Por Jorge Aniceto Molinari:
Hoy los
medios técnicos permiten hacerlo a la distancia, (por lo del coronavirus).
Esta
parecería ser la consigna que debería primar en toda la humanidad. Se necesitan
respuestas económicas, sociales, políticas…….
A mí,
modesto militante político y sindical de toda la vida, me parecen tan simples
que parece estúpido que no ocurra. Y que figuras universales de todas las
disciplinas no estén preocupadas por ello.
El costo en
vidas humanas, y en sacrificios colectivos por efectos del coronavirus pueden
ser muy grandes, pero más grande aún es el desequilibrio en el enorme aparato
económico de la humanidad.
Es cierto
las medidas de prevención que la humanidad tiene a su alcance aún no se toman
masivamente, como, por ejemplo: que cada ser humano por el hecho de serlo tenga
una historia clínica digital y al cual se le haga en determinados periodos de
tiempo un examen que es económico y no invasivo que permite saber las
enfermedades ya contraídas y las que pudiera contraer. Lo del coronavirus va a
servir de experiencia.
Tal vez no
se hacen por la misma razón por la que hoy billones de dólares no se aplican al
desarrollo de la atención de las necesidades humanas, por la única razón de que
ya dentro de la predominancia del modo de producción capitalista no son
rentables.
¿Y si hoy
tuviéramos la fuerza de una voluntad política organizada que determinara el fin
de esa predominancia? ¿Qué pasaría?
Los
instrumentos existen: Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial……, las
herramientas también: unidad monetaria universal, sistema impositivo basado en
la circulación del dinero, haciendo inválida cualquier transacción que no
estuviera registrada donde la sociedad democráticamente lo dispusiera. Daríamos
así muerte a los paraísos fiscales y a los sistemas impositivos basados en el
consumo, los salarios y las pensiones.
Esos
inmensos fondos administrados con criterios de eficiencia y correctamente
administrados con el control democrático de la sociedad pueden ser
inmediatamente aplicados, a la salud, a la educación, a la atención social, al
desarrollo del propio aparato productivo, afectado en gran parte por el
informalismo y el trabajo innecesario e improductivo.
Me defino
como un ser humano de izquierda que se orienta con el pensamiento de maestros
como Marx, Engels, Lenin, en cuyas obras hay análisis que tienen plena validez
para esta etapa de la crisis del capitalismo.
Pero me
duela la desorientación y el despiste que existe hoy en lo que llamamos
izquierda. No ven las enormes posibilidades que tiene la humanidad de pegar un
salto gigantesco, ni bien la actividad económica se libere de las trabas que el
impone un modo de producción cuya predominancia está llegando al fin.
No estoy
hablando del fin del capitalismo, como la revolución francesa no fue el fin del
feudalismo, no estoy hablando de estatizar la economía como hizo el stalinismo
deformando las concepciones revolucionarias.
Estoy
hablando de una reorganización de toda la economía, sobre la base del control
social. No creo que sea sencillo hay que respetar las costumbres, las
nacionalidades, pero el mundo tiene los instrumentos y los seres humanos
preparados para hacerlo y aún con mis años tengo la esperanza de poder verlo.
sipagola@adinet.com.uy
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