Fue un maestro rural allá por Treinta y Tres, que viendo la
frialdad con que en cada acto patrio en la escuela, los padres y niños apenas
entonaban el Himno a Artigas, se le ocurrió hacer una milonga; el autor de esa milonguita
que paradojalmente luego se convertiría en himno, era el maestro Rubén Lena.
La milonga a “Don José” nació con dos estrellas que
alumbraron su camino.
La primera estrella fue empezar a hacer cantada y difundida
por un dúo del olimar que venía cobrando cierta notoriedad, como eran los
olimareños.
La segunda estrella estaba en su texto, una letra sencilla
que hablaba de los hombres comunes de nuestra campaña, escrito por la pluma de
un poeta ya consagrado Olimareños mediante, en el mundo conocido como folclore
pero que iba rumbo a transformarse en canto popular.
El detalle de haber nacido en una escuela rural no pasa
desapercibido, aunque en el caso particular de la milonga, no tuviera de plano,
la misma aceptación que el “Mangangá Amarillo”, canción más descriptiva del
medio rural en el que vivía la comunidad escolar.
A Don José, nacida para ser cantada por el pueblo, fue
apropiada por el pueblo.
La milonga como género musical, su estructura sencilla que
permitía a cualquier “rascador de guitarra” interpretarla, era una alternativa
clara a aquel himno por momentos de aire marcial, nacido en el eurocentrismo
como todos los himnos que los imperios nos impusieron durante la colonia.
Pero la magia y la afrenta, estaba claramente en su texto;
Don José ya no era “el Padre nuestro Artigas, señor de nuestra tierra”.
Artigas era el criollo “rodeado” de paisanos que llamaban “mi
general” sin pretensión de “ser ejemplo de los americanos, ni grabar el libro
de oro de la inmortalidad”.
En la otra punta del mapa allá por el litoral, don Aníbal
Sampayo pasaría días y días encerrado en la iglesia de Paysandú y en otros
archivos, releyendo documentos que le permitieran respaldar su obra musical
“Cantata por Artigas”, un conjunto de canciones con un tema central, pero que
en el caso de Sampayo apuntaba a resaltar el proyecto político más importante
del artiguismo: su reforma agraria.
“Tajante como navaja es la consigna artiguista, barrera al
latifundista, la tierra es de quien trabaja”.
Hasta ese momento, ninguna canción oficial, y menos el Himno
a Artigas menciona su obra política.
Artigas, excluido del texto del Himno Nacional Uruguayo.
Los “orientales la patria o la tumba”, son esa masa amorfa
sin líder, que morían en los campos de la patria gritando “Libertad”.
Claramente Don Francisco Acuña de Figueroa no respondía a
los mismos intereses sociales que Bartolomé Hidalgo, y por eso los textos de su
pluma son radicalmente diferentes.
El primero escribió para la hegemonía cultural que las
clases dominantes de la nueva nación exigían; el segundo era un gaucho más que
“disparaba cielitos” contra los godos.
Y para quienes dicen que las motivaciones de los escritores
respondían a los tiempos a los que pertenecían, solo señalaremos que Rubén Lena
es bastante más atemporal que Acuña de Figueroa.
Como siempre, las tensiones en el terreno de la cultura,
delimita campos.
pose.ricardo@gmail.com
Brillante!!!
ResponderEliminarEXCELENTE !! gracias por desasnarme, como uruguayo considero que es importante que se conozca la historia no oficial, pero verdadera.
ResponderEliminarrecordar que el Maestro Ruben Lena también fue el autor de la letra de "Simon Bolivar", con música de Isidro Contreras músico venezolano que con el grupo "Alma llanera"estaban exilados en Montevideo.
"Hay que vivir largo tiempo lejos de la Patria hermano
para comprender bien claro lo que es ser americano
Artigas como Bolivar por liberarnos lucharon
vamos pueblo demostremos que su lucha no fue en vano".
La historia del texto a bolivar tbien la cuenta Lena en su libro la cuerda añadida, un maravilloso texto biográfico. Gracias a ambos por sus comentarios
ResponderEliminarLa historia del texto a bolivar tbien la cuenta Lena en su libro la cuerda añadida, un maravilloso texto biográfico. Gracias a ambos por sus comentarios
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