Por Franklin Ledezma Candanedo:
Restauramos la vigencia de la resolución 3379, que declaro
el sionismo una forma de racismo
La Nakba, que en
árabe significa «catástrofe», se conmemora cada 15 de mayo y remite a la
expulsión por la fuerza y éxodo de la población autóctona palestina entre junio
de 1946 y mayo de 1948 como consecuencia de la Guerra árabe-israelí que llevó a
la creación del Estado de Israel
(https://www.clacso.org/a-72-anos-de-la-nakba-palestina/).
El calvario del
Palestina se inició el 6 de marzo de 1938,
fecha en que se produjo la primera matanza en el mercado de Haifa, donde
murieron mínimamente 18 árabes palestinos y más de 38 resultaron heridos,
atentado perpetrado por los integrantes de las milicias extremistas sionistas
del Irgun (Etzel) y Stern Gang (Lehi).
Por lo tanto, el genocidio de los palestinos dura 82 años,
tiempo en que se produjeron 92 matanzas hasta el año 2018. ¡Monstruosa acción
contra este pueblo hermano, en tanto que el tan publicitado holocausto judío a
manos del nazi fascismo sólo duró 3 años: 1942-1945!
En la presentación del libro “Nakba – Palestina, 1948”, se
explica que:
“la guerra de 1948 que condujo a la creación del Estado de
Israel tuvo como consecuencia también la devastación de la sociedad palestina.
Por lo menos el 80 por ciento de los palestinos que vivían en la parte más
grande de Palestina sobre la cual se estableció Israel –más del 77% del
territorio palestino– pasaron a ser refugiados. Su destino dependía de las
decisiones de los políticos de los países a los cuales ellos huyeron o
burócratas de las agencias internacionales. La minoría de los palestinos –en
cualquier parte de 60.000 a 156.000, según las fuentes–, quienes quedaron
detrás, pasaron a ser ciudadanos nominales del recién establecido Estado judío,
sujetos a un sistema separado de la administración militar de un gobierno que
también confiscó el grueso de sus tierras”
(https://www.clacso.org/a-72-anos-de-la-nakba-palestina/).
La tragedia palestina, mediante la conspiración de los
gobiernos europeos y del imperio hegemónico, luego de la Segunda Guerra
Mundial, se produce como resultado de la creación del estado artificial de Israel y de la
división de los pueblos árabes para así
robar sus riquezas, entre las que se encuentra el petróleo. El pueblo palestino
sufre en carne propia el terrorismo de los judíos que llegaban –y llegan- desde
países diferentes y les expulsan por medio de la fuerza, utilizando armas
sofisticadas y la reiterada violación de sus derechos civiles y humanos.
La Nakba se inició en 1948 y continúa hasta hoy, a través de un robo sostenido de tierras
palestinas para los asentamientos y comunidades judías, la destrucción de viviendas y tierras
agrícolas palestinas, la revocación de los derechos de residencia, las
deportaciones, los brutales ataques militares que provocan bajas civiles y la
negación del derecho internacionalmente reconocido del retorno a millones de
refugiados palestinos apátridas.
En artículo titulado
“EL SIONISMO, UNA FORMA DE
RACISMO: CÓMO SE ORIGINÓ LA
RESOLUCIÓN 3379”, escrito por el intelectual y patriota mundialmente
reconocido, Julio Yao, ex Asesor de Política Exterior del general Omar Torrijos
y del Canciller Juan Antonio Tack, publicado en ALAI-AMLATINA, nos explica:
“En la Conferencia del Año Internacional de la Mujer de
Naciones Unidas en México del 19 de junio al 2 de julio de 1975, el Gobierno me
designó como responsable de la política exterior de la delegación femenina en
dicha Conferencia para seguir internacionalizando nuestra causa”.
Aclara que en dicha actividad un miembro de la delegación de
Irak le propuso que Panamá copatrocinara una resolución que equiparaba al
sionismo como una forma de racismo e
indica que le pareció correcta la apreciación, “porque la ideología
sionista olía a África del Sur, apartheid, segregación, discriminación racial y
a la antigua Zona del Canal de Panamá con su “Gold Roll” para los blancos y su
“Silver Roll” para negros (Planillas de Oro para blancos y Plata para negros),
así como los baños segregados según el
color de su piel”.
“El atropello y la opresión sionista a los palestinos
evocaban en los panameños un amargo recuerdo de la presencia colonial
estadounidense, de manera que rubriqué el proyecto de resolución propuesto a
través de Irak sin pensarlo dos veces”.
Julio Yao advirtió que “el pleno de esa Conferencia aprobó
la resolución del sionismo como una forma de racismo y la del Canal, que fue la
primera aprobada en la ONU que le daba a Panamá la razón”.
La Resolución 3379 de 10 de noviembre de 1975, que recogía
la Declaración de México y fue ratificada por la Asamblea General de la ONU,
manifestaba que "la paz y la
cooperación internacionales exigen la
eliminación del colonialismo y el neocolonialismo, del sionismo, del apartheid
y de la discriminación racial en todas sus formas". Fue aprobada por 72
votos a favor, 35 en contra y 32 abstenciones.
“Sin embargo,” -- aclaró Yao -- “la resolución —que era de
carácter declarativo y no vinculante—fue revocada en su parte determinativa por
la Resolución 4686 del 16 de diciembre de 1991, bajo fuerte presión de Estados
Unidos, y es una de las más cortas en la historia de la Asamblea General”.
Julio Yao señaló que “la Resolución 3379 quedó en suspenso
pero no eliminada, y es necesario reactivarla para luchar contra la
segregación, la discriminación y el apartheid. No es posible legitimar el
sionismo como base de un Estado porque ello equivaldría a aceptar el nazismo
como sustento de una nación”.
Y concluyó: “Ahora que Israel ha anunciado que van a
legitimar en este mes de julio la ocupación de Cisjordania (territorio
palestino ocupado ilegalmente), nos corresponde restaurar la vigencia de la
Resolución 3379 y continuar la lucha contra el apartheid, la segregación y la
discriminación”.
Fraternal saludo y adelante, siempre adelante (indoame08 –
17/07/20).
(Periodista y Escritor)
indoame08@gmail.com
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