Por: Carlos Ellis:
Parece que se aproxima el fin de los tiempos, pero no es
así, es solo una aproximación a tiempos difíciles: Esto obliga a un análisis
internacional que rompa el paradigma y refiera las líneas de acción para los
tiempos por venir, una clara y científica recomendación.
Partimos de la
presencia de una enfermedad viral que transita y afecta a toda la población del
planeta sin distinción alguna, que la estructura que sostiene el modelo
económico mundial se desploma y que la corporatocracia global y las élites
gobernantes de los países más desarrollados se disputan la supremacía
relacionando estos factores de forma directa con los hechos que se manifiestan
en la “primera potencia” como un acto natural de un proceso que va
desequilibrando a un sistema; acontecimientos que requieren su debida y
sabia interpretación porque enmarca de
forma simultanea una distorsión en
lo político y en lo económico que
asolará el orden social en todo el planeta; en consecuencia es necesario para
el análisis separa el pensamiento
político de lo económico con miras
a la
construcción de una agenda de grandes y necesarias transformaciones que
aseguren la permanencia en el conglomerado llamado “Sistema de naciones”.
Todos los factores están unido a una posible catástrofe: Lo
político a su gente y los pueblos, lo económico a la cantidad requerida de
recursos y su apropiación, y la competencia al mínimo desarrollo de cada país
para restar subordinación y ocupar posición en la estructura social
internacional; así, en el cruce de estos factores, los más fuertes seguirán
firmes en el orden que reine y los menos serán realmente afectados. En esto no deben caber dudas.
La quebrantada primera economía del planeta, Estados Unidos
de Norteamérica vive hoy perturbaciones de alta intensidad para el orden
interno, por ser una sociedad frágil que evitó el mestizaje y construyó una
civilización sobre la violencia del poder, el genocidio de nativos y la
esclavitud; allí su expresión. También es de acertada interpretación que los
acontecimientos que se desarrollan abren una oportunidad a la cúpula bancaria,
financiera y liberal (demócrata) para destronar las pretensiones de una élite
empresarial bolsista (republicana) que configura un nuevo orden económico para
el periodo “post pandemia” y por eso su obligada reelección. El COVID-19 para
la fecha alista 110.000 muertos en este país de las 380 mil en el mundo, la
compra de armas se incrementa en un 30%, el desempleo supera los 45 millones de
ciudadanos, se caen las principales Bolsas de Valores y entra su economía en un
periodo de recesión que supera cualquier evento parecido en toda su historia;
esto afectará al planeta entero por ser la economía una estructura globalizada.
Cabe destacar que EE. UU requerirá mayor cantidad de
recursos de los antes consumidos para poder apalancar su actividad económica y
competir con una República Popular de China que por ser fabricante de medios de
producción y competitiva lleva un paso avasallante en el control total del
mercado mundial de productos de alta rotación; este fenómeno hará del sistema
de naciones más incisivo y especialmente a los Estados Unidos de Norteamérica
más agresivo con relación Venezuela.
Ante la realidad por venir, debemos tomar en cuenta que el
factor que más afecta y en especial los países menos desarrollados es, no haber
comprendido que la “Sociedad Internacional”, su sistema, descansa en la
sociedad de productos y por eso debemos convertirnos en una sociedad productora
de producto, y que para esto es obligatorio ir a la fabricación de medios de
producción. El análisis real y la totalidad concreta internacional para esta
materia lo señala: Japón, China, Vietnam, Israel, Australia, Alemania, EE. UU,
Canadá, Suiza, Italia y Bélgica, entre otros, lo entendieron hace décadas y por
eso son sociedades avanzadas en comparación con la nuestra; la mayor
vulnerabilidad es la dependencia en herramientas, instrumentos y tecnología que
a su vez se refleja en la subordinación ante los demás actores del sistema.
El análisis respecto a Irán país petrolero y el apoyo con el
combustible a Venezuela, su resistencia ante un bloqueo de más de diez años
obedece a que fabrica medios de producción; por eso nuestra orientación debe
ser que iniciemos con la fabricación de los más primitivos: machetes, picos, palas,
martillos o escardillas, solo
transformando nuestro acero, nuestros
metales para cubrir el mercado interno en la industria ferretera y luego para
la apertura de los mercados e inicio del difícil periodo “post pandemia”
podamos tener algunas herramientas para producir o por lo menos restar
dependencia en estos rubros.
Obligados estamos a estudiar de China el desarrollo en los
últimos 40 años (Deng Xiaoping, 1978), ¿qué hicieron? Se partió de un marco
teórico industrial que definió con mayor énfasis el pensamiento económico sin
descuidar el político, e inicio un proceso de fabricación de instrumentos y
herramientas primarias, así fue incorporando ítems que se requerían para la
industria ferretera y la construcción de máquinas para la generación de productos;
hoy controla más del 65% del mercado mundial de productos de alta rotación,
descubrió que el Sistema Internacional es una sociedad de producto.
Taiwán, su historia e importancia no
supera una simple ubicación geográfica y esto no impidió que creara un sistema
productivo industrial competitivo; Vietnam, gracias a su cambio de paradigma
hoy es el núcleo central de producción de la Asociación de Naciones del Sur
Oeste Asiático “ASEAN” unión con capacidad para producir el 8% de esos
productos de alta rotación que se consumen en el mundo, siendo sus integrantes:
Camboya, Laos, Birmania, Malasia,
Filipinas, Indonesia que es miembro de la OPEP y Singapur;
esto nos lleva a formular la gran pregunta: ¿Es el asiático, en su base
productiva más capaz que la estructura laboral venezolana? Es solo cambiar el
paradigma dentro del marco de la revolución.
Sabemos que la industria petrolera causo el impacto y diseñó
la Venezuela de hoy; cuando se produce ese impacto surge la necesidad de
taladros, de bombas centrifugas, turbinas, calibradores, esmeriladores,
cinceles, candados, equipos para soldar
y siempre con el acero en nuestro
poder; surge nuevamente una gran pregunta ¿Porque para el momento de ese
impacto no se hizo sentir, instalando industrias, produciendo estos productos
tanto para la industria, el mercado interno como para la exportación? o ¿
Porque el país quedo viendo el progreso y el nuevo frente de consumo, sin saber
que estos instrumentos los necesitaríamos todos los tiempos futuros.
Hoy casi todos los productos de ferretería son de tecnología
abierta; ósea, cada país los desarrolla
y es un tema de analizar la ausencia de competitividad que genera subordinación
en la interacción internacional. En el espacio regional podemos señalar a México
y Brasil, son productores de estos rubros y hoy presentan, aunque tengan mayor
nivel de contagio del COVID-19, mejores condiciones para enfrentar el periodo
“post pandemia” con el seguro declive de la economía mundial. Un país sin herramientas, equipos y maquinas
no se puede desarrollar, los indicadores macro y micro económicos usados para
determinar los comportamientos de todos los países del mundo obedecen a la
fabricación de medios de producción y ningún informe lo señala.
Si Venezuela dejara de importar los miles de millones de
dólares que se importan anualmente, y lo invertimos en cumplir las fases para
la fabricación de medios de producción y generar productos cien por ciento
venezolanos, estaríamos produciendo más de 100 millones de dólares distintos a
los imputables a la Renta Petrolera, un bloqueo como el que experimentamos nos
afectara menos. Es hoy, con la pandemia, con el mercado mundial paralizado, con
la caída de los precios del petróleo, con la baja producción y con las
necesidades que van surgiendo producto de la recesión económica mundial que
debemos promover la fabricación de medios de producción, no hay otra salida.
carlosellis1@gmail.com
Excelente artículo mis amigos.
ResponderEliminarAllí esta claramente explicado para que pueda despegar toda Latinoamérica.
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