Por Jorge Pedro Zabalza:
¿Por qué los paramilitares de Uribe no han tomado una de las
ciudades del lago de Maracaibo o del golfo de Venezuela? La posesión de un
enclave en esa zona revestiría de carácter bélico la intervención de los EEUU,
daría la seriedad que no tiene a la proclamación de Guaidó y dejaría enredados
en un laberinto de indecisiones a China y Rusia. Aunque lo deseaban de corazón,
Trump y sus mayordomos criollos no se atrevieron a concretar una maniobra de
ese tipo: carecen de fuerza dentro de Venezuela. Ni pueblo organizado ni
militares obedientes. Nadie se prestó a ser carne de cañón de sus intereses. Su
operación política terminó en trasladar la guerra al escenario de la retórica,
el de la OEA y el Consejo de Seguridad y ahí también perdieron, en la batalla
de los discursos y las amenazas.
En la Venezuela donde irrumpió Guaidó no existe vacío de
poder que sirva para justificar jurídicamente su payasada. Hay una guerra por
el poder: las corporaciones multinacionales o, lo que es lo mismo, su portavoz
Trump, quieren arrebatar el poder cívico militar a Madura. Es más que la lucha
por adueñarse del mar de petróleo, del litio y el oro, en Venezuela se dirime
la cuestión del poder para toda América La Pobre. La ofensiva del imperio
reviste también un carácter simbólico, como lo fue el derrocamiento y muerte de
Allende.
Esa perspectiva de guerra civil vuelve más relevante el
papel del entramado social y político donde radica la fuerza del chavismo.
Trump y Guaidó no advierten que están invitando un convidado de piedra a la
fiesta que preparan: la trama social que, en condiciones de guerra civil,
pueden ganar en independencia y autonomía respecto a la burocracia del
madurismo.
Están pintadas de rojo tanto los barrios populares como las
zonas del campesinado. Cuando manifiesta el chavismo, no lo hace una masa
informe, como aquella donde se apoyan los partidos de la derecha, se movilizan
comunas, cooperativas de producción, sindicatos, consejos campesinos, comités
locales de abastecimiento, mercados comunales y milicias bolivarianas, que han
aprendido el uso organizado de las armas y participado en ejercicio de defensa
del territorio nacional. La derecha no ha logrado quebrar la moral de esa trama
social y tampoco, salvo casos excepcionales, cooptar sus dirigentes de base.
Conscientes de las razones de la crisis económica y del
desabastecimiento que soportan, su firmeza se nutre del convencimiento de que,
pese a todo, siguen proponiéndose marchar hacia un horizonte socialista y
revolucionario.
Desde nuestra propia intención de caminar en esa dirección,
aunque hayamos sufrido deserciones y derrotas varias, creemos que la solución
de los problemas de Venezuela vendrá de la mano de esa base social del
chavismo, organizada y politizada. Es nuestra esperanza que, en futuro no muy
lejano, todos los pueblos latinoamericanos puedan crear su propio poder para
enfrentar a las corporaciones, los EEUU y sus capataces locales.
Ojala sea asi,pero no la veo tan posible .El daño mas grande no lo ha hecho eeuu,han colaborado ademas los "llamados gbiernos progresista s.,Uruguay Brasil ,la Argentina"peronista yotros tantos conjuntamente con las transnacionales y las oligarquias cipayas.
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