Por Norma Ferreyra:
“Para la Argentina, que llueva mucho o nada en la zona más
fértil tiene precio: 6 mil millones de dólares. Visto de cerca, el paraíso de
la cosecha récord que salvará a una economía en crisis es una trampa. Las
jornadas inciertas, los riesgos de aspirar agrotóxicos y la falta de políticas
nacionales que garanticen una infraestructura a medida del principal polo
agroexportador de soja del mundo convierten el traslado de cereal en un duelo
entre transportistas, policías trasnochados, pungas, automovilistas y vecinos.
El cronista Ricardo Robins recorrió el gran Rosario para mostrar la otra cara
del maíz, el trigo y la soja, la de los camioneros que duermen al costado de la
ruta”. Esto expresaba el cronista en la revista de la Universidad de San Martin
“Anfibia” a principios de este año. (la foto es de la Revista)
Precisamente, estamos al final del nefasto mandato de
“Cambiemos”, donde se involucran la Coalición Cívica y la UCR., que son sus
cómplices. Hoy es alarmante, lo que ocurre en la ruta 12 desde donde un
particular, habla desde su celular y describe lo siguiente “Acá.. Ruta 12 en
Roldán. Santa Fe, hay kilómetros y kilómetros de camiones para vende su soja y
sus cereales, porque no quieren pagar aumentos de retenciones,-acá está la
prueba-dice el automovilista, que está el 3 de Diciembre de 2019, a un costado
de dicha ruta e indignado, repite que es para no colaborar con Alberto
Fernández cuando asuma.
Y yo le digo a ese señor que desde su indignación, se
comunica con todos nosotros, que no se preocupe, porque vamos a cambiar esta
historia negra de los “capos sojeros”, que se volvieron anti-argentinos, a
pesar de que sus hijos, también lo son. Vamos a tener que invertir en rutas
especiales, que no hizo nadie, para que los sojeros vayan por esa y no por
otras rutas, obstruyendo el paso a los demás ciudadanos que por allí, circulan.
Vamos a tener que evitar las muertes de los obreros del
campo por envenenamientos, ya sea trabajando
en el campo o en los transportes, por el exceso de agrotóxicos con que
mantienen semillas sin vender, mediante especulaciones financieras. Vamos a
tener que fumigar, sólo por empresas estatales, prohibiendo la venta de esos
fertilizantes y agrotóxicos en forma directa a la mafia del Agro, que parece
odiar a la Argentina y a su gente. Prohibirles que lo hagan ellos mismos, sin
respetar la vida humana. Regular la producción con semillas transgénicas, separando
la producción que alimentará a los argentinos con otras formas agrarias sin
venenos y con tierras bien nutridas.
Como ven, no es difícil. Deberemos llenar de Inspectores los
campos, para contabilizar las hectáreas cultivadas, con multas a las no
cultivadas, impidiéndoles la retención
de los cereales, para vender en
otras temporadas, totalmente sobrecargados de venenos, que perjudican a quienes
los cultivan y a los consumidores.
Contratar personal para análisis químicos, en los productos
que son para el consumo, desde que salen del campo. Con dichos controles, ya
salvamos la desocupación en la Argentina, donde el amo es el Agro y nosotros
sus víctimas. Tenemos que legislar sobre el trabajo de peones agrarios y
prohibirlo a los menores de edad. La indemnización a los muertos por efecto de
agrotóxicos, calificándolos como crímenes de lesa humanidad, con cárcel para
esos agro-explotadores, que odian a sus obreros, pero son los que les permiten
poder vivir con su familia, sin respirar tóxicos, en las ciudades y countries
de lujo.
Siempre pensé que esas fumigaciones, deben ser realizadas
por el Estado Provincial y con control Nacional, para evitar acomodos y coimas.
Las mismas deben ser seguras para no perjudicar la salud de obreros y
pobladores. Estos trabajos deberían ser abonados por quien vende el producto a
quien los realiza. Así los desocupados, tendrían una fuente de mucho trabajo y
bien remunerada. Y las retenciones agropecuarias serían menores.
Habrá resistencia, claro. Pero habrá que decomisar y
expropiar los cereales o los campos de
quienes se resistan, mediante debido proceso. Una reforma agraria, es de
esperar ante el desastre tóxico de la población y de los trabajadores, las
inundaciones, la infertilidad de la tierra etc. El pueblo deberá apoyar o
perecerá muy pronto de enfermedades producidas por su dejar hacer, sin
comprometerse con la vida propia y de su familia. Es ahora o nunca.
“En 2019, se estima que se harán 2,2 millones de viajes
(unos 650 mil más que en 2018 en el gran Rosario).
Ahora veamos algunos muertos: el domingo 24 de marzo le tocó el turno de
descargar a Víctor Cáceres, un joven cordobés de 30 años, en la playa que la
gigante china Cofco tiene en Timbúes. Como el chofer de Villa María no aparecía
con su camión Iveco rojo lo fue a buscar el personal de seguridad de la planta.
Lo encontraron a las cinco de la madrugada dentro de la cabina, sin vida.
Prefectura dio la primera versión oficial de lo ocurrido. Despejó rápido
cualquier sospecha. Descartó que se haya tratado de un hecho por intoxicación
con fosfina (un agrotóxico). El caso se catalogó como “muerte súbita sin signos
de criminalidad”, según el informe de esa fuerza federal y el de Fiscalía de la
provincia. La semana anterior, el lunes 18 de marzo, murió Hugo Domingo
Pelandino, de 63 años, en la playa de Molinos Agro, en San Lorenzo. Otro
cordobés, de Colonia Castellanos. Mientras esperaba, vio que su camión se
desplazaba y cuando corrió para subirse terminó aplastado, informó el sitio
regional Infomasnoticias.com. El domingo 24 de marzo, Gatti, un chofer de 49
años, entró a la playa de Cofco en Timbúes a las cinco de la madrugada con su
Mercedes Benz 1114 rojo modelo 1972. Se despabiló con las luces de una
ambulancia, unos metros adelante. se corrió la bola que había sido por el
veneno que le ponen al maíz. Gatti no conocía a la víctima, eso le contaron
unos compañero. La fosfina es un gas que se desprende de una pastilla (de
fosfuro de aluminio) que le agregan a las cargas para matar a insectos y
plagas. Aunque ese tóxico de banda roja (muy peligroso) está prohibido hace
años, algunos cerealistas todavía lo usan, dicen los choferes. Si sus cargas
llegan con bichos a los puertos pueden ser
rechazadas.
Visto de cerca, el paraíso de
la cosecha de los millones de dólares que salvará a una economía desértica, ese
asis de cereales que la pampa húmeda ofrece al mundo como un fruto divino, es
un infierno de camiones gigantes y sucios, choferes enojados y desbordados,
policías trasnochados, trabajadores muertos, putas lúgubres, sombras al acecho
y tierra que se levanta, se cuela entre los dientes y no deja ver el
horizonte”. (Todos estos datos fueron sacados de la revista Anfibia y el
cronista Robins)
Otro medio, llamado “El Cronista” dijo: “El campo adelanta ventas por 6.600
millones de dólares” y debemos pensar
que es por temor al aumento de retenciones del nuevo gobierno y también lo sugiere sobre las ventas futuras.
https://www.cronista.com/economiapolitica/Temor-por-retenciones-el-campo-adelanta-ventas-por-mas-de-us-6600-millones-20191117-0017.html?utm_source=ecc_nota&utm_medium=cms&utm_campaign=refresh
Como dije, deberemos propiciar una reforma agraria para
cambiar todo este desastre, dejado por Macri.
normaef10@hotmail.com
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