Por Diego Olivera Evia:
EEUU busca una crisis mundial de Misiles contra Rusia
Nos parece importante analizar varios conceptos de posturas
internacionales, de la política Donald Trump, que como presidente de EEUU
aplica su bandera de lucha del proteccionismo, sin concebir la economía
estadounidense, ni con las relaciones de los
denominados “socios” de la Unión Europea “UE” al cual aplican sanciones
en la industria metalúrgica, además los
ataques económicos a través de sanciones a Rusia y China, como los ataques a América Latina. Como podemos ver el concepto de Trump, significa un modelo
imperialista, donde sus acciones van desde militares, financieros, creando una
realidad de violencia y de una guerra sostenida en los mercados y las
propuestas de las naciones alternativas.
La política económica que pretende imponer Donald Trump
ya a provocar efectos negativos en la
economía proteccionista. Un ejemplo lo nuestra la Ford Motor, una de las principales
multinacionales estadounidenses del sector del automóvil, quien ha anunciado la
cancelación de una inversión de 1.600 millones de dólares destinada a una
planta de fabricación en México, prevista desde hacía meses. La decisión es
consecuencia de las amenazas que el presidente electo ha lanzado recientemente
a compañías como Ford o General Motors de imponerles sanciones y gravar los
coches importados desde el país azteca con aranceles elevadísimos, de hasta el
35%. Durante la campaña electoral, Trump llegó a tildar de
"vergüenza" que compañías clave para el tejido industrial de EEUU
decidieran llevarse el empleo fuera del país. "Es como robar caramelos a
un niño", soltó.
Ford completó su anuncio diciendo que va a destinar 700
millones de dólares a expandir la producción de coches eléctricos en Michigan,
Trump se apunta un tanto ante muchos estadounidenses. Pero la realidad es mucho
más compleja y cada vez es mayor el temor a que el próximo inquilino de la Casa
Blanca esté de verdad decidido a imponer una política ultra proteccionista que
tendría severos efectos en la economía global.
Los analistas internacionales alertan del riesgo de que un
plan económico errático acabe perjudicando seriamente el crecimiento mundial,
ya que las naciones que dependen mucho de las exportaciones se verían muy
resentidas. Entre los efectos rebote, incluso Estados Unidos podría acabar
entrando en recesión, la peor de las pesadillas posibles.
La economía es hoy un sistema altamente globalizado y desde
luego transfronterizo en el que las viejas recetas del miedo,
ultranacionalistas, como las que sugiere el discurso populista que dio la
victoria en las urnas a Trump, no tienen cabida. Es como querer poner puertas
al campo, causando además destrozos propios de un elefante en una cacharrería.
La sociedad estadounidense, como la de casi todo el mundo, se ha visto
seriamente golpeada por la crisis y padece la pérdida de empleos y de muchos
estándares del bienestar. Y por supuesto ello exige que los gobernantes busquen
fórmulas que estimulen el crecimiento y que incidan en la explotación de nuevos
nichos productivos, máxime en la era telemática en la que vivimos.
Las promesas de Trump de aplicar fuertes sanciones a las
empresas para tratar de evitar las deslocalizaciones, de imponer aranceles a
México o China, o de renegociar y hasta romper todos los tratados comerciales
internacionales ya suscritos, no dejan de ser una amalgama de mensajes
populistas y demagógicos que regalan los oídos a muchos ciudadanos que
realmente lo están pasando mal, pero que no solucionan nada a medio plazo. Al
revés. Suponen una vuelta atrás ya superada por la propia inercia de la
historia.
De momento, Trump dirige su desafío contra dos países en
concreto: México y China. Para el primero, la proyectada neo protección de
Washington puede tener consecuencias alarmantes. En cuanto al gigante asiático, Trump no ha
dejado de lanzarle dardos y se muestra decidido a imponer fuertes impuestos
sobre las importaciones chinas.
EEUU busca una crisis mundial de Misiles contra Rusia
El asesor de Trump dice a Putin que EE.UU. seguirá con su
plan de abandonar el Tratado INF pese a advertencias rusas de que ello dañará
la seguridad estratégica. “Washington seguirá adelante con su plan para
abandonar el Tratado INF (convenio de reducción de armas nucleares) pese a las
objeciones de Rusia y algunos países europeos, aseguró el martes el asesor de
Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton, al presidente ruso, Vladimir
Putin.
Bolton aterrizó en Moscú ayer martes en medio de una nueva
polémica desatada por su jefe, el presidente de EE.UU., Donald Trump, quien
anunció el sábado su decisión de retirar a su país del Tratado de Fuerzas
Nucleares de Alcance Intermedio Washington-Moscú (INF, por sus siglas en
inglés) firmado en 1987 por Estados Unidos y la entonces Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS), con el pretexto de que la parte rusa está
violando las disposiciones de dicho tratado en beneficio de China.
Putin aprovechó la reunión con el funcionario estadounidense
para criticar a la Casa Blanca por lo que dijo que eran una serie de acciones
no provocadas de Estados Unidos contra Moscú.
El citado retiro unilateral estadounidense es un paso que
Moscú ha tildado de peligroso advirtiendo de que el Kremlin se verá obligado a
responder de manera recíproca para restablecer el equilibrio militar si
finalmente Trump abandona el pacto que eliminó en su día los misiles nucleares
de Europa. Muchos países europeos alertan de que esta iniciativa norteamericana
podría reiniciar una carrera armamentista al estilo de la Guerra Fría.
Tras mantener la reunión con Putin en el Kremlin, Bolton
apostilló en una conferencia de prensa que “hay una nueva realidad estratégica
allá afuera” y adujó para ello que el tratado vigente desde tiempos de la
Guerra Fría no abordaba las nuevas “amenazas” de misiles de países como “China,
Irán y Corea del Norte” y es, por tanto, según él, “inútil”.
Putin “Tengo una pregunta. Su águila ya se ha comido todas
las aceitunas, ¿y solo le quedan las flechas?”, bromeó Putin. El oficial
norteamericano reaccionó con una amplia carcajada.
Bolton mencionó que el águila sostiene la rama con la garra
derecha, lo que demuestra sus prioridades. Sin embargo, agregó que no ha traído
las aceitunas a Moscú. “Eso es lo que pensaba”, señaló el presidente ruso.
El encuentro se produjo en medio de la intención de Trump de
abandonar el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus
siglas en inglés), lo cual prohíbe, desde el año 1987, a Rusia y Estados Unidos
disponer de misiles balísticos terrestres o misiles de crucero con un radio de
acción entre los 500 y los 5500 kilómetros.
diegojolivera@gmail.com
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