Por Norma Estela Ferreyra:
Antes que nada, quiero decir que no soy médica y que lo que
voy a afirmar no involucra a todos los médicos y hablo en calidad de paciente
informada, de las que lee los prospectos de los laboratorios, a pesar de que
algunos profesionales de la salud,
suelen decir que no hagamos, sino que obedezcamos la palabra médica de
quien los receta.
Y gracias a que nací indagando la verdad sobre
cualquier cosa, no fui una paciente
fácil de llevar, sino que elegí a mis médicos por su comportamiento y es así
como tengo profesionales que admiro y
sigo al pie de la letra.
Desgraciadamente, estamos viviendo una época de
superpoblación y de un mercantilismo global, que quiere deshacerse de los que
menos tienen, o sea, de los que sobran, según sus expresiones mentales.
Vemos una inusitada violencia entre las personas, que cada
día se acrecienta. Tal vez, promovido por un automatismo que proviene de vivir
metido en las redes sociales y en los chat, por lo menos 8 horas por día,
porque quieren distraer nuestra inteligencia y volvernos bobos.
Hay hijos que se
aburren porque sus padres, están con el chat o el celular todo el tiempo, y
para divertirlos, les dan un dispositivo a ellos y al gato, de ser necesario, con tal de que
no los molesten. Claro que no ocurre esto con todas las personas, pero
sucede en gran cantidad de “hogares”,
donde lo que dicen los niños, es que “están aburridos”, para llamarles la
atención. Pero …nada sucede…a pesar de
que saben que el celular es nocivo para su salud y que su cerebro se irradia…pero el chat
suele ganar la partida
Y estas cosas no han ocurrido porque sí, las han ido metiendo de a poco y ahora
vivimos en una crisis de conductas enajenadas, casi imposible de superar. Pero
volvamos al negocio de la salud, que es el tema que quise traerles.
En Córdoba,
Argentina, lo que estoy experimentando es que la salud se ha convertido en un
negocio, desde hace ya varios años y
cada día esto se acrecienta más, a tal punto, que uno va con una mutual privada
a un hospital y es pasado por cuanta máquina hayan comprado, para investigar no
sé qué cosa de un simple resfriado sin fiebre.
Y lo más importante es que no lo acuestan en la camilla ni lo revisan ,
sino que sale de allí como disparado para que inmediatamente, le hagan varios
estudios y análisis. Uno podría pensar, que no está mal esoy que es bueno hacerse tantas cosas porque para eso paga una buena mutual.
Pero no es así, sabemos que una radiografía sin necesidad,
irradia y los aparatos que van a usar son casi siempre nocivos e innecesarios. Por otra parte, nuestra
preocupación, nos altera mucho y eso nos estresa y nos quita defensas durante
días, hasta que sabemos que no tenemos nada o que debemos operarnos de urgencia
de un cáncer, que está apenas iniciado.
Tengo algunos amigos que saltaron de la camilla al quirófano
sin que los dejaran pensar en nada. Pero
resulta que el cáncer, lejos de aminorar su marcha, con quimioterapias y rayos
aplicados, cada día avanza más en sus
porcentajes. Por lo tanto, los protocolos médicos, a veces, no van por buen
camino.
Lo mismo ocurre con las alergias, problemas cardíacos, donde
también saltan de la camilla al quirófano para colocarse un stend, sin que los
familiares, tengan tiempo de hacer una interconsulta.
¿Y esto porqué? Porque en todo negocio, hay que crear una
urgencia de compra. Así dicen los manuales del buen vendedor. Si voy a comprar
un auto y el cliente que se va, ya no vuelve y
lo compra en otro lugar. Y los médicos corruptos que viven de los
laboratorios, recetando lo que sea, para recibir un regalito, llámese viaje a
congresos o dinero en efectivo. Si tiene algún pariente visitador médico,
pregúntele. Por eso, dichos profesionales que viven de la salud, como si fuera
un negocio, enseguida sacan el recetario y atacan a los efectos y no investigan
las causas, que provocan la enfermedad.
Y si no me creen, pregúntenle el diagnóstico antes de
aceptar su receta. Y su cara tendrá una expresión de molestia. Por suerte,
muchos médicos escapan a este concepto general.
Por eso siempre tengan en cuenta, que, ante un diagnóstico
grave, aconsejo ir en busca de otro, a un hospital público, pero sin llevar los
estudios que le hicieron antes, o sea, como si fueran por primera vez. Y si
coinciden los diagnósticos, entonces decidimos qué hacer y adónde. O también,
pueden pedir una junta médica, buscando profesionales en otra clínica. No será
más costoso. Lo que vale es la vida, no el dinero.
La medicina hoy es un comercio y el paciente se convierte en
cliente. Y la palabra medicina
alternativa, cada día más, se impone con curas que ellos no van a reconocer
jamás.
Por suerte,
aún quedan profesionales de verdad, que salvarán la historia de ciencia médica.
Tuvimos en Argentina a un René Favaloro, que María Eugenia Vidal y Horacio
Rodríguez Larreta, no supieron valorar.
Pero hay más
profesionales como él, tomemos la costumbre de no ir a cualquiera, elijamos bien a nuestros
médicos.
normaef10@hotmail.com
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