Por Jorge Aniceto Molinari:
Se perfila como novedad un gobierno en España del PSOE y
Podemos. Se están discutiendo cargos lo cual no es novedad, pero la
preocupación es que programa para España y ahora ya con eso no alcanza, es
necesario avanzar en un programa para el mundo.
No somos optimistas, ahora la situación va agregando cada
vez más ingredientes en la crisis en un mundo cuyo gobierno y en la pugna está
en manos de los cuerpos gerenciales de los conglomerados empresariales
multinacionales, sus instrumentos para aplicar su política a los Estados son el
Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Es una dictadura por ahora no
cuestionada y donde todo lo demás viene por añadidura.
Tal vez la historia nos esté reservando novedades, son
demasiados los ingredientes que se le vienen poniendo a la olla de la crisis,
para que de ella la humanidad no saque enseñanzas para avanzar.
Y porque no, desde España, desde Uruguay; miren lo que está
pasando en Bolivia, todo el odio de clase al desnudo como que hubiera estado
escondido por la afrenta que para ellos significaba que un “Indio” fuera
Presidente, con el apoyo del pueblo.
Hasta la sociedad en EE.UU. parece más tolerante luego del
gobierno de Obama, ahora el problema sigue siendo el mismo: ¿cuál es el
programa que necesitamos para abordar la crisis y sus consecuencias?
La derecha lo quiere todo aunque no sabe para que, en el
poder se siente segura, en Venezuela ganaron una elección entre más de 10 (la
abstención de la izquierda fue notoria), en Bolivia aún con crecimiento
económico importante, Evo dio un paso en falso, y fuera, sus mayorías no
califican en el mercado capitalista. Recordemos que su derrota en la propuesta
constitucional de continuidad fue precedida de una campaña de prensa, sucia
sobre su moralidad, que luego se demostró falsa.
Un amigo me escribe coincidiendo con mis enfoques, pero me
señala que insisto con la revolución bolchevique que está fuera del
conocimiento de las generaciones actuales.
Tal vez tenga razón en que me faltan elementos en el
desarrollo, y que no explique suficientemente en que, todos los cambios
sociales para afirmarse necesitan de la teoría y del conocimiento profundo de
la realidad. En 1917 llegó en plena crisis al poder, un partido que tenía toda
una estructura ideológica que no la enarbolaba como dogma sino como guía para
la acción y a su vez la enriquecía permanentemente con nuevos textos. Eso se
cortó en 1924 y aún hoy la humanidad lo sufre porque no ha podido reemplazarlo
y continuar la tarea de elaboración que es lo que hoy necesitamos imperiosamente.
Hoy la crisis irreversible de la predominancia del modo de producción
capitalista y abarca a todo el planeta.
Los partidos actuales, todos, elaboran programas para su
país como si el resto del mundo no existiera y no fuera determinante.
Sin embargo, el propio Marx tenía una respuesta para esta
interrogante:
“… El conjunto de las relaciones de producción forma la
estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se eleva un
edificio (Uberbau) jurídico y político y a la que corresponden determinadas
formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material
determina (bedingen) el proceso de la vida social, política y espiritual en
general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino por el
contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”.
Esta estructura económica es hoy ecuménica. De eso la
conciencia social ha comenzado a tomar nota y necesita tiempo y experiencia
para conformar la voluntad política necesaria para avanzar.
Estamos en presencia de una crisis irreversible de la
predominancia del modo de producción capitalista y no solo necesitamos que su
muerte sea en paz, sino que sea reconocida como tal.
Cuánto ha costado en términos de desarrollo de la economía,
que se entendiera que tal como venía el desarrollo económico de la humanidad,
el capitalismo que conociera uno de sus centros de mayor desarrollo en el Reino
Unido, necesitó en una determinada etapa construir un nuevo centro sobre la
base en gran parte de la herencia cultural del propio Reino Unido en EE.UU.,
rica en luchas sociales y la aplicación de todos los avances de la tecnología,
recordemos el rol del ferrocarril en medio de la guerra civil en la
construcción de la unidad nacional.
Similitud en la utilización de ferrocarril para construir el
ejército rojo, y la propia unidad de la Unión Soviética sobre esa base en medio
de la guerra civil.
La vida hacía añicos la teoría del súper imperialismo y daba
la razón a los análisis de Lenin.
Sin embargo, la vida iba a depararnos nuevas vueltas, EE.UU.
comandaba el libre mercado en el mundo, y a la vez la Unión Soviética, luego de
la derrota de Lenin, se convertía en el modelo alternativo al capitalismo que
se esboza desde un capitalismo de estado y se amuralla.
Renacía nuevamente la teoría del súper imperialismo. Y otra
vez la vida no solo que da por tierra con esta teoría, sino que nos hace vivir
hoy la paradoja en la construcción de un nuevo centro predominante del
capitalismo mundial en China y su entorno, gobernada esta por el Partido Comunista
y liderando el libre comercio mundial.
El ministro del área en el gobierno Bolsonaro de Brasil
acaba de informar –no ocultando su satisfacción- que ese país va a firmar un
tratado de libre comercio con China. Cosas vedere Sancho, le haría decir don Miguel
de Cervantes a don Quijote.
Y por si esto fuera poco es EE.UU. ahora el que se amuralla,
y no son pocos los izquierdistas que sueñan en el mundo con sus propias
murallas con el objetivo de desarrollos nacionales.
“El modo de producción de la vida material determina
(bedingen) el proceso de la vida
social”. El proceso de la economía china y su entorno necesariamente luego de
su auge va a conocer la necesidad de planificar su vida posterior, se pondrá en
juego en el nuevo centro del capitalismo la capacidad de los comunistas para
rectificar una compresión de los fenómenos sociales luego de la derrota de
Lenin, que no ha permitido comprender en su plenitud el pensamiento de los
maestros y frenó por todo un período la compresión de los fenómenos que estábamos
viviendo.
Tal vez lo que ha costado pasar de los límites nacionales a
los internacionales, para elaborar respuestas en beneficio de la gente. Hoy
todavía los comunistas y los socialistas son nacionales. La literatura sobre la
derrota de Lenin en 1924, es aún muy escasa, en el Uruguay tenemos el
privilegio de tener un texto de José Batlle y Ordoñez sobre el tema.
Sin embargo, la tarea central para procesar este cambio aún
no está planificada – falta la voluntad política que lo realice- y es nada más
ni nada menos que la toma del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional
para imponer un cambio sustancial en su política, que necesitará de dos
herramientas primarias para poder ser aplicada: la moneda y los impuestos.
Ahora creo entender que está pasando con quienes leen mis
notas: Toda la vida se basaron en la idea de que socialismo es propiedad
estatizada, y que alguien venga y les diga que eso es un error, que el
socialismo se construye no creando un modelo alternativo al capitalismo sino
desarrollando este hasta sus límites, para luego ayudar a que su predominancia
muera en paz y se comience a planificar la economía con un carácter mundial y
sobre la base de una moneda única universal y que los impuestos que la sociedad
necesita para abordar las necesidades de este etapa deben provenir de la propia
circulación del dinero, dando muerte a los paraísos fiscales y haciendo no
válida toda transacción que no esté debidamente registrada en los instrumentos
que la sociedad democráticamente determine.
No desconocemos que, en toda una etapa de la historia, el
Estado cumplió una función y muchas veces fue el escudo de los débiles, cuando
los débiles pudieron hacerse fuertes para defender sus derechos, ahora siempre
fue un medio y no un fin en sí mismo.
No renegamos de ninguno de los programas nacionales que en
su momento reivindicó la izquierda en la lucha de clases, si aportamos que
estos tenían y tiene un período a cumplir que hoy necesita de una perspectiva
superior.
Y nos hacemos cargo, ahora que está de modo decir que uno se
hace cargo, de todos los errores cometidos en el capitalismo de estado con el
objetivo de contribuir a liberar a la sociedad de las consecuencias de la
explotación capitalista. De lo que no nos hacemos cargo es de convertir esas
acciones en la teoría necesaria para superar la etapa capitalista de la
sociedad, y menos de emparentarla con las ideas que en su momento desarrollaron
los maestros. Y menos aun de la corrupción y de los crímenes que se cometieron
en nombre de los ideales revolucionarios.
La vuelta a esas ideas es lo que nos permite pensar que un
mundo mejor es posible.
sipagola@adinet.com.uy
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