Por Jesús Sotillo Bolívar:
La falsedad
es tan antigua como el árbol del Edén. Orson Welles
Las
pandemias son tan viejas como la misma humanidad. En diferentes épocas de la
historia pueden apreciarse estos brotes de enfermedades que generan pánico y
que ponen en evidencia la crisis existencial de los seres humanos que frente al
temor de la muerte buscan explicaciones fantasiosas y generalmente, como ha
sucedió tiene sesgos raciales y crasa ignorancia.
Hace mucho
tiempo en mis inicios de estudios universitarios, el Profesor Pablo Troncone,
metodólogo, profesor de la Escuela de Trabajo Social de la UCV (qepd), gran
amigo y asesor, me dijo, te traje un libro, quiero que lo leas. Hoy no recuerdo
el autor, pero si el nombre del texto, que me impresionó: La Historia del
Microbio.
El autor
relataba como a través de la historia de la humanidad los microbios generaban
un sin número de enfermedades, mortales muchas de ellas, que al no tener curas
oportunas por la ciencia a la sazón, se les buscaba todo tipo de explicaciones
y causales que vista retrospectivamente, rayaban en lo absurdo.
Es así como
al Vomito Negro, a la denominada gripe española, la Viruela (Llevada por los
españoles que ocasionado la muerte de miles de indígenas en regiones
conquistadas), la Tuberculosis, la peste
negra (referida por Giovanni Boccaccio en El Decamerón y la mortandad que ocasionó
en Florencia Italia) Todas produjeron miles de muertes en diferentes partes del
mundo, se creía que su origen era sobre natural e incluso lo más grave, se
buscaban culpables en razas y en motivaciones religiosas.
En ese libro, se señala que muchas de estas
pandemias se le achacaban a los judíos, negros, amarillos y otros grupos
étnicos y religiosos, porque la humanidad no encontraba explicaciones
racionales para esos fenómenos.
En el marco
del pánico que se genera con situaciones tan calamitosas como esas, surgen los
profetas de siempre, los que ven señales de que el Apocalipsis se aproxima, el
mismísimo diablo en persona dirige las acciones de mortandad y otros hablan de
maldiciones bíblicas. Algunos incluso, hablan de Sodoma y Gomorra las ciudades que,
sumidas en la perdición, recibieron el castigo divino.
Esta
civilización, ya no es tal, dicen algunos, el mundo está perdido, nadie respeta
a nadie, la pederastia, los abusos sexuales, la matanza de ciudadanos
inocentes, las drogas y sus estragos; todas estas aberraciones, son señales de
que el fin del mundo se acerca y mutatis mutandi, regresan como un fantasma del
pasado las supersticiones medievales.
Lo cierto
es que esta nueva cepa denominada Cornavirus en un principio y luego por la
OMS, CONAVID-19. Mientras la ciencia investiga y busca el antídoto correspondiente,
está sirviendo como excusa para darle PARA darle matices políticos,
Ud. Ve, por
ejemplo, algún presidente, que, por la muerte de alguien por el Virus, toman la
televisión para reivindicarse y aunque en sus países hay muerte por ejemplo de
líderes sociales y luchadores por los derechos humanos, por centenares, ni
siquiera se investiga. Pero ellos, se colocan un tapabocas para no hablar de
esos casos y disfrazarse, poner rostro de preocupación ante las cámaras, cuando
la realidad es que poco les importa ser promotores de la violencia que genera
millones de muertos y migrantes de sus propios países.
En Europa,
por ejemplo, se han creado murallas, para negar el acceso a millones
inmigrantes, que muriéndose de hambre en sus países buscan tener una vida más
digna. Mueren familias completas en las llamadas pateras, pero no se hace un
plan mundial para mitigar estos problemas, que muchos de esos países han
generado precisamente por la acción colonialista e imperialista de los que
proponen murallas para contenerlos.
Mientras el
mundo entra en pánico por esta Pandemia, gobiernos que pretenden ser gendarmes
mundiales para usufrutuar la riqueza natural de otros, someten a otras
naciones, a regímenes sancionatorios, que le impide a los habitantes de esos
pueblos adquirí las medicinas más elementales para mitigar enfermedades
crónicas u ocasionales. Mientras Ud. Los ve por televisión o Tuitiando
mostrando sus condolencias y presentando caras de preocupación, que más bien
son muecas hipócritas, porque ellos y sus ejércitos matan a millones de
ciudadanos, más que cualquier virus.
Por
ejemplo, podríamos preguntarnos, ¿El Coronavirus ha matado más gente que las
bombas sobre Nagasaki e Hiroshima? ¿Cuántos muertos han producido las dos
guerras mundiales generadas en Europa? ¿Acaso los entendidos no hablan de 50
millones de muertos? ¿Cuántos mató Hitler, con el argumento de la raza aria
superior? ¿Cuántos muertos producen el Dengue y la Fiebre Amarilla? ¿Cuantos se
mueren de hambre en diversas regiones del orbe? No creo que haya virus más
letal en este mundo que la política perversa de algunos países, que, para el
confort de sus propias sociedades, no les importa invadir, colonizar a otros
pueblos y apoderarse de sus recursos naturales.
Si hay algo
por lo que luchar en la actualidad es contra la hipocresía
Profesor de
la UCV
jesussotillo45@gmail.com
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