Venezuela en el epicentro del enfrentamiento entre el
mercado petrolero y capital financiero
internacional
El evento que ofrece mayor trascendencia en la política
internacional del año, la tribuna para las contradicciones y su arbitraje; el
periodo de sesiones anual de la
Organización de Naciones Unidas (ONU) desde 1945. En estos tiempos, plenaria de
quienes integran un sistema internacional voraz para su unidad de base, el Estado-Nación; la ONU, una estructura con
grandes perturbaciones producto de su natural configuración histórica y social
conocida como “globalización”.
Dinamizan actores de tendencias políticas, económicas y
financieras con prácticas agresivas e incisivas; obligadas alianzas en disputa
por un objetivo; el continuo enfrentamiento entre “Proyectos Globales” y donde
el proceso de estructuración actúa sin piedad en detrimento o desaparición de cualquier
de los participantes. Esto obliga una condición: la diplomacia más sabia y las
alianzas más estratégicas; en
consecuencia, los actores que se
adhieran a este proceso pretendiendo generar modificaciones al establishmen
regente, incrementa su perturbación y el
riesgo.
En este sentido, entran en juego factores de dinámica
internacional y es cuando , el petróleo como generador de energía se hace pilar de la estructura política del mundo, y
su mercado, la máxima expresión del
capitalismo contemporáneo por ser el mayor instrumento para la fluidez de capitales de forma lisita; en consecuencia, el capital financiero
internacional como el máximo exponente del poder global y distorsionante de las
ciencias de las Relaciones Internacionales, está obligado a controlarlo para la mayor concentración y centralización
del dominio de capitales y nutrir desde ese ámbito los planes del complejo
industrial, comunicacional y militar que rige al planeta.
No es el simple hecho la generación de energía el interés sobre
un país productor de petróleo; es que por tratarse de proyectos globales, las relaciones de fuerzas
requieren de este instrumento para su solides y expansión, obligando que la
estructura de estos poderes enfoquen su atención en el comportamiento de este
fenómeno y de todos los actores que a él se adhiera. A esto obedece gran parte
de las perturbaciones que observamos a
nivel mundial, en esta realidad se encuentra inmersa Venezuela.
Dentro de los intereses antes señalados en este mercado, su
elemento, el petróleo, fue uno de los factores más influyentes en los
resultados de la Segunda Guerra Mundial, permitió colocar la mayor cantidad de
hombres y maquinarias al combate para el triunfo de quienes ordenaron el mundo
(1945). Con relación a esto, en septiembre de 1960 Bagdad, Irak, un actor y un
hecho de gran trascendencia en la historia contemporánea, la creación de un
instrumento de índole internacional que marco pauta e incidió en ese orden;
capaz de convencer a las monarquías árabes para constituir un cartel para el
mercado de los hidrocarburos; Venezuela
y la Organización de Países Exportadores de Petrolero (OPEP). Sin dudas una
histórica osadía de esta pequeña e indomable nación. Bajo ese comportamiento el 26 y 28 de septiembre del año 2000 nuevamente
Venezuela se hace epicentro de la atención del mundo revitalizando la
organización y reagrupando fuerzas con “La
cumbre de Caracas”.
El poder global por su fundamento realista, ensaya,
experimenta y ejecuta nuevas e innovadoras formas de perturbar la estabilidad
interna en diferentes países y dimensiona para el mundo una mediática que
coarte el pos verdad, afectando su participación en los ámbitos económicos y
financieros particularmente. Este flagelo lo han experimentado la mayoría de
los países productores OPEP. Analicemos
juntos: Irak y Kuwait controlados luego de ser invadidas; Argelia, Nigeria,
Angola, Libia y la República Democrática del Congo ultima en incorporarse a la
organización sumergidas en conflictos internos de mediana y alta intensidad
(guerra civiles) contrayendo sus niveles
de producción en cada uno de ellos; Qatar, el país más rico del mundo y segundo
productor de gas, ruptura diplomática de los países del Golfo Pérsico, aislado
totalmente ; Irán y Venezuela sanciones
económicas y financieras impuesta
por los Estados Unidos de Norteamérica.
Nueve (9) países de (13) que conforman la Organización.
A que se enfrenta nuevamente este poder factico mundial,
debatiendo en los espacios de la Organización de Naciones Unidas, New York, septiembre
2018?
Al conglomerado de países productores de petróleo y gas y su
incidencia sobre el mercado; la participación de estos bajo nuevos y
estratégico esquema propuesto nuevamente por
Venezuela y debatido en Doha en abril del 2016, la extraordinaria “Cumbre de países OPEP y no
OPEP”, Venezuela planteo un nuevo instrumento indispensable para salvar a la Organización de Países
Exportadores de Petróleo y estabilizar el mercado de los hidrocarburos.
Hoy se cristaliza y expresa una fluctuación en los precios,
entre 75 y 83 dólares por barril, ideal para productores y consumidores, un
indicador que venció el record de exploración y producción de petróleo no
convencional (esquito) por parte de Estados Unidos de Norteamérica y el apego de Arabias Saudí a sus líneas de
mando. Venezuela con una sabia y estratégica diplomacia se apega al liderazgo
de Rusia y se suma a la propuesta de China como segundo consumidor de energía
del mundo para un nuevo esquema geoeconómico mundial.
Un nuevo “Proyecto global”, debe estructurarse desde el mercado de los hidrocarburos. Una cesta de
monedas para el mercado petrolero con la participación de nuevos instrumentos
como mecanismos de intercambio comercial que sustituya porcentualmente el
dominio del dólar en este renglón. Es en este ámbito que China presentó en mayo
2018 el Yuan como moneda de intercambio para la compra a futuro de
petróleo, y generó la caída del valor de
los títulos en las empresas norteamericanas que cotizan en West Texas
Intermediate (WTI) indicador para la venta de materia prima en el mercado de
valores de New York; por esta razón el
indicador OPEP supera al WTI, hecho que no ocurría desde 1971.
Venezuela sumergida
en esta dinámica está obligada a presentar una nueva estructura en su política
económica exterior; de altura y con el
impacto suficiente que mitigue el efecto de la contienda; presento el “PETRO”
como mecanismo de intercambio para transacciones internacionales con los países
de las alianzas estratégicas. Nuevamente
un instrumento de talla internacional, único en el mundo para el intercambio comercial, un instrumento electrónico con respaldo en un activo fijo,
tangible y existente como lo son sus riquezas; elemento de suficiente respaldo
y confiabilidad.
Venezuela en el epicentro de la contienda global, participa
con un mecanismo alternativo a la
hegemonía monetaria para el mercado petrolero que muestra un posible éxito; en
consecuencia la actividad agresiva de sus voceros: 2012, George W Bush “Chávez
es una mala influencia para América Latina”, 2015, Barack Obama “Venezuela es
una amenaza inusual y extraordinaria para los Estados Unidos”, 2017, Mike
Pencel “los países centroamericanos debemos estar atentos a Venezuela”,
Sep.2017, Donald Trump “no se descartan acciones contra Caracas” Ago. 2018
Marcos Rubio “el régimen es una amenaza para nuestra nación” y Sep.2018, Luis
Almagro, “No se debe descartar la acción de una intervención” (Gonzales F.
2018). De esta forma dinamiza el poder del complejo económico financiero en su agónica transición; el objetivo, el
mercado petrolero, sus actores, la rebeldía y la resistencia de nuevos actores
y con nuevos instrumentos. En esto está
inmersa Venezuela. En el epicentro del enfrentamiento entre proyectos globales.
Analista Internacional
carlosellis1@gmail.com
0 comentarios:
Publicar un comentario