Por Rolando
Prudencio Briancon:
Parabólicamente
la pandemia de coronavirus ha puesto al mundo, como diría Galeano: Patas
Arriba.
Y es que
aquel glamoroso mundo globalizado que tomó un rumboso rumbo en la década de los
90, proclamando el Fin de la Historia y el triunfo del Mercado, sirvió a la vez
para arreciar el aislamiento contra Cuba, vigente hasta hoy.
Esta medida
que, siendo impuesta desde octubre de 1960, fue desde 1992 -época del auge de
la globalización- que adquirió el carácter de ley, que está vigente hasta el
día de hoy; y que además está acompañada por otras leyes como la Ley
Helms-Burton Acta, la cual implementó la imposibilidad de que ciudadanos
estadounidenses hagan negocios dentro de Cuba, o con su gobierno.
Posteriormente hubo otras medidas impulsadas por Clinton que prohibían a
filiales extranjeras de compañías estadounidenses comerciar con Cuba por montos
superiores a 700 millones anuales. O sea, un bloqueo siniestro y sistemático
que es parte de la política imperial yanqui.
Pero Cuba
aislada ha sabido arreglárselas siempre sola, y aunque contando con el
testimonial apoyo de casi la totalidad de los países miembros de la ONU
-exceptuando obviamente EE.UU., e Israel, junto algún otro protectorado pro
yanqui- que año tras año han votado a favor del levantamiento del embargo
estadounidense; nunca Cuba ha dejado de cumplir con los deberes de su mística
revolucionaria, la misma que trascienden incluso este inhumano y brutal
bloqueo, que no ha hecho más que endurecer su espíritu revolucionario y mostrar
la verdadera esencia de su razón de ser, como es no sólo la prédica sino la
práctica de los valores revolucionarios, como es la Solidaridad
Internacionalista y Humanista, y que es lo que palpamos hoy estos días.
Es en ese
sentido que a partir de la pandemia del coronavirus pareciera que un parteaguas
histórico está abriendo un nuevo ciclo para la humanidad, que como siempre, en
un momento multidimensional de crisis -como éste-necesita de paradigmas, de
referentes, de ejemplos que reorienten su accionar, su modo de comportarse
frente al mundo y sus emergencias. Y es entonces cuando Cuba emerge con su
ejemplo como faro para fundar en otros valores las relaciones entre Estado,
Sociedad y Humanidad.
Así es como
hoy a Cuba la tenemos; no sólo atendiendo la pandemia del coronavirus COVID 19;
ya sea enviando a países como Italia, España y Nicaragua -principalmente- a las
brigadas de médicos cubanos para atender con la vacuna del Interferón alfa B2,
producida en la Planta chino-cubana de Chang-Heber, en la provincia china de
Jilin; sino que además Cuba ha abierto -o si prefieren roto el Bloqueo- sus
fronteras para permitir que el crucero británico MS Braemar de compañía
británica Fred Olsen Cruise Lines, atraque con 1073 pasajeros en las costas
cubanas, entre los cuales existen varios pasajeros infectados con coronavirus,
después de permanecer anclados a 40 Ks., en Freeporten Gran Bahamas, y después
además que Barbados negara el atraque el jueves, y Bahamas el viernes.
Vale decir
que Cuba; ésa pequeña aislada y calumniada isla, lo que está haciendo es
¡romper el Bloqueo!, y sin pedirle permiso a nadie que es lo que el resto de
los países del planeta -incluidas las superpotencias- no se han atrevido
hacerlo ante las absolutistas órdenes del imperio yanqui de mantenerla aislada.
Así que
parece ser que llegó; tal vez no el momento de poner el mundo patas arriba,
sino de poner en su justo medio a la humanidad en lo que hace a su condición
solidaria de ser humano, y no aquella de convertirse en: Hombre lobo del hombre
prudenprusiano@gmail.com
totalmente de acuerdo con este articulo , hasta la victoria siempre
ResponderEliminarBien, como lo dice usted, ni las grandes naciones han podido lograr romper el bloqueo contra Cuba y que sola lo haya logrado. Esto me trae el recuerdo, de unas revista Cubanas, donde se puede observar a ciudadanos Estadounidenses estudiando medicina en esa pequeña isla, pero grande en solidaridad . CUBA SIEMPRE CUBA. Gracias por sus paginas de de opinión. SALUDOS
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