Por Rolando Prudencio Briancon:
Trump acaba de lanzar sus críticas respecto a que: “Bolivia
no hecho esfuerzos suficientes para combatir la trata y tráfico de personas”.
Claro que lo que lo que debe quedarle claro a la opinión pública es
precisamente que Donald Trump es conocido por hacer tratos con ex modelos -en
muchos casos prostitutas- para satisfacer sus fantasías eróticas, y a las que
termina pagando por sus servicios.
Y es que hace poco se ha sabido el escándalo que se ha
destapado después que Trump enviara a su ex alcahuete abogado: Michael Cohen
para que haga el tratante trabajo sucio de comprar el silencio de la modelo de
Playboy Karen Mc Doulag, sobre una relación que mantuvo hace tiempo atrás,
pagando la suma de ¡150 mil dólares!, para que no se supiera lo ocurrido entre
sábanas.
Pero no sólo es Karen Mc Doulag la única con quien hizo
tratos Trump, sino que lo mismo hizo con la actriz porno: Stormy Daniels -cuyo
verdadero nombre es Sthepany Clifford- a quien como en el caso de Karen Mc
Doulag pagó ¡130 mil dólares!, por sus servicios en el 2006, relación que fue
reconocida luego por Trump, aunque en un principio negó la misma.
Al margen de esta detestable forma de actuar de Trump, como
la de su chulo chupamedias de Michael Cohen; lo que la opinión pública
estadounidense debería preguntarse es, ¿si es correcto y ético que su
presidente acuse a los demás países sobre sus escasos esfuerzos por la lucha
contra la Trata; cuando es él quien las fomenta? Pero además faltaría saber si
en estos casos de trata de personas, en las que Trump ha comprado el silencio,
no lo ha hecho usando fondos públicos para pagar por el silencio a sus
ocasionales “samaritanas del amor”.
Por el contrario, la lucha que el Estado boliviano ha
emprendido contra el delito de trata y tráfico de personas, según datos de los
organismos que combaten éste crimen de lesa humanidad, reportan que la misma
contra éste infame ilícito va revirtiéndose, al extremo que ha llegado
reducirse en un 40% antes de la llegada de Evo Morales.
Es más, hasta en el propio caso del “hijo del presidente”,
no es sino un caso de Trata y Tráfico de Personas, en el que los opositores;
asesorados y financiados por la embajada estadounidenses fueron quienes
tramaron el mismo. ¿O no hicieron aparecer a un niño que lo presentaron como el
“hijo del presidente”? Qué no son suficientes los esfuerzos no lo son; pero de
que se debe seguir combatiendo este delito, es una responsabilidad a la que
nunca rehuiremos; y a la que no debería rehuir también los EE.UU., donde la
trata y tráfico de personas es en delito en el que están también involucrados,
¿o acaso no existe explotación laboral de indocumentados en los EE.UU., que no
son sino casos de trata y tráfico de personas?
Y quien mejor que Trump para expresar la explotación
laboral, ya que debería acordarse que fue demandado por Noel Cintrón: su ex
chofer, quien lo demandó por 25 años de trabajo de horas extras, adeudándole
550 hora extras que prestó por 6 por año de servicios. Claro que en los hechos
ascienden a 3300 horas extras las que tendría derecho a cobrar por los 25 años
que ha demandado, y que por las leyes norteamericanas tan sólo podría cobrar
por 6 años, debido a que el cobro por el resto de horas extras habría
prescrito.
No es la primera vez que el presidente de EE.UU., se ve
envuelto en escándalos del sucio submundo del hampa, en el que se vale de
caffchos para que hagan de tratantes de Trump, y trancen para que sus trapos
sucios no salgan a la luz pública como su ex abogado; ya sea con mujeres como
la conejita de Playboy de Karen Mc Doulag, o la actriz porno Stormy Daniels
venden su silencio; o como el caso de su ex chofer, quien tiene que enjuiciarlo
para que pague lo que le debe.
Así que abusando una vez más de aquella pregunta, -aunque un
tanto desgastada-: ¿qué moral tiene Trump para acusar a Bolivia sobre trata y
tráfico de personas, cuando Trump es un tratante de mujeres y un traficante
explotador de sus ex trabajadores?
prudenprusiano@gmail.com
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