” del gobierno venezolano, comenzaron las declaraciones políticas
de que el oro no sería entregado a las autoridades venezolanas. Oficialmente el
gobierno británico actuó como si se “desentendiera” del asunto, dejando la
cuestión en manos del Banco.
Con soberbia imperial el BoE llegó a pedir a Venezuela
garantías de que el oro no fuera a ser utilizado en beneficio personal del
Presidente Maduro y de altas autoridades, civiles y militares que acompañan a
su gobierno, contra quienes Estados Unidos y la Unión Europea han aplicado
sanciones.
El gobierno del Presidente Maduro propuso, por intermedio de
las autoridades del BCV, que los más de 1.000 millones de dólares que
representan las 31 toneladas de oro, sean transferidos al Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de la ONU para que con ello se
gestionara la adquisición de alimentos e insumos médicos que permitieran
contrarrestar el COVID-19 en el país.
Pero nada de esto ha servido de nada, Mr. Nigel Teare, juez
portavoz del Tribunal Supremo de Justicia británico, ha sentenciado “El
gobierno de Su Majestad ha reconocido al Sr. Guaidó en su capacidad de
presidente constitucional de Venezuela, y por consiguiente no reconoce al Sr.
Maduro como presidente constitucional de Venezuela”.
El robo de 31 toneladas de oro venezolano resguardadas en
bóvedas The Bank Of England ha sido legalizado por el sistema judicial
británico.
El Estado venezolano apelará la decisión judicial. Pero
Chávez siempre lo intuyó no podemos esperar nada bueno de estos imperios que
tienen una larga historia de despojo, de pillaje y saqueo a nuestras naciones.
Las 31 toneladas de oro depositadas en el Banco de
Inglaterra fueron robadas a sus dueños legítimos los venezolanos, tras una
larga y continuada operación de saqueo a un país que desde Chávez a nuestros
días se ha resistido al dominio de imperial.
La historia no absolverá a estos ladrones y saqueadores de
un país.
carloslunarvelo72@gmail.com
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