Por Tony López R.:
El establecimiento colombiano siempre se ha llenado la boca
para autoproclamarse que ellos son la “democracia” más antigua de América
Latina y el país de las Leyes. La
realidad siempre ha sido otra, no voy a remontarme a las primeras décadas del
pasado siglo. Solo resumiré los graves y serios problemas políticos, sociales y
económicos, que comenzaron en 1946, con el gobierno conservador y autoritario
de Mariano Ospina Pérez.
La interna del Partido Liberal en esos primeros años de la
década del 40, entró en un debate para la elección del candidato a la
presidencia de la República, el sector renovador apoyaba a Gabriel Turbay
Turbay, mientras los sectores populares, progresista y revolucionarios,
apoyaban a su líder, Jorge Eliecer Gaitán, un error político de la izquierda
colombiana, encabezada por el Partido Comunista, que apoyó a Turbay contribuyó al triunfo de Ospina Pérez.
El conflicto social y armado en Colombia, tiene su punto de
partida, en ese triste y sangriento proceso, que dejó cerca de 300 mil muertos,
entre 1946/58. La oligarquía
fascistoide que gobierna actualmente en Colombia, pretende borrar los crímenes
cometidos por “pájaros y chulavitas” y cobardemente esconder el horrendo crimen
político cometido contra Jorge Eliecer Gaitán, el imperialismo y la oligarquía
de la época, no podían permitir que Gaitán, asumiera la presidencia de
Colombia.
Su pensamiento político en defensa de los intereses
populares, bolivariano y antimperialista, eran contrarios a los de la
oligarquía liberal-conservadora santanderista y por esa poderosa razón, ese
gran líder político, que unía a su pueblo, no podía llegar a ocupar la
presidencia, ordenaron su asesinato e impusieron la guerra interna de
exterminio, como lo hicieron después, con la Unión Patriótica y lo hacen hoy,
con el inerme pueblo colombiano, representados en líderes y lideresas sociales,
indígenas y afrodescendientes y desmovilizados de las FARC-EP.
Aún hoy, no se conoce de medidas, ni acciones legales,
tomadas contra los máximos responsables de aquellos crímenes, la justicia
brilla por su ausencia, y lo que es peor aún, los actuales responsables de
llevar a cabo las investigaciones de carácter históricas, profundizar y dar a
conocer todo lo sucedido, pretenden esconder los criminales hechos contra la sociedad
colombiana.
El Centro Nacional de
Memoria Histórica, ha caído en manos, por decisión del Gobierno de Iván Duque,
en un inescrupuloso e irresponsable funcionario, que niega la existencia del
conflicto social y armado interno en Colombia, obviamente siguiendo las pautas
del defensor de esa tesis, el
expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien quieren borrar la memoria de Jorge
Eliecer Gaitán un verdadero héroe de su pueblo, gestor de una doctrina de
independencia, igualdad, desarrollo, bienestar y paz y que debe ser
conocida por la juventud de hoy.
Esta decisión no es por ingenuidad, NO, es que se quiere
borrar la historia de los últimos 75 años, que incluyó, la barbarie de 1946 al
53, culminada momentáneamente, por el golpe de Estado, el 13 de junio de
ese año, por el Comandante en Jefe de
las Fuerzas Militares el Teniente general Gustavo Rojas Pinillas, quien
prometió a las guerrillas comunistas y liberales que combatían al gobierno
Conservador, en protesta por el asesinato de Gaitán, que había llegado al poder
para buscar la paz.
Fue así como comisionó al General Duarte Blum de que
conversara con las guerrillas liberales que se encontraban bajo el mando del
Eduardo Franco Isaza y Guadalupe Salcedo, y buscara un acuerdo de paz, este
convenció a sus jefes y esa guerrilla la mejor armada en Colombia, entregó sus
armas, con muchas promesas, pero a cambio de nada, y no tardaron mucho en que
comenzaran a matar a los desmovilizados y los acuerdos fueron incumplidos. Nada
diferente a lo que sucede hoy con los desmovilizados de las FARC-EP.
Pocos meses duró la tranquilidad, se vino el gran
descontento popular y de nuevo se activaron
en 1955 las guerrillas comunistas en Villarrica, departamento del Tolima
y en el Sumapaz.
Por cierto, aún está
por aclarar, quienes fueron los autores intelectuales del asesinato del líder
guerrillero liberal Guadalupe Salcedo, víctima de un engaño, llevado a Bogotá,
con cantos de sirenas y terminó asesinado en extrañas circunstancias, luego de
haber pactado con el gobierno dictatorial y su representante el general Duarte
Blum.
No es de la conformación del Frente Nacional, surgido del
pacto liberal-conservador en 1958, luego de la firma del liberal Alberto Lleras
Camargo y el conservador Laureano Gómez, en Cataluña, España, de donde debe
partirse a explicar, el conflicto social y armado interno, esa es una artimaña
maniquea, y el propósito de ocultar la verdadera historia de los horrores de la
supuesta “democracia” colombiana.
Más bien hay que reflejar que durante los gobiernos del
Frente Nacional, violando la Constitución del 1886, se aceptó el ingreso de las
Fuerzas Militares estadounidense, bajo el llamado plan LASO, y su participación
en la “Operación Soberania” cuyo objetivo militar fue combatir a los heroicos
campesinos alzados en armas en Marquetalia. Operación que fue una bochornosa
derrota política y militar para el gobierno del presidente Guillermo León
Valencia y provocó el nacimiento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias
Colombianas, el 27 de mayo de 1964, bajo la conducción del comandante Pedro
Antonio Marín, luego conocido como Manuel Marulanda Vélez. (Continuara)
(*) Periodista, politólogo y analista internacional.
jorgarcia726@gmail.com
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