Por Carlos Pérez Morales:
La República de Panamá y su canal geoestratégico está siendo
víctima de la guerra comercial desatada por el presidente de Estados Unidos,
Donald Trump, contra la República Popular de China. Esta "guerra arancelaria" ha traído
como resultado el alza de los precios de los productos estadounidenses en China
y viceversa. Como resultado ha disminuido el comercio entre ambos países. También ha impulsado las tensiones políticas
existentes entre ambos países.
Esta situación ha impactado varios países. Panamá es uno de ellos. El gobierno de Juan Carlos Valera en Panamá
rompió sorpresivamente relaciones diplomáticas con Taiwán y reconoció como
legítimo representante de esa nación a la República Popular de China. Esta acción trajo como resultado un
gigantesco incremento de las inversiones chinas en Panamá. Aunque ambos países
no mantuvieran relaciones diplomáticas, si tenían amplias relaciones
comerciales. De hecho, China es el
segundo usuario más importante del Canal de Panamá y el primer proveedor de
mercancías de la Zona Libre de Colón. También los puertos terminales del Canal
son administrados por una compañía china: la Hutchinson- Whampoa.
China suma ya inversiones valoradas en $2.500 millones de
dólares en Panamá, entre ellas, la terminal de cruceros y el nuevo centro de
convenciones de Amador (en la capital) y el cuarto puente sobre el Canal
El Secretario de Estado de Estados Unidos Mike Pompeo,
manifestó el gran descontento y preocupación de ese país por el incremento en
las inversiones chinas en Panamá. Pompeo señaló “que las empresas estatales
chinas se muestran de una manera no transparente, no dirigida por las fuerzas
del mercado y diseñada no para beneficiar al pueblo de Panamá, sino al pueblo
chino”. En declaraciones a The New York Times, el secretario de Estado llegó a
calificar de “depredadora” la actividad económica china, A Washington, no le gusta nada la creciente
presencia inversora de Pekín en el Istmo. Pero no parece que el gigante
asiático tenga intención de revertir sus planes, en los que Panamá aparece como
un potente centro estratégico desde el que dirigir sus negocios en América
Latina. (El País, 3 de mayo de 2019).
El gobierno chino tiene tres prioridades en el Istmo:
aumentar la presencia empresarial, incrementar su papel inversor y consolidar
Panamá como centro logístico. ,
Mike Pompeo, preocupado de que Panamá pudiera convertirse en
una cabeza de playa debido a la creciente influencia económica china en el
hemisferio occidental, enfatizó que los panameños deben ser cautelosos al
considerar los lazos comerciales con China.
Mientras tanto, funcionarios de alto nivel del gobierno de
Panamá defienden su gestión con China. "Nos convertiremos en la puerta de
entrada de los productos chinos a Latinoamérica", dijo el ministro de
comercio, Augusto Arosemena a The Guardian. "Creo que Panamá será un
ejemplo de cómo los países más pequeños pueden negociar con China".
No es raro que estos sucesos estén ocurriendo. La razón de
toda esta situación desatada por Estados Unidos, es su temor a perder su
hegemonía mundial frente a China.
Analista Geopolítico
carlosperezmorales@hotmail.com
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